Drowning (Haikyuu!!)

Capítulo 5

"Mírame y cuando quieras, verás como lo hago todo parecer tan fácil"

—Lamento llegar tarde, no volverá a pasar —dije cuando la maestra me miró molesta en su escritorio cuando abrí la puerta

La vi bufar resignada y me dejó pasar, con todos mis compañeros mirándome de cierta forma, no tan disimulada; la incomodidad de la situación, los nervios por segundo recorriendo mi espalda junto a la sensación de que si hacia un gesto de dolor el juego terminaría mi rápido.

Mis amigos de salón me preguntaron que ocurrió y di la excusa de la práctica con los chicos, ellos no sabían nada así que me creyeron fácilmente, sonriendo mientras me pasaban algunas notas que tuvieron que hacer antes de ingresar, para ver a la profesa explicarme lo que debía hacer y sostuve uno de los libros del área, pensando sobre cómo carajos iba a entender esto.

Recordé algo del pasado y sonreí para comenzar a realizar dicha tarea momentánea. Donde parecía sencillo los ejercicios de aquella materia mientras que en realidad era solo mi suerte dictando lo que mejor sonará en conjunto, recordando cosas vagas sobre la composición lírica y gramática del Inglés.

Y así completaba las dos páginas que me debía, a la vez que avanzaba con las demás para estar a la par de mis compañeros, un poco raro, pero este es el Hinata real de alguna forma.

Mi dolor seguía latente, no iba a mentir, pero igual lo haría así que no fue difícil sonreír mientras la profesora me decía al final de la clase que no llegara tarde a su clase de nuevo; asintiendo dejé que ella se fuera y me dirigí a las dos últimas horas de clase, Religión, y suspiro ante el notorio cansancio y pesadez.

Eran mis muslos que dolían fantásticamente, con ese ardor peculiar adjunto al pensamiento nublado entre las clases y mis demonios. Las cosas se veían fácilmente y mis amigos me hablaban y respondía animado, sonriendo y dando más charla luego de que el profesor nos diera tiempo antes de la salida al concluir rápido los trabajos grupales.

Ellos hablan de una serie nueva, otros mencionan a unos artistas y sólo digo que mi hermana es fanática de uno de esos chicos -lo que era verdad- aunque admitiendo que no lo conocía del todo. Me miraron raro pero sonrieron para mostrarme lo que "estaba perdiendo" según mi grupo de amigos.

Era tan sencillo engañarlos que me ponía insensible, pensando cómo serían las cosas si ellos me conocieran bien, si supieran la realidad frente a sus ojos. Oh, estaba seguro que no me hablarían como lo hacen, mucho menos se pondrían a mirarme sonrientes.
De hecho, afirmo que se pondrían nerviosos y susurrarian a mis espaldas lo raro que estoy, lo anormal que debo ser por las cosas que me pasaron, oh claro, lo sabia mejor que nadie.

"No sería la primera vez que ocurre"

Pero sonreí incluso cuando tuve que negarme a salir al karaoke con ellos por el club, no pudieron decir nada pero me hicieron aceptar una salida en algún momento, lo que en realidad, no quería. Más no dije nada sonriente y me despedía inte random llegar temprano al entrenamiento con Kageyama y Tanaka.

Un chico bajo de estatura se nos une, tiene cabellos pintados sobre el punto medio de su cabeza, nos mira y exaltado nos saluda y dice que nos ayudará a entrar al club con sus buenas recepciones.

—Él es Nishinoya —dice Tanaka y todo cobro sentido para el azabache

Asenti sin entender sobre que era pero Kageyama le daba plática y con tanaka con poníamos a practicar. Este chico nos ayudó y caminamos hasta cierto punto juntos cuando la noche se hizo más oscura de lo normal.

El azabache gruñón me preguntó si creía que entraríamos al club y le afirmé que lo haría. Me miró extrañado más se quedó callado, despidiéndose con un murmuro y al separarme sentía que debi comer algo. Algunos mareos me nublan la vista mientras manejo mi bicicleta, así como la constante migraña que me acompañó hasta casa. Donde papá estaba para saludarme con un abrazo afectuoso y Natsu me saludaba entre grito y grito, emocionada por comer pizza después de dos semanas.

Sonrío al verla feliz por cosas pequeñas, parecía un pequeño diablillo con pinta de Ángel, me hizo alegrarme un poco hasta que tuve la vista de ella llorando en un abrir y cerrar de ojos, mirándola fijo para asegurarme que no fueran cosas mías.

"Sólo eran flashbacks del trauma" diría Martha si me tocara sesión hoy.

—Shouyo, la pizza no se comerá sola —gritó cantarín mi padre desde la cocina.

Y a pesar de que no tenía hambre, los mareos me estaban ocasionando problemas en la escuela, por ello y la migraña me vi obligado por mi mismo a sentarme en la mesa y comer aquellos pedazos de pizza junto a bebidas con hielo durante una hora aproximadamente, donde comí menos que mi hermana y mi padre.

Ninguno me reprochó aquello pero sonrieron por verme un poco "mejor" dijeron, más calmado, menos enojado y mas vibrante. Casi como antes se le escapó a papá pero se calló masticando otro pedazo de pizza.

Decidí no enojarme por ello en su cara, sonriendo y diciendo que me iría a hacer dos ejercicios que me faltaron para mañana, despidiendome rápido para ir a mi habitación.

Jugando con el filo de mi camiseta deportiva, mirando la habitación semi ordenada para dejar mi mochila e ingresar a la ducha, donde me Quito la ropa con calma y miro aquel objeto filoso, guardado sobre uno de los pedazos de mármol sobre la pared, sostenerlo fue un gran gusto, pasarlo por mi piel en algún instante fue melancólico.

Pero sonreí cuando visualice las sonrisas de mis amigos, de mi hermana y algunas lágrimas recorrían mis mejillas con rebeldía. Odiaba ver esas sonrisas sabiendo como soy. Me recriminaba en estos momentos de debilidad cuando se suponía que no debería pensar más.

No debo pensar, no debo pensar más.

Un corte más profundo de lo que pensé resaltó sobre mis muslos, rozando cerca del lado interno de las mismas. Jadeando por la sorpresa del asunto, hago una pequeña mueca.

Mañana eso va a doler como los mil demonios, estaba seguro de ello.