Capítulo 20

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"Las malas costumbres tardan en morir, y soy un saco lleno de ellas"


—¿Alguna vez sintió que no pertenece a ningún lado? —susurré en algún punto.

En algún minuto, mientras Martha estaba sentada sobre uno de los tantos sofás que nos rodeaban y asintió.

—Es normal sentirnos así, ¿Te haz sentido así por mucho tiempo? —respondió

Con una voz suave, la misma de cada vez que la veía, sin comprender las cosas que pensaba de ella y como parecían cambiar.

Ella sostenía unos libros para mostrarlos sobre la mesa que nos separaba. Pero no dijo nada de ellos, siquiera los mencionó y llamaban completamente mi atención.

—Seria mentir si dijera que no, pero tampoco sé desde cuándo ocurrió —respondí

Y pensé que quizás fue cuando ella se fue, de alguna forma sabia que también eso era una terrible mentira para mi mismo. Suspire cuando ella me dijo que tratara de pensar desde cuando, pero solo susurre que creía que fue desde antes de que todo pasara.

—Exactamente después de la última vez que papá llegó al fin de mes, creo que fue en ese tiempo y conocí luego a aquel señor. Y todo lo que sabe ocurrió —dije

No sé sintió bien, era notorio que no lo sabia y quería saberlo en realidad. Saber desde cuando me había sentido tan mal, desde que punto de mi vida todo se estaba desmoronando.

No saberlo no me hacía ignorante de que todo era más difícil de disimular.

Cada día pareciera que mi cuerpo pesaba más. Y que mis palabras sobraban en muchas ocasiones. No quería hacer nada, no necesitaba hablar, sentía que nada era necesario.

Era una cuestión hacerlo pero ya lo pensaba.

¿Dirán algo de mí por ello? ¿Comenzarán a lanzar rumores sobre lo que pudo pasarme?

Negué con la cabeza alejando esos pensamientos mientras sabía que Martha me observaba con detenimiento. 

—Te diría que leyeras sobre la mente humana y sus emociones, pero sé que estás harto de que crean que no sabes las emociones que tienes —dijo para cerrar su portafolio y dejarlo a un costado sobre el sofá.

—Así que hay algo que no nos estas diciendo, hay algo que ocultas y sin embargo prefieres dejarlo estancado —continuó hablando hasta que me miró a los ojos.

Los suyos eran muy oscuros, pero naturalmente le quedaban bien. Sus cabellos amarrados no se interpongan entre los míos y su mirada preocupada.

Era una de las sesiones más difíciles de toda mi vida desde que la conozco.

—¿Desde cuándo lo sabes, Martha? —susurre viendo sus ojos abrirse.

Y sólo pudo toser un poco para mirarme y responder que lo supo desde el primer año que nos conocíamos. Pero que no podía decirme algo sobre aquello porque aún no estaba en el estado mental que esperaba.

Creía entonces que ahora que ya pasó más tiempo era lo indicado.

Se lo agradecí en silencio, y sólo esperé a que dijera algo más.

Pero espero a que hablara. Y sin embargo la sesión terminó sin ninguna palabra de mi parte.

Papá me vio salir por aquella puerta y me preguntó si había ido bien en la misma, y solo asentí, acostumbrado a una de las peores malas costumbres que tenía desde siempre.

Natsu sostuvo mi mano y me hizo caminar por los varios pasillos de aquel lugar donde me encontraba con Martha. Creí ver una cabellera peculiar y conocida, pensé que era una de mis alucinaciones de ansiedad y pestañeo rápido para seguir escuchando la voz de mi hermana hablando emocionada sobre la semana que pasaría.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora