Capítulo 41

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"Las primeras veces siempre traen recuerdos vergonzosos y risas dulces, nunca dejes de sorprenderte"


—¿Enserio me veía así de pequeño?—.
—Dirás de niño, pequeño sigues siendo—.
—¡Hey! Admite que al menos me veía mejor que tú—.
—Como si supieras como me veía—.
—¿Apostamos a que tengo razón o eres gallina, Kageyama?—.
—Ni-chan y su amigo realmente son habladores, ¿verdad papá?—.
—Déjalos ser, Natsu. Mientras se dan cuenta de nuestra presencia podemos ir por las cobijas—.

Los dos pelinaranjas se observaban antes de sonreír, no podían hacer más que emocionarse tras tener frente a ellos a la persona que habían conocido en su mayor esplendor, que sea con un amigo no tan diferente de lo que podían creer los demás parecían pequeños detalles que jamás se les escapa a los dos que iban y regresaban de las cocinas y esperar a que aquellos dos, naranja y azabache, los observaran.

La fémina tenía en manos su teléfono, esperando las reacciones al escuchar a su papá decirles si piensan ir al cuarto de su hermano ya o preferían ver una película romántica. Al no comprender ninguno papá tuvo que decir que era un chiste porque parecían una pareja de recién casados viendo fotos familiares, en ese entonces recién ambos chicos caían en cuenta del mal chiste y aunque su hermano solo reía el azabache se ponía colorado.

El flash jamás podía faltar, en ello se le veía a ella correr por las escaleras escuchando al cerrar con puerta unos gritos de su hermano completamente avergonzado. Podía imaginarlo sonrojado hasta las orejas, casi como cuando él tenía seis y ella cuatro en los días festivos al recibir un regalo y un cumplido, con su boca semiabierta por completos segundos y sus brazos temblar de emoción.

—Vamos a mi habitación, Kageyama—dijo para verlo asentir aún sonrojado pero mas relajado.
—No duden en llamar si necesitan algo—escuchaba a su papá decir tras el principio de las escaleras.
—Claro, ten una buena noche!!—se escuchó lo último con dos voces.

El señor sonríe y observa lo ordenado que habían dejado ambos chicos luego del desastre en la sala al terminar de cenar -en eso quería pretender por hoy que su hijo también lo habia hecho-. Se da un tiempo para observar los mensajes de su teléfono y verificar que aparte de aquellos mensajes de trabajo habían algunos de Martha sobre sus dudas y nuevos dilemas.

Sólo suspiró y sonrió algo nostálgico al escuchar las risas en la habitación de arriba, sostuvo un vaso de agua antes de ir a la habitación de su princesa a desearle buenas noches y charlar sobre las cosas que le habían pasado en aquella semana, con chistes y dudas sobre si misma el señor respondía como se podía, ser neutral sobre relaciones, sentimientos y distorsiones no eran lo suyo, aún así le agradó ayudar a su hija menor y ver en ella la confianza en él aumentando poco a poco atraves de los años.

A los dos chicos en la habitación se les podía ver a uno mostrando su habitación y al otro al entrar dijo "con permiso" cuando eran los únicos allí y para variar, este andaba delante del dueño de la habitación. El peli naranja no evitó reír a carcajadas de aquello, observando con detenimiento el rostro aún más sonrojado de su no tan enojado compañero de vóley.

—Si te sigues riendo te dejaré de sacar la pelota, Boke—le dijo enojado Kageyama.
—Pero Kageyama, somos dos aquí, ni al caso—respondía Hinata para hacerle saber que podía sentarse en su cama.

Este lo observo para saber que hacer, el de ojos caramelos se percató de los largos años sin una pijamada en su vida, y cómo para variar recordaba aquello con una persona que jamás había tenido una claramente.

—¿Quieres jugar UNO?—preguntó sonriente.
—¿Si te gano que consigo?—respondió de forma inmediata y la sonrisa gatuna del chico frente a él lo sorprendió.
—Lo que más quieras de esta pobre alma en pena—lo escuchó decir.
—Si yo gano espero lo mismo, ojo—dijo al verlo fijo con las cartas en mano.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora