Capítulo 32

37 12 5
                                    

"¿No podemos dejar vivir a los monstruos por hoy?"

Txt - Can't we leave the monster alive?


—Bienvenidos, como sabrán esta vez no estamos en el lugar usual, ¿alguien sabe por qué?—.
—¿no sería más práctico si usted nos lo explica, profesor Chang?—.
—Para su lamento, señorita, tendrán que adivinarlo o no saldremos de aquí—.
—Esto no puede estar pasando—pensé para sentir la mirada del señor de cabellos azabache frente a mi.

Él sonreía como si verme con sueño luego de intentar dormir luego del gran montemuelles que nos encontró saltando en el transcurso del viaje de regreso fuera divertido, bueno y sumamente relajante.

Hitsuno parecía alegre, mientras ingresaba al salón tarde hasta que me ve sentado en uno de los muchos asientos en forma circular, yo le sonreía con una mano saludando su llegada dramática junto a los demás que aunque parecían aliviados de una distracción estaban riéndose entre dientes de aquel rostro sonrojado entre sus ojos conocidos y el cabello removido.

—¿Otra vez nos hará deducir todo profesor?, que creativo es—dijo al sentarse en algún asiento alejado de mi y otros dos.
—Ya que conoces el juego serás el primero en tener que decir que haremos hoy—respondió el profesor con una sonrisa pícara ante el escalofrío del chico pelicastaño.

Luego de varios minutos sentados sin comentar algo se le ve pararse y susurrar algo, que aunque no entendí me causó muchas dudas sobre porque se habría parado para decirlo y que carajos habrá querido pronunciar.

—Puedes decirlo de nuevo, Hitsuno, que hasta aquí no se alcanzó a escuchar—dijo calmado y aquel sonrojo en el rostro del castaño se le veía gracioso.

Aparte de tierno, pero como sólo pensaba jamás sabrá eso que pensé de él.

—Dije que haríamos una fiesta por pasar dos meses en esto cómo lo hizo con el anterior año.. profesor—gritó hasta mirar sobre su hombro y susurrar.

Algunos pensamos que era una broma, pero cuando el profesor comenzó a aplaudir diciendo que era exactamente lo que haríamos, todos mirándolo para saber cómo sabía él aquello, sólo pareció juntar sus hombros incómodo al regresar a su asiento esperando que lo que sea que dijo fuera rápido.

Eran las tres de la tarde y aunque estaba sonriente esperando la verdad me estaba comenzando a doler mis labios resecos y un tanto heridos por las costras que no pude evitar quitar con mis dientes sin sentir nada hasta ahora que me ponía a pensar si a alguien le parecía raro que mi boca estuviera diferente de la nada.

Pasaban los minutos sobre aquel reloj entre tick y tack, la música de la radio se escuchaba claramente cuando el profesor nos hizo ver una mesa con bebidas y comida muy bien escondidas por la cortina que siemrpe existía para las clases de teatro.

Era extraño, estaba de más reconocerlo y aún así cuando el profesor nos hizo pararnos e invitó a dos personas a bailar con aquel volumen moderado, todos comenzaban a tímidamente pedirle un baile entre sí.

Una parte de mi se puso en algún lado de aquel espacio circular y dijo que se fueran muy a la mierda que yo iba a bailar solo. Y esa era la cosa más extraña pero refrescante que pude hacer, mi cuerpo parecía moverse al ritmo, no es que me importara si me veía bailando bien o simplemente parecía un gusano moviéndose de un lado para el otro.

Algunos como yo se ponían de a pocos a moverse solos, sonriendo aún les doy ánimo para moverse más y entra las canciones que van cambiando una pasa y aunque pocos la conocen, sentí que en realidad no podía ser mejor momento que este para sentirme alegre.

Hitsuno estaba parado entre muchos sin moverse en lo absoluto, incluso cuando el profesor lo veía y se movía algo parecía más tieso que un pan de hace dos semanas.

—Me voy a arrepentir de esto más tarde—me dije a mi mismo antes de caminar hacia él y sostener su mano y darle vueltas en algún lado del espacio.
Muchos se reían por la vista del castaño moviéndose sin su consentimiento, siendo un completo dos pies izquierdos pero entre que todos charlaban decían que al final esto era relajante.

Creo que era porque nadie comentaba nada de como los otros bailaban, no se sentía esa incomodidad de estar pasando vergüenza ajena y todos sabíamos que esto sería otro de los muchos que nos hace el profesor Chang hacer para sanar lo que sea que él pensara que tuviéramos.

Osea, sé que yo no tenía nada de bien, ni nada de bueno, pero pensar que dejar este fenómeno salir de mi por hoy se sentia correcto.

Mejor que rematar aveces, mejor también que las sonrisas que me hacen hacer tan abruptamente cuando Natsu y papá me hacen cosquillas y me persiguen por toda la cada. Quizás sea porque sabía que entre todos éramos unos raros, y que aunque no conociéramos esos demonios era como si nadie pudiera decir algo al respecto.

Hitsuno me observaba sorprendido y cuando le digo que sólo se dejara llevar por hoy, nada parecía calmarlo de nuevo desde aquello. Bailaba hasta con el profesor, quien solo parecía tomar de los bocadillos con disimulo a la vez que sonreía tan abiertamente que mi pecho se hinchaba de orgullo por algún motivo absurdo.

¿así se sentía cuando dejaba salir a los monstruos fuera?, ¿se podría hacer esto seguido?, ¿será Real esto, o será una fantasía muy mala de mi parte?.

No quería pensarlo tanto, mis pies estaban adoloridos, pero no tanto como mis brazos acalambrados lo que me hicieron sentarme en algún asiento del círculo que había disminuido.

Las bebidas de cereza y calabaza llegaban en diferentes vasos por parte del profesor quien al vernos sonrientes pero más cansados comenzaba a decir que desde el tiempo en que se comenzó este grupo sentía que podríamos ser sus hijos y no habría problema.

Todos reímos ante ese pensamiento de muchos niños revoltosos y problemáticos con un pobre señor dulce tratando de no sacarse los cabellos de su cabeza.

Así cada quien soltaba algunas cosas sobre como se sentían y como la pasaban ahora a comparación de hace dos meses. Habían pasado tan rápido que cuando lo pensé me sorprendí de algunas cosas.

—este es un fatal error, pero es tranquilo, detengan el tiempo por un momento, quiero quedarme —canté entre las grandes porciones de aire que llevaba y escuchaba a alguien decir—All right, all right, all right —.

Y reíamos con algunos más cansados que otros y aunque Histuno no lo dijo, parecía alegre de lo que sea que hubiera sido esta extraña paréntesis en nuestra pequeña enemistad sin sentido Real.

Al despedirnos senti que el profesor quería decirme algo, pero al despedirme tan rápido para ir a casa Yamaguchi con el poste y el lechero demoniaco me esperaban en las puertas de la escuela para caminar juntos, preguntando sobre mi falta al ginmasio de hoy y algunas veces al mes.

Un poco de miedo traspasó sobre mi pero sólo les dije que tenía clases extras con un grupo.

No dijeron más aunque parecían dudar de mi.

No creo que importara tanto. El monstruo dentro de mi estaba feliz y eso fue algo cuando llegué a casa sonriente ante mi papá sorprendido.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora