CUATRO

180 15 3
                                    

Arturo volteo mirando la cubierta del barco en el que se encontraba los Inefables riendo y festejando su libertad. Consiguieron subir a bordo de los barcos gracias a Lanza Roja dándoles la oportunidad de vivir sin ser perseguidos.
A lo lejos ya no se podía divisar tierra ni los cuerpos sin vida de los vikingos en la orilla. Arturo aún estaba sorprendido ante la violencia de vikingos contra vikingos.

—¿Te llamas Arturo verdad? —dijo una voz clara y firme a su espalda.

Al girarse el joven vio una mujer con rizos ardientes y mirada dura y perspicaz.

—Lanza Roja agradezco que nos ayudaras a subir a los barcos —expresó un honesto Arturo.

—Puedes llamarme Ginebra —contestó—. Parece que has dormido bien esta noche, mi tripulación pensaba tirarte por la borda.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Estabas exhausto tras la lucha, no te despertabas y pensaron que habías muerto en la batalla por ello quisieron deshacerse de tu cuerpo —su tono serio pero sarcástico hizo cavilar a Arturo—. Pero nuestra sanadora les detuvo a tiempo.

—Debería de agradecérselo entonces —respondió.

El mar golpeaba fuertemente la proa haciendo rugir las grandes y cristalinas olas.

—He oído que sois de la corte del Rey de los Hielos.

Ginebra suspiro antes de contestar.

—Así es, Cumber es mi padre y ayer fuimos asediados por su ejército  —su tono de voz cambio bruscamente al hablar de ellos.

Arturo no podía esconder su cara de sorpresa al saber que actualmente padre e hija eran enemigos y no dudaban en luchar entre ellos.

—Ginebra hare todo lo que este en mi mano para devolverte el favor. Lo prometo.

La vikinga asintió como muestra de aprobación y gratitud esbozando una leve sonrisa.

—Nos estamos quedando sin vendas —grito una voz dulce.

El joven dirigió su mirada a esa voz familiar.

—¿Pym? ¿Tú eres la sanadora? —preguntó incrédulo.

—Veo que ya despertaste.

Cursed 2 (Maldita 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora