CAPÍTULO 25
— Bueno... um... tengo algo que decir.
Tan pronto como se sentó, el rey tosió y comenzó a hablar.
'Supongo que no es algo bueno'
Yuna pensó para sus adentros, y la corazonada era correcta.
— Sabes que hay un festival de la cosecha este otoño, ¿verdad?
Ella asintió. Entonces, se preguntó cuánto tiempo había estado gastando para aprender la historia y costumbres de este reino.
— No importa qué... Creo que deberías participar en este festival de la cosecha.
Yuna miró directamente al rey. Él evitó sus ojos.
— Por supuesto, traté de negarme también, pero como sabes... Aún no ha llegado el momento en el que se admite que eres infértil, y las voces que aclaman el regreso de la reina siguen creciendo... No puedo evitarlos por el momento.
Yuna suspiró. De hecho, esperaba esto.
Hasta que hubiera una concubina, debía de desempeñar el papel de reina hasta cierto punto.
También supuso que incluso si renunciaba más tarde, no tiene que perder más generosidad aquí para mantenerse en paz.
Al menos tenía que mostrar su esfuerzo.
— Bien.
El rey levantó la cabeza.
— ¿Está bien? Oh, yo... ¿estarás bien? ¿Quieres decir que puedes hacerlo?
Yuna sonrió un poco.
Probablemente predijo que Yuna se enojaría y discutiría con él como antes.
Pero, de hecho, incluso si lo hace, la realidad no cambia.
Puede tener el efecto de transmitir su voluntad al rey con mayor claridad, pero al final, es solo un agotamiento emocional.
Después de hacerlo, se sintió bastante cómoda.
No tuvo que luchar con él porque era algo que tenía que hacer de todos modos. Eso hubiera sido bastante problemático.
— No se puede evitar debido a la situación. Lo haré. En cambio, su Majestad debe minimizar mi trabajo.
Miró directamente al rey.
El rey volvió a evitar sus ojos. De alguna manera, sus orejas parecían un poco rojas.
— Ah... por supuesto... Haré mi mejor esfuerzo... Pero hay algunas cosas que no se pueden evitar... Espero que tú también debes hacer tu mejor esfuerzo...
Sintió un poco de sospecha por el tartamudeo de Rey, y el desenfoque de sus palabras, pero Yuna decidió no indagarlo más.
No quería nublar este sentimiento claro con dudas inútiles y paranoia.
Simplemente prometió hacer su mejor esfuerzo en situaciones determinadas.
Parecía que el rey no tenía nada más que decir, así que Yuna se levantó y se dirigió a la cama.
De alguna manera pareció suspirar cuando vio su espalda, pero no le importó.
'Haré todo lo que pueda. Ya no viviré preocupándome por otras personas'.
Decidió no seguir mirando el rostro del rey, estaba enojada con el rey porque le había llevado más trabajo, pero no lo había odiado.
Decidió no pensar más en el motivo.
