Alex siempre había soñado con una carta de amor, pero en realidad no la estaba esperando. Ciertamente, no la estaba esperando de él. La abrumadora química sexual con un Gabriel Atlas roto y despechado era algo para lo que no estaba preparada. No estaba lista para sentirse tan cómoda a su lado, y definitivamente jamás podría haber estado lista para el momento en el que él le rompería el corazón. Excepto porque tenían nexos difíciles de romper, y 3 años más tarde volverían a encontrarse para descubrir que casi todo había cambiado, excepto las cartas de amor que tenían pendientes, y el hecho de que tal vez Alex no era la única que esperaba recibirlas.