CAPÍTULO 1
Traducción de coreano al español.
— ¡Kim Yuna, por favor organiza este material!
Mirando la pila de papeles que cayeron sobre el escritorio, Yuna levantó la vista y vio al gerente.
— Por favor organízalo en Excel y me lo envía mañana por la mañana. Ah, y tenga en cuenta los arreglos para la reunión de esta tarde.
— Sí.
Yuna suspiró en voz baja.
"Con esto se confirmo que volveré a trabajar horas extras hoy..."
Como siempre, a ella le estaban dando más trabajo. Yuna inclinó la cabeza, cuando él se dio la vuelta, miró de mala manera la espalda del gerente y nuevamente se sentó.
Era tan mal gerente que ni siquiera podía conseguir que sus subordinados trabajaran de manera decente.
Si se veía mal, solo era una pérdida de dinero.
Yuna siempre se sentía cansada. Debía pensar en las tareas del hogar mientras iba a la sala de conferencias para preparar la reunión.
"¿Mi madre tendrá una comida adecuada si vuelvo a casa tarde hoy?"
Estaba preocupada, pero ni siquiera podía hacer una llamada telefónica.
Si comenzaba a hablar por teléfono con su madre, no sabía cuándo terminaría, y hoy tenía mucho que hacer.
Eran las 10:00 de la noche cuando terminó la reunión y organizó los datos.
Cuando logró entrar a su casa, con su cuerpo estaba exhausto, pudo ver a su padre allí.
Hace unos días, dijo que iba a trabajar en el campo... pero como ya se lo había esperado, el olor a licor y vómito en él era intenso.
— ¡Dios mío! ¡Papá! Mamá, ¿qué está pasando?
Como era de esperar... y de nuevo... estaba tan frustrada por todo esto, así que le preguntó a su madre.
— No lo sé... Vino más temprano en la noche. Supongo que está borracho... es un poco extraño.
— ¿Qué?
Yuna, que preguntó porque pensó que sólo estaría borracho como de costumbre, se sorprendió.
— Pero no respondió y sus ojos se estaban volviendo extraños...
— ¿Qué? ¡Mamá! ¡Entonces deberías llamar al 119 rápidamente y llevarlo al hospital!
Solo entonces su mamá miró a Yuna con señal de que eso debió hacer.
— Lo sé... estaba tan extraño... estaba tan sorprendida... no tenía confianza... ni siquiera lo pensé... Jajaja... por favor Yuna, llame al 119.
Yuna sintió ganas de llorar.
Siempre es así.
Un padre que está borracho y en problemas, una madre que ni siquiera puede manejarlo... siempre han sido parte de los problemas de Yuna. Ya amanecía cuando llamó al 119 y llevó a su papá a la sala de emergencias del hospital para una revisión.
Yuna se sentó en la silla de la esquina de la sala de emergencias y se frotó los ojos inyectados en sangre.
— Oh, mierda... tengo que ir a trabajar...