Ella sufría cada día más y todo por culpa de las personas a las que más ama. Lo ocultaba,no tenía opción hasta que el llega y se convierte en la única persona que puede ayudarla.
❝ Ya no puedo hacer esto, el dolor
no desaparece por más que lo inten...
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Addison camina de un lado al otro, frustrada. Ninguna de las dos tenemos ni la más mínima idea de que hacer, Avani no ha dejado de llorar desde que accidentalmente sacáramos el nombre de Anthony en la conversación y solo se dedica a repetir que es un idiota entre sus sollozos.
Hemos tratado de calmarla, por supuesto.
Nada funciona, ella solo se dedica a llorar desconsoladamente.
—Ava...—Trato de hablar.
Ella me corta—Tu me lo advertiste, ¡Joder! —exclama entre sollozos—¿Como pude ser tan estúpida?
—No eres estúpida.. solo estabas enamorada—musita Addison suavemente.
—¡Es lo mismo!—grita alterada.
Ruedo mis ojos ante la situación—Avani tienes que calmarte—le aconsejo de la mejor manera posible.
—No, no puedo. ¿Porque demonios no ha sido igual que lo tuyo?
Frunzo mi ceño—¿Lo mío?
—¡Si, lo tuyo con Jaden!
—Ya estás delirando... ¡No hay nada entre el y yo!—replico.
Ella ríe de manera sarcástica—No me vengas con esa mentira barata. ¡Se nota en la forma en cómo se miran!
—Eso no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando—trato de evadir el tema.
Avani me mira seria—No cambies de tema, Alison.
Me giro a mirar a Addison para que trate de ayudarme con esta conversación pero puedo notar como nos mira de forma divertida desde donde esta.
—Está bien. No lo haré—Alzo las manos de forma inocente.
—Entonces....—Avani trata de buscar una respuesta de mi parte.
Addison nos interrumpe—Yo digo que tú y jaden deberían estar juntos como pareja. Ya ha pasado mucho—Suelta inesperadamente.
Yo de inmediato la miro fulminante mientras que avani suelta un chillido de felicidad. Ahora estará más insistente al saber que tiene a Addison de su lado, pobre de mí.
—Bueno, Confesaré algo.
Addison se levanta de la silla y se sienta en la cama, al lado de vani. Las dos me miran intrigadas.
—He conseguido que dejes de llorar—digo cínicamente.
Sus sonrisas se borran enseguida y me miran con puta decepción. Rápidamente ambas agarran una almohada y la tiran contra mi.
