Eres todo para mi. ||Sasuke Uchiha||

🌺Capítulo 39🌺

Cubrí bien a Katsuo quien se mantenía en brazos de Sasuke. Había cumplido recién dos meses y una semana aproximadamente -no soy buena con las fechas- pero para ser tan pequeño, ya tenia el mismo genio que Sasuke mostrando siempre un ceño fruncido cada que alguien extraño se acercaba a mirarlo para luego darse vuelta ocultando su carita.

En casa ya lo conocían, después de todo, vinimos a la boda de Naruto y Sakura, pero sólo nos quedamos un día antes de volver a donde nos habíamos quedado.

Queríamos que Katsuo, conociera a donde pertenecía, no sólo las murallas de Konoha. Ya habría tiempo después de que aprendiera en la academia y sea un gran ninja, por ahora, se queda conmigo y su papá viajando por el mundo.

--bien, ya estamos-- bese despacio la cabecita de mi bebé para cubrir su rostro. --vamos-- abrí la puerta de la casa que yo misma hice para que él saliera primero.

Di un vistazo a mis espaldas viendo si nada se nos olvidaba solo para seguirlo también antes de dar un pisotón fuerte afuera haciendo que la casa volviera a la tierra no quedando rastro de ella.

Nos dirigíamos a Konoha solo para pasar navidad y año nuevo con los demás, Naruto quiso organizar una fiesta entre todos.

"si no vienen, Sakura-chan me obligará a ir a buscarlos" escribió Naruto en una de las cartas que nos envió.

Así que, nos dirigimos hacia Konoha.

--vamos de sorpresa así que, tendremos que ir a hablar con mi mamá a ver si podemos quedarnos en su casa.

--No quiero molestarla, solo utiliza tu Jutsu y haces una en algún terreno no usado en Konoha.-- comentó Sasuke.

--pero, en las casas que yo creo no hay muebles, menos cama o cuna-- mire el bultito entre los brazos de Sasuke que de vez en cuando se movía.--la única así de amueblada, es la que dejamos aquí-- mire a mis espaldas viendo donde minutos antes estaba mi casa para seguir caminando.

--si es así, tendremos que dejar una igual en Konoha.

--Solo gastaríamos dinero.

--En algún momento tendremos que volver y quedarnos allá a vivir-- me miró con su único ojo visible. --y esa servirá para empezar.

Suspire.

--Supongo que tienes razón-- susurre mirando el cielo. A pesar de estar nublado habían pequeños claros de luz que pasaban a través de los árboles.

Llevábamos al rededor de 4 horas caminando, cuatro horas donde todo estuvo tranquilo hasta que se nubló por completo comenzando a nevar bastante fuerte.
Si bien ambos podíamos soportarlo, Katsuo no.

--conozco un lugar-- hablo Sasuke volteando a mirar a todos lados.

--Dame a Katsuo primero, así podrás guiarnos sin agitarlo mucho-- le pedí acercándome hasta él solo para ponerme de puntitas quitándole la cangurera donde llevaba al bebé para así colocármela yo, teniendo cuidado de no despertarlo. Lo revise que todo estuviera bien aprovechando de darle un besito.

--¿lista?

Asentí.

De forma rápida comencé a correr hacia donde Sasuke nos guiaba estando el a unos cuantos pasos más adelante de nosotros.

Curiosamente, al irnos acercando más y más, el entorno se me hacia cada vez más conocido hasta llegar cerca de la boca de una enorme serpiente, cosa que me hizo detenerme de golpe.

--no...-- dije retrocediendo.

--Es el único lugar donde podremos resguardarnos de la tormenta.

--no voy a meter a mi hijo ahí Sasuke--  mi respiración se agitó ligeramente.

Los sonidos de las máquinas, agujas entrando en mi piel, los bisturí, los días encerrada....

Mis ojos de inmediato se aguaron.

--Aiko, por favor, deja de actuar como una niña y entra.

--NO!!-- le grite.

--¿Prefieres que tu hijo pase frío a la intemperie, Aiko-chan?

El aire dejó mis pulmones apenas escuche esa voz. Cuando volví a mirar la entrada a la guarida, Orochimaru se encontraba apoyado en una de las paredes con sus brazos cruzados mirándonos.

--que grata sorpresa, mi hija y mi alumno visitándome-- sonrió. --¿por qué no entran? El bebé podría enfermar.

--no soy tu hija-- dije antes de mirar el cielo. Nubes negras de tormenta, tal como dijo Sasuke se acercaban.

--yo te crié cuando estuviste recién nacida, me convierte en tu padre.-- mordí mis labios abrazando a mi bebé entre mis brazos solo para caminar hacia ellos, choque hombros con Sasuke y entre simplemente.

Los pasillos de la guarida estaban más iluminados pues ahora tenían luces y no velas.
No pude evitar detenerme frente a una pared en especifico. Una llena de dibujos.

--mm!! -- destape el rostro de Katsuo dejándolo que sus ojitos negros me miraran. Solo así dejo de ponerse feo y simplemente me quedó mirando aferrándose a mi con sus pequeñas manitos.
Solo él me logró tranquilizar.

Mire nuevamente los dibujos.

Eran míos.

En cada guarida que íbamos, me encargaba de dejar marca, sobre todo en este que pasamos tanto tiempo...¿Cuantos años tenía?

Probablemente unos 5 o 6.

--ya sabes donde queda tu cuarto Aiko...-- Escuche a mis espaldas. Sin voltearme siquiera, volví a retomar mi camino por el pasillo hasta doblar por un pasillo y entrar en la primera habitación.

Solo cuando Sasuke cerró la puerta lo escuché suspirar.

--se que no te gusta este lugar,pero sólo nos quedaremos por poco tiempo hasta que la tormenta pase.

--Pude haber creado una casa firme para quedarnos.

--una sin ventanas o puerta.

--odio este sitio, esta habitación ¡¡y a él!!-- levante la mirada hasta Sasuke. --no quiero que Katsuo este aquí-- mire a mi bebé para sacarlo de la cangurera y acostarlo en la camita solo para ver como fruncía su ceño mirando el lugar.

Era una copia exacta de Sasuke, desde sus pies hasta la punta de su cabello.

--... Sera igual de amargado que tú-- toque su frentecita solo para que relajara su ceño.

--Espero que no tenga tu terquedad o imprudencia.

--te odio.

--yo también te amo Aiko-- me beso la cabeza. --tengo que hablar con Orochimaru, quédate aquí.

Lo voltee a mirar solo para recibir un beso en mis labios. Uno largo que terminó por despedirse con una mordida.