Capítulo 42

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Seamos un gran desastre, una maleta llena de recuerdos, risas, llanto y drama para llevar también.


POV Hinata:

-¡¿Por qué esto, maldito Kageyama? Pinche tragón culiao!-
-Tú perdiste y ahora toca callar-
-¡¿Pero-?!-
-Pero nada, ya esta hecho enano, o debería decir enana- sonrió dirigiendo su mirada a las dos personas que ahora estaban frente a nosotros.

Natsu y papá frente a nosotros intentaban mantener sus facciones neutrales para mi, aunque aún podía reconocer sus risas suaves cuando seguía quejándome con Kageyama por el conjunto que tenía con él que reconocía perfectamente de mi hermana.

-¿Entonces cuál eliges enano?-
-¿Enserio quieres que me ponga eso hoy?-pregunté para mirarlo y sobre todas mis quejas odiaba ser enano en estos instantes.

Esperé paciente alguna movida en su rostro para escapar de esta vergüenza, de algún modo era como si él supiera mi idea porque su escalofriante sonrisa se amplió tal cual grinch y dijo entregándome uno de los dos colgadores con ropa.

-Si-
-¡Como te odio, idiota!-grité
-Sé que me quieres y apura la pata que ya es tarde-gritó en respuesta siguiendo mi marcha hacia el cuarto

Donde tiré su mochila y él pudo sostenerla del aire. El sonido de la puerta después de mi sólo hizo que se riera de mi, junto a las voces de mi papá y mi hermana diciendo lo tarde que se nos hacía el desayuno, con un azabache bajando las escaleras y la ropa que tendría que ponerme en mis manos. Con todo ello al menos lo demás parecía más en orden que mis pensamientos contradictorios, dirigirme al baño y bañarme lo más rápido posible, lavarme los dientes al mismo tiempo jamás había sido tan escalofriante. Agua cerca a mi rostro a grandes cantidades, helada y por las baldosas aún azul con la facilidad de ahogarme sin querer de allí.

Ok, mejor salgo ahora antes de que alguien me encuentre así.

Secarme y dejar las cosas a su lugar, mientras me ponía a pensar en el minúsculo detalle de mis muslos y el hecho de que una maldita falta negra iría por allí quizás revelando eso. Suspiré intentando creerme que alguno de aquellos shorts sobre los que usaba para el vóley funcionarían bien, corriendo de la puerta del baño hacia mi ropero a tropezones hizo que encontrara de milagro unos azules.

-Esto no puede estar pasando ahora-susurré buscando alguno negro para disuadir o que no se viera tan mal.

Al ver que no encontraría con el tiempo que tenía en mi contra, sólo me quedó esperar que la vida me dé algo de fe en ella y que mi suerte no lo arruine de nuevo.

Bóxer, medias, short, camisa, falda, polera y casaca, zapatos formales.

Corriendo sostengo la maleta de clases y la mochila del equipo, mi teléfono con audífonos al lado, llaves de mi bicicleta y las de casa. Avanzo mientras me decían que ya deberíamos irnos, paso de largo cuando me vieron bajar.

Kageyama bufó-La polera no estaba dentro del castigo, tonto-
-Me vale madres, Kageyama, ya ando cumpliendo tu castigo-
-Pero era lo que te di y nada más-dijo
-Ya mierda, espera-exclame ignorando a mi padre diciendo que me midiera en mi lenguaje.

La polera estaba guardada, pero el bendito saco hacía ver la camisa de mi hermana manga larga con un moño amarrado donde iría mi corbata color negro. Papá y Natsu sonreían y ella no parecía tan disimulada tomando fotos de mi en esta posición vergonzosa, a la par que Kageyama se quedaba mirándome por segundos y decía lo mal que me veía.

-Por tu culpa tendrás que aguantar esta barbaridad-exclamé
-No te quejes tanto hermano que se te ve bien-dijo Natsu interrumpiendo al azabache que estaba cerca comiendo un gran tazón de frutas con cereal y yogurt.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora