Capítulo 12

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"Quise creer mientras esperaba que las cosas mejoraran. No pasó"


—Claro!! —respondí mientras me sentaba frente a ellos hasta que dos compañeros más se unieron.

Hitsuno pegaba su mirada sobre mi espalda cada que platicaba sobre el tema con mis compañeros, sacando las cosas para responder y estudiar en grupo, que aunque me cueste admitirlo aparte de que no lo haría en voz alta para variar, Tsukishima y Yamaguchi si que eran inteligentes para estar en el salón 5.

Diciéndolo yo que estaba en el salón 4 era algo curioso.

Ellos parecieron notarlo, porque cuando la clase terminó, el poste no dudaba en decir con cierta ironía lo raro que era que estuviera en ese salón con mi carácter y sólo sonrei.

Era lo mejor sino quería gritarle.

—Detente Tsukishima —exclamó Tadashi para mirarme— Nos vemos más tarde, Shouyo —para irse jalando de aquel brazo largucho fuera de mi camino por los pasillos llenos de alumnos.

Y que al voltear, el chico azabache me miraba con la misma intensidad de antes, pero con una mano sobre mi muñeca derecha, jalando de ella para recorrer por los pasillos hasta la azotea.

Donde alejo mi muñeca de su mano y le grito— Pero que te pasa, Hitsuno!! —.

Este sólo me miró con esos ojos fríos y dijo— Vete del Karasuno —.

—¿Crees que porque lo dices te haré caso? —exclamé en respuesta.

Pero un empujón que me hizo caer con la cara sobre el suelo no me lo permitió, el peso de su cuerpo a través de su pies se interpuso con el mío; mi nariz chorreaba sangre por el golpe, pero mis manos se extendían para levantarme sin resultado alguno.

Era aquí cuando odiaba no comer lo suficiente y que él fuera más fuerte que yo.

—¿Acaso crees que te irás y ya? Eres estúpido, vete del Karasuno y haznos un favor de no ver tu feo rostro —.

Su cuerpo sobre mi, mejor dicho, aquella pisada dolía diez veces más que antes, podía decirles con exactitud que uno de mis huesos estaba roto por su fuerza bruta, y que dejaría un moretón horrible durante semanas.

Mis labios se tuercen ante la sensación de asfixia, el dolor cruzando por el camino y danzando cuando él decía muchas cosas pero que no tenían relevancia. Por qué lo que hacía dolia y esperaba que se alejara de mi con su peso e irme a casa.

Sin importarme el equipo por hoy, sin darle importancia  a lo que papá diría al verme tan temprano.

—Aleja tu cuento de mi, idiota!! —grité sosteniendo su tobillo y pellizcando parte de la piel.

Aunque le hizo alzar su pierna de mi, sus brazos pudieron sostener mi camiseta para gritar un montón de cosas que no eran ciertas. Lo dejé ser, permití que se desahogara de mi conmigo.

No es como si gritarle me ayudará a que comprendiera las tonterías que decía esta bolsa de átomos oxidados.

—¿Terminaste el drama, Hitsuno? Necesito irme —expresé cuando comenzó a mirarme con los ojos abiertos.

Quizás sea porque no quise sonreírle, tal vez sea porque no le lloré diciéndole que era mala persona y que me dejara en paz. Era curioso, era desastroso, esa prepotencia que emana sin ser consciente de su vómito verbal. El conjunto de factores no alteraría jamás el producto.

Sus ojos me miraban pero sus labios sólo pronunciaron que deseaba que desapareciera, yo y mis mentiras.

Sonreí pensando en que si supiera en qué mentía exactamente, no soportaría la posición que estaba tomando en esos instantes.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora