Después de todo no salió todo tan mal...
Entro en la casa con mi sonrisa perpetua. Tengo que ir con pie de plomo en esta relación, porque puedo salir lastimada.
Entro en la cocina y me encuentro a los chicos hablando emocionados.
—¡Me encanto mamá! ¿Cuándo va a volver Bruno?
—No sé...
—Invitalo para que venga mañana. —me dice Kiara.
—Él tiene una vida. No puede estar acá todos los días.
—¿Por qué no? Está acá de día y a la noche se va a trabajar.
Me rio. Lo que puede hacer una moto.
—Anda a bañarte y trata de no acabarte el agua del mundo.
Kiara protesta y milagrosamente, me hace caso.
Mientras que Alan, se sienta en una de las sillas. Ok, quiere hablar.
—Te gusta, ¿no? —me suelta de repente.
—No te voy a mentir. Ya sos grande. Sí, me gusta. —le contesto sopesando su reacción.
Alan me mira serio por un momento y luego dice:
—No vas a volver con papá. —puedo notar esa desilusión en la voz. Como todo chico quiere que sus padres estén juntos; pero eso no va a pasar.
—No, Alan, con papá la relación se rompió. Nosotros vamos a ser siempre tus papás, pero como pareja ya no funcionamos más.
—Entiendo —me dice, después de un momento en el que está pensando, sigue hablando—: Me gusta Bruno para vos, te dibuja esa sonrisa tonta en la cara. —me sonríe, haciéndome sonreír también.
—¿En qué momento mi bebé creció tanto? —le digo apretando los dientes, mientras que me acerco a él y lo abrazo.
—No mamá... —protesta. Desde hace como un año que odia que lo abrace o que le demuestre mi amor por él de la forma que sea.
—Te quiero. —le digo dándole un beso en la cabeza sin dejar de abrazarlo.
—Si. —contesta. Sé que este "Sí" es un te quiero, pero insisto para que me diga las palabras.
—Decime que me querés... —le digo mientras le hago cosquillas.
—Si... —se ríe.
—¡Decilo! —insisto haciéndole cada vez más cosquillas.
—Ya lo dijiste vos... —dice entre carcajadas.
—Por eso querías que me vaya a bañar. Para jugar con Alan... —escucho a Kiara que me dice desde la puerta de la cocina.
—Es que me quiere más a mí... —le dice tratando de controlar la risa.
—¡Eso es mentira!
—No quiero a ninguno de los dos. La realidad, es que no los puede devolver; y me los tuve que quedar. Así que no se peleen.
—¡Eso es mentira! —me dice Kiara mientras que se acerca a nosotros y me abraza.
—Los quiero mucho a los dos. Por igual. —les digo abrazándolos fuerte a los dos.
—Yo también te quiero mamá. —me dice Kiara.
—Si. —dice Alan sonriéndome.
Comienza a sonar el celular sobre la mesa.
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El blog de Lola
Roman d'amourLola se gana la vida escribiendo posteos sumamente divertidos y muchos de ellos, atrevidos en el blog de una editorial. Su vida es tranquila, a pesar de los dos demonios que tiene por hijos. Hasta que tiene que escribir una historia un tanto particu...