TREINTA Y SIETE

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En un pequeño camarote del barco, iluminado solo por el fuego de una tenue antorcha en la pared, Morgana descansaba en la incómoda cama cuando la voz siniestra en su mente le despertó de golpe. La viuda se acercó al viejo espejo que había en la pared sudando y con el pulso acelerado.

—¿Quién eres? —se dijo a sí misma viéndose en el espejo.

Somos tú, somos todo —contestó la voz en su cabeza.

—No lo entiendo.

Tú me invitaste a entrar.

En ese momento, una antigua imagen de la sombra de alguien a quien amaba pasó por su mente.

—¡¿La araña?! Estás dentro de mí...

Nosotras deberíamos tener la Espada de Poder no ella, y lo sabes.

¡Cállate! —alzó Morgana la voz desesperada.

—Es débil, todos lo son. Todos deberían de morir.

¡¿Qué estás diciendo?! ¡Son mis amigos! Manipulaste a Celia y ahora quieres hacer lo mismo conmigo. ¡Déjame en paz!

Como una araña tejiendo una red de engaños y pensamientos oscuros, Morgana al fin se dio cuenta de algo.

—Fuiste tú la que me hizo matar a la anterior viuda ¡¿verdad?! ¿Cómo no he podido verlo...?

Y ahora somos poderosas.

—¡No, ahora por tu culpa mi hermano ya no me reconoce, está asustado de mí, de lo que me he convertido! Y yo también —balbuceó mirando sus manos temblorosas.

El terror se apoderaba de su cuerpo mientras se veía en el espejo y no era capaz de reconocerse.

—¡¿Estás aquí para atormentarme?! —añadió Morgana furiosa—. Yo no pedí esto, ¡¿me oíste?!

¿Estas segura?

—¡Basta, basta! —gritó agarrando el espejo y tirándolo contra el suelo provocando que pequeños trozos de cristal se esparcieran por todas partes—. ¡No quiero oírte más! ¡Sal de mi cabeza! —suplicó cayendo al suelo de cuclillas y tapándose los oídos con sus manos mientras lágrimas brotaban de sus ojos.

No puedes escapar de lo que somos.

La voz paro en seco y solo podían escucharse los sollozos de la viuda, sola en mitad de aquella habitación.

Cursed 2 (Maldita 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora