Ella sufría cada día más y todo por culpa de las personas a las que más ama. Lo ocultaba,no tenía opción hasta que el llega y se convierte en la única persona que puede ayudarla.
❝ Ya no puedo hacer esto, el dolor
no desaparece por más que lo inten...
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Jaden.
Observo como mi pequeña hermana tiene una expresión de felicidad en su rostro mientras que Alison cruza la puerta para irse. Ha llegado hace unos minutos y está encantada con que esté aquí, lástima que tenga que irse pero de todas maneras no quiero tenga ningún tipo de problema en casa. Todavía no tengo idea de quién le hace esos moretones...
Claramente tengo que preguntarle sobre ese tema aunque ella no quiera, porque a pesar de que no he visto más moretones se que todavía sigue y no permitiré que nadie le haga daño, no de nuevo.
—¡Me encanta esa chica!—suelta con emoción Olivia a mi lado.
Oh, si. Creo que me equivoqué, está encantada con ella desde que hablaron por primera vez.
A decir verdad, somos dos.
Mis nervios y ganas de mandar todo a la mierda han desaparecido y todo gracias a ella. Creo que ya ni mi acuerdo para que era toda esta cena.
Echo un largo suspiro—Si, A mi también...
Mi hermana se gira hacia mí, debido a su no tan elevada altura se empina un poco sobre sus pies para llegar aunque sea un poco más cerca a mi rostro y con una de sus manos pellizca mis mejillas.
—¡Haz encontrado una chica y es perfecta! ¡Oh, por Dios! ¡Tengo cuñada!—exclama.
Me llevo una mano a la sien frustrado—No es tu cu...—.
Ella me corta—¡Cállate, Jaden!—espeta de forma histérica.
Yo por mi parte trato de hablar nuevamente pero Olivia me ignora y empieza a caminar por el pasillo para llegar hasta su habitación.
¿Porque no pudieron darme una hermana normal?
Me paso una mano por el pelo y me dedico a regresar a la cocina. No quiero terminar muerto por haber arruinado la cena que Alison preparo. Yo a decir verdad solo hice la pequeña parte de tirar todos los ingredientes hacia nosotros.
Ella definitivamente me mataría si algo sale mal.
No lo dudo.
Termino de organizar la mesa o eso creo. Estiro un poco más la tela del mantel como lo había visto hacerlo a mamá antes de cualquier evento que teníamos en casa y por fin pienso que todo va a la perfección, nada puede salir mal.
Subo las escaleras rápidamente y entro a mi habitación. Necesito darme una ducha urgentemente.
[...]
Espero impaciente escuchar el sonido de la puerta y que mi padre llegue finalmente del trabajo.
Olivia está sentada a mi lado con una expresión de confusión en su rostro y como no si solo le he dicho que cenaríamos con papá, nada más.
