(Continuación de "Nada más importa") Cuando lo vi de nuevo, no pude apartar mis ojos de los suyos ni por un segundo, la intensidad de su mirada era tan fuerte que me había quedado hipnotizada y petrificada en mi lugar. Mis extremidades comenzaron a temblar y en mi pecho se instaló una sensación cálida que odié de inmediato. No quería sentirme así de nuevo, ni con él ni con nadie. No quería volver a sentir las sensaciones de estar enamorada porque el hombre que tenía frente a mí se había encargado de pisarlas y arrastrarlas por el suelo. Hacía mucho tiempo que no lloraba al recordarle, pero el verle de nuevo frente a mí me hizo saber que todavía no estaba preparada, que todavía mi corazón seguía herido por más meses que hubieran pasado desde entonces. Me odié a mi misma por seguir enamorada de él después de todo. ☆☆☆ Si eres menor de dieciocho años leerás bajo tu propia responsabilidad. No intentes copiar ni imitar la historia, mejor escribe algo sacado de tu imaginación.