Parte 32

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Las preocupaciones de la Reina confinada.

CAPÍTULO 32

Sin embargo, estaba abrumada por la expresión mixta de deseo, afecto y miedo en su rostro, por lo que no pudo hablar más.

Ella lo empujó un poco y se sostuvo sin fuerza en su pecho.

— Lo siento... yo... solo... si es una molestia, volveré.

Tartamudeó con voz ronca.

— La próxima vez... hoy es solo... es que... no creo que pueda quedarme contigo hoy... veremos el horario de tu regreso la próxima vez...

A pesar de que dijo que se iría, no se estaba alejando de su cuerpo en absoluto. Por el contrario, Yuna sintió los músculos de su pecho en sus manos y su rostro se sonrojó al sentir los latidos del corazón golpeando como loco.

— No es que lo odie...

Ella tampoco pudo contestar.

Honestamente, sería una mentira si dijera que no se sentía agobiada con todo esto al ser tan repentino, pero al final decidió vivir como su esposa.

Sabía que tendría que pasar por eso algún día.

Ella se justificó de esa manera.

Trató de no pensar en el significado del corazón palpitante y la respiración temblorosa.

Volvió a bajar el rostro.

Con un ligero giro de cabeza, pudo ver que se acercaba con cautela.

Yuna cerró los ojos lentamente, a pesar de que sabía que podía rechazarlo retrocediendo si quería.

Pronto labios suaves se tocaron y vacilaron.

Podía sentir su lengua empapando sus labios.

El corazón de Yuna también comenzó a latir violentamente.

Lentamente todo su cuerpo tembló. La corriente que comenzó en su boca se extendió a través de su cuello y hacia todo su cuerpo, y sintió como si se estuviera electrocutado hasta la punta de sus pies.

Ella levantó los brazos y lo abrazó por los hombros.

Él vaciló por un momento, con una mano temblorosa acarició la espalda de Yuna y subió hasta su cuello.

Sus labios eran persistentes.

Apoyó el cuello de Yuna con una mano y continuó bebiendo de sus labios con su boca mientras se quitó la ropa con la otra mano.

Al verlo quitarse la camisa y los pantalones con una sola mano, pensó que esto realmente estaba sucediendo... y al mismo tiempo se dio cuenta de que estaba siendo acostada en la cama.

Poco después, fue despojada de su ropa, quedando desnuda frente a él.

Era la primera vez que veía el cuerpo desnudo de un hombre.

No pudo mirar más de cerca, pero mientras se quedaba quieta con los ojos cerrados, sintió un fuerte abrazo rodeándola con cuidado.

Su aliento salvaje le hizo cosquillas en los oídos.

La sensación de su piel siendo tocada desnuda no le era familiar, pero era una sensación de la que todo su cuerpo tenía hambre.

El pensamiento de cómo habría sido dormir con Yurishina pasó, pero luego sus labios se tocaron y la cabeza de Yuna quedó en blanco.

14 R3!N4 C0NF!N4D4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora