Ella sufría cada día más y todo por culpa de las personas a las que más ama. Lo ocultaba,no tenía opción hasta que el llega y se convierte en la única persona que puede ayudarla.
❝ Ya no puedo hacer esto, el dolor
no desaparece por más que lo inten...
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Alison.
No se porque decidí volver.
El campo era mucho mejor que esto, desde luego. Finalmente Amy había decidido ver a el padre de jaden y a Olivia, no ahora claramente sino más adelante. No podía aparecerse de un día para otro y que nadie más enloquezca. Ya tenía suficiente con la charla de ayer.
Mire al suelo tratando de encontrar ideas en lo más profundo de mi mente que me ayuden con lo que está a punto de pasar una vez que entre por esa puerta. Mi padre estará muy molesto, más de lo normal.
No le gusta que llegue tarde a menos de que estuviera tan cegado por el alcohol que no se diera cuenta pero esta vez no es igual a las anteriores, yo había desparecido por un día entero sin dar ni una jodida explicación.
No había salida. Mis únicas opciones eran salir corriendo y esperar que mágicamente no tuviera que regresar nunca más o salir corriendo para vagar por las calles.
Ninguna era buena. A decir verdad, nada era bueno en este momento.
Miro la camiseta de jaden, todavía la llevo puesta. Y a decir verdad no creo que me la quite por un buen tipo. Volteo hacia el Mustang detrás mío y lo veo a el. Le dedico una de las mejores sonrisas que puedo hacer ahora pero claramente el nota que algo no esta bien ya que frunce su entrecejo. Mi rostro tiene una expresión de terror que es muy difícil de ocultar pero antes de que el pueda hacer algo me despido con la mano y empiezo a caminar hasta la puerta.
Mi corazón palpitaba rápidamente con cada paso, no estoy preparada para recibir otra paliza, nunca lo estoy.
Escucho el ruido del motor alejarse y entonces se que estoy sola, jaden se ha marchado. No es su culpa, nada de esto lo es. El solo no tiene idea de lo qué pasa, nadie la tiene.
Mis manos comienzan a temblar levemente pero es ahora o nunca, ya no me puedo echar atrás.
Coloco la llave en el cerrojo y doy un largo suspiro para después girarla y abrir la puerta de una vez por todas.
Lo primero que veo es a mi madre sentada en la mesa, su expresión es extraña. No se si esta consternada, triste o preocupada. No lo puedo descifrar.
Su vista se levanta y recae en mi. Me cruzo de brazos viendo como se levanta de la silla y camina en mi dirección, por un momento pienso que va a pasar de mi, como de costumbre pero ella para en seco y abre los ojos como platos al ver a mi padre interponerse en su camino.
Mi madre agacha la cabeza y me mira de reojo con una expresión de ¿disculpa?, no lo sé.
Ahora el me mira a mi, su rostro está sombrío y su mandíbula está tensa. Tengo miedo.
Lentamente se va acercando a mi.
—¿Donde estabas?—me pregunta con firmeza.
—Yo...—Trato de hablar pero tengo un gran nudo en mi garganta que me hace difícil defenderme. No quiero que me lastime.
