Ella sufría cada día más y todo por culpa de las personas a las que más ama. Lo ocultaba,no tenía opción hasta que el llega y se convierte en la única persona que puede ayudarla.
❝ Ya no puedo hacer esto, el dolor
no desaparece por más que lo inten...
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Mi madre me entrega un bolso con ropa que ha traído de casa. No puedo evitar ver su expresión de felicidad y como no con la noticia que nos han dado. Al fin saldré de este hospital. Ha sido un proceso largo, no voy a mentir. Enfermeras y doctores entrando y saliendo de mi habitación además de mi cambio de medicamentos y vendaje. Todo ha sido muy agotador.
Me levanto de la camilla con el bolso en mano y camino hasta el pequeño baño. Al entrar rebusco en la ropa que me ha traído mi madre, no es que haya escogido las mejores prendas pero de algo servirá. Esta bata de hospital tiene que irse si o si.
No me demoro mucho en hallar un conjunto presentable. No es la gran maravilla pero es bonito y me llega a gustar un poco. Me miro en al espejo y recojo mi cabello en una coleta no muy arreglada, no soy de peinarme muy seguido. Lavo mi rostro con agua para no parecer una enferma total y ya que no tengo maquillaje, dejo mi rostro al natural. Para terminar me pongo mis tennis y salgo del cuarto de baño.
Ahora puedo observar a mi madre hablar con un doctor a la entrada de la habitación, detrás de la puerta. No se que le estará explicando, supongo que algunos de mis cuidados aunque no creo que sea nada fuera de lo común. Puedo notar que hablan en un tono bajo que me hace curiosear un poco sobre el posible tema de conversación pero golpeo con mi pie la mesa al lado de la camilla lo que hace que paren de hablar para voltearse a mirarme. Mi madre me mira con una ceja alzada mientras que el doctor actúa como si nada y se concentra de nuevo en su libreta. Vaya, que serio.
—¿Ya te han dicho mi hora de salida?—le pregunto a mi madre tratando de romper el hielo.
Mi madre al escuchar mi pregunta parece olvidarse de mi intromisión hace unos pocos segundo ya que me responde con un tono de emoción.—¡Ah, si! Podremos irnos en una media hora. Tengo que llenar unos cuantos papeles y el doctor me ha dicho que una enfermera vendrá a verte para revistarte una última vez.
—Vale. Yo solo me sentare aquí a esperar por jaden—le señaló la camilla.
—Alison—Me llama el doctor a lo que yo me giro a mirarle atentamente. —Tu madre y yo hemos estado hablando sobre el cuidado que necesitas después de salir del hospital—Asiento—Aunque no podamos interferir en el proceso, le he dado algunas recomendaciones y se que tienes bien en claro que hacernos cargo de tus heridas no es el mayor problema. Me daría mucho gusto que pudieras aceptarlas.
Un psicólogo. Esa es la única y importante recomendación de la que tanto quiere que además de mi madre, yo también acepte. No lo veo como una brillante idea ni tampoco la peor de todas pero me asusta el hecho de tener que contar la historia una vez más. Es como revivirlo nuevamente, una total pesadilla. Se perfectamente que hay cosas en mi que no están del todo correctas, estoy muy dañada por todo lo que he tenido que pasar con mi familia en estos años y a pesar de todo no lo niego, es más, lo reconozco. Es un avance, ¿cierto?
Meses atrás no me hubiera atrevido ni por un segundo en abrir mi boca para contar algún detalle acerca de mi familia o de mi vida personal. Hubiera evitado a todo el mundo con tal de no hacerlo pero ahora todo es diferente. Como los demás dicen: tengo que continuar con mi vida.