Capítulo 3

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"Me extraño en algunas ocasiones, sin embargo hay otras en las que simplemente quisiera regresar a un tiempo en específico. Y no para lo que todos quisieran suponer"


—Te esperé en la mañana como un idiota —gritó Kageyama ni bien la clase terminó y dieron unos minutos de descanso.

Vi como caminaba hacia una de las máquinas y compraba dos cajas de leche, fue raro diría pero me vi con el desayuno incompleto entre mis manos y supuse que cada quien tiene sus gustos.

—Podríamos retomar esas horas perdidas ahora que hay tiempo —dije sonriente para mirarlo con burla— ¿O acaso al rey no le gusta que le dicten que hacer? —.

Me hizo repetirlo con un aura maligna de caricatura, a lo que me persiguió por muchos pasillos hasta quedar frente a la puerta del gimnasio al cual no podíamos entrar hasta dos semanas más. Y siquiera saber si perteneceriamos al club o no.

"Quizás Kageyama entre, yo creo que deberías intentar ver otros clubs"

Niego ante la idea tonta -pero tal vez realista- de mi cabeza y veo al peli negro sostener una pelota y colocarla, esperando a que pueda recibirla.

El tiempo pasó entre confusiones mías y suyas, entre que colocaba mal y me exigía mayor concentración y mis pensamientos que me gritaban que no por nada había hecho que las chicas de voley me ayudaran para esto.

Algo en mi yo del pasado quiso rematar y ver que ocurría, simplemente relajarme o tal vez burlarme de algo que mi compañero no hiciera bien, pero pensaba que sería absurdo y esperé a que las clases continuaran, llendo al aula sin ninguna despedida del azabache de su parte.

No era que lo necesitara, claro está.

Los pasillos se hacían largos y pesados cuando sabia que estaba en completa Soledad, mirando algunos salones con muchos alumnos haciendo cualquier cosa con sus maestros, irónico que cuando llego mis compañeros me sonríen y siento la sonrisa falsa sobre mi rostro de nuevo.

Con la maestra de historia dejándome entrar y seguir con la explicación, sostengo mi cuaderno y un lapicero e intento comprender lo que dice. Por lo que dije pensarán que me es sencillo y no, no ahora que sentía cómo la falta de comida y sueño me estaban jugando en contra.

"Realmente me gustaría ser el yo del pasado en estas ocasiones" pensé en conjunto a lo que alguien susurró a un lado cercano. Miré para los lados y todos parecían concentrados en las clases que ella daba sobre Revoluciones. Suspiré derrotado mientras miraba las anotaciones de la clase y me sentía obligado a realizar resúmenes que al final ni miraría para hacer los exámenes, si, lo vieron bien.

Hinata Shouyo no leerá lo que se supone le ayudará en los exámenes. Sólo porque no cree necesario tanta lectura anticipada.

O tal vez sea la costumbre de repasar y sacar notas promedio. No sé sabe.

La profesora se retira y otros tres más aparecen a cada cierto tiempo para dar clases, Inglés, letras y biología se sentían más calmados a comparación de las anteriores, cada uno parecía ignorar mi presencia junto a otros alumnos que miraban cualquier cosa excepto la pizarra.

Supongo que mirar la ventana no parecía tan descabellado ante sus ojos.

Estoy seguro que no quisieran saber lo que pienso. Si, lo mejor será la ignorancia.

La camapana de salida resuena y la maestra hace recordar unas tareas mientras el profesor Chang aparece recordando que dos compañeras deben limpiar el salón el día de hoy, me sonrió por un rato y miró a los demás de la misma forma, esta vez con una despedida más animada y reconfortante.

Igual sentía que ese profesor me dejaría en la deriva como los demás que intentaron ayudar. Definitivamente no era el primero en mostrarse feliz y alegre por ayudar.

No será el último en cansarse

"—Deberías confiar en nosotros, Hinata. Sabes que si no dices las cosas que necesitas, no sabremos que hacer —dijo Martha la primera semana en que nos vimos.

Yo la miré y susurré que se fuera a la mierda. Ella se sorprendió e intentó hacer platica de otras cosas.

No resultó como quiso, obviamente"

Corria por los pasillos para encontrarme con Kageyama, un chico alto y rapado lo acompañaba, cuando ambos me vieron -con una linda sonrisa de siempre- sonrieron y este último dijo que podríamos practicar juntos para entrar al club, pero que no digamos nada al capitán. Sentia una curiosa sensación de respeto que se demostró de forma exagerada, a él le gustaba la atención que le daba mientras el azabache chasqueaba su lengua y decía si comenzariamos con la pratica de defensa y ataque.

Algunos recuerdos de mi practicando dese la vez que sentí la chispa por el voley, junto a mamá sonriente felicitandome por los intentos que tenía, así como a su hermano enojado de no verme en casa cuando quería. Eran medianamente opacados por otros donde practicaba y conocía más personas, así como mis dos mejores amigos de aquel momento me ayudaron a participar a un campeonato a pesar de no estar metidos al club de voley.

Un golpe en la cabeza me hace reaccionar y me disculpo para ir hacia la pelota, ignorando los gritos de Kageyama sobre mi ineptitud y la forma de apaciguar la situación de Tanaka.

La noche se hizo joven y aunque intenté quedarme más tiempo, ambos chicos parecían reacios a que me quedara solo por las calles oscuras. Tanaka nos acompaño hasta cierta cuadra, volteaba mientras se despedía diciendo que nos veríamos mañana temprano. Kageyama me miró un rato y puse una sonrisa más calmada para no espantarlo.

Quizás funcionó, quizás no. Sólo sabía que con su presencia no podía simplemente ser yo mismo por un rato, la diferencia entre esto y lo de siempre era que sentia como si al hacerlo no me fuera a juzgar. Igual lo hice, la costumbre impregnada a mi me impedía soltarme de las mentiras, y cuando se iba por el lado contrario parecía dudoso, hasta que me llamó con un grito desde unas cuadras lejos.

—No te atrevas a faltar mañana, Boke —fueron sus gritos mientras volteaba y seguía caminando como si no hubiera dicho nada.

Yo lo observé desde mi posición y quise voltear mi cuerpo e ignorar lo que dijo, sin embargo algo dentro de mi quería sonreír de verdad por el calor que sentía en mis mejillas.

—Kageyama baka, ¿que te cuesta decirlo de cerca? Kageyama baka —susurré mientras seguía mi camino

Donde menos mal Martha no me interrogará como siempre y tal vez papá me deje descansar de mis mentiras. También quizás Natsu me vea como soy y me permita quedarme en mi casa sin cenar ni jugar.

Recordando la ironía del yo del pasado pienso en las oportunidades que tuve antes para guardar ese secreto con mayor precisión, al final de cuentas sólo quería volver a un recuerdo en específico.

Donde un compañero me encontró y llamó a la tutora para llevarme al hospital.

Eso me hizo conocer a Martha.
Eso hirió a mi padre.
Eso me hizo seguir viviendo.

Y yo sólo quería volver a ser ese yo sin que se preocupen por mi carencia de sonrisas.

Observo el techo acostado en mi cama y suspiro.

—Si sólo lo hiciera un poco en otro lado, sería un secreto, ¿verdad? —pensé en alto para mirar la puerta del baño

Los segundos duraron como minutos y temblando por las ansias corrí y cerré con llave la puerta, con mucho cuidado, para mirar cierto punto secreto que papá jamás conoció y sonreí muy fuerte.

—Si nadie se entera, jamás ocurrió —susurré para ver aquel objeto y comenzar la recaída

Sabiendo lo que ocurriría si alguien se enterara.
Sabiendo ahora cómo hacer las cosas bien.

Sobre todo. Esos eran los únicos momentos a los que quería volver.

Y no cometer los mismos errores de antes como mi antiguo e ingenuo yo.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora