Capítulo 7

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"Quiero correr lejos de aquí, de allí, y si es posible, incluso del más allá. Pero aveces es demasiado tarde y sigo atrapado en el mismo sueño"


No puedo evitar sentir angustia al levantarme, al igual mientras miro mis alrededores y escucho la voz de papá levantándome para evitar llegar tarde. Eso me hace apresurarme, avanzar hasta el baño y ducharme con rapidez, sostener mi uniforme y colocarlo sin importar que mi cabello aún esté mojado.

Corro sosteniendo mi mochila y mi bolso de deportes por todo el pasillo, despidiendome de papá mientras Natsu sonríe de mi mala suerte, me veo sacándole la lengua de forma juguetona, pero todo se desvanece al sostener mi bicicleta y pedalear con fuerza por el campo y las pistas vacías.

Mis muslos dolían, pero de hecho, eso me inspiró a no cansarme por la fuerza que estaba ejerciendo a mis piernas. Kageyama me mira enojado en el descanso cuando me ve, a la vez que Nishinoya me perdona la tardanza y junto a Tanaka dicen cosas sobre lo buenos sempais que son.

Se sentía como si me estuviera perdiendo horas de mi vida, quizás por tomar el medicamento erróneo, tal vez sea por la falta de apetito pero con un buen descanso, no lo sabia, todo parecía dar vueltas a la par que no lo hacía por completo. 

Sonreí cuando vi el rostro de mis mejores amigos esperándome fuera del club de voley, preguntándome cómo me había ido, yo sólo me emociono y digo algunas cosas sueltas para concentrarnos en el equipo de uno de ellos.

Me veo despidiendome mientras espero a que los chicos lleguen en algún momento. Las horas parecen minutos y los segundos se sienten pesados sin que me de cuenta. Tanaka aparece corriendo diciendo que el partido se hará antes de lo esperado, afirmando que el capitán quiere vernos.

Kageyama se pone tenso pero se le ve avanzar sin mirar si estaba aquí, por mi parte era un hecho que si no estaba, no me iba a morir.

"Pero sí que quieres entrar, no lo niegues"

—Shut up —susurré para ver a Tanaka llamarme y corrí de nuevo.

Con aquella fatiga conocida junto al cansancio, el dolor de cabeza y la adrenalina de estar en la cancha de una vez por todas. Las emociones brillaban y se ponían revoltosas a cada paso que doy al llegar al gimnasio, donde el sub capitán, un chico de cabellos plata platica con el capitán y el poste con lentes.

Las mariposas azules se agitan y se mueven por todos lados, y sonrió un poco de verdad, pero eso no lo ven del todo y cuando platico con Kageyama y Tanaka, me disgustó su idea de no pasarme las colocaciones, en pocas palabras de todo lo que dijo, era un completo incompetente y no jugaría conmigo ni ahora, ni nunca.

Fue enojo lo que sentí en esos instantes, le grité que podía hacerlo y se dejara de tonterías, más al final el silbato resonó nuestros oídos y las colocaciones eran hacia Tanaka, lo que no me hubiera molestado tanto sino fueran exactamente eso, todas las colocaciones mientras yo me encargaba de proteger nuestro lado del set, que muy divertido no era.

Fallé en algunos puntos, eso hizo que el azabache me gritara, en otras no dijo nada cuando lo hacía bien, pero terminamos ganando por una colocación rebelde de mi parte.

Las mariposas parecían morir un poco más rápido cuando le dijeron a Kageyama que entró al club, sentí como si todo lo que hice no valiera la pena.

Estaba a punto de irme, sólo por el orgullo que tengo muy presente sobre mi mismo. Ese que me decía burlón que jamás debí intentarlo, y que, mezclado con mis malas decisiones, esta era en definitiva, una de las peores.

Iba a llorar, estaba a punto de romper en llanto y eso me hizo avanzar sin mirar atrás por aquella puerta.

—Hinata, espera!! —gritó Tanaka y volteé para mirarlo atrás de mi

—¿Qué pasa Sempai? —respondí esperando una burla de su parte.

Más me entregó la misma camiseta que a Kageyama y me sonrió— Entraste al club también, Hinata baka —exclamó para abrazarme y esperé unos segundos para que admitiera que era una broma cruel.

Lo esperé y sin embargo los capitanes me miraban con pulgares arriba, el poste andante se iba con el chico se pecas y Kageyama, él miraba a otro lado pero me esperaba con su bolso y mochila sobre sus hombros.

Avancé y entregué la solicitud con una sonrisa tímida, que los sorprendió, pues si, más quería sonreír de verdad una vez y aliviado sentía como las lagrinas se secaban antes de salir, un pequeño calor caló por mi corazón antes de chocar con el frío aire que cortó la sensación de calidez en un instante.

Pasé la ruta con Kageyama como siempre, este parecía reacio a dar charla más compramos bollos de carne -que ni acabé pero si- y unas botellas de agua, que sin duda alguna las necesitábamos para todo el camino largo que tenemos por recorrer. Lo veo despedirse, con algún detalle que me hizo sorprenderme durante todo el camino hasta casa, donde Natsu me abrazaba y a pesar de la incomodidad, parecía ignorarlo mientras me sonríe y aparece papá preguntando cómo me fue hoy.

No tuve que mentir y dije que fue un buen día, admitiendo que me aceptaron en el club y que comenzariamos la próxima semana. Sus ojos brillaron tanto que el abrazo fue mínimo de la emoción que tuvo de verme un poco más feliz.

La cena fue de lo más calmada, aquel cansancio disminuyó cuando pude dar más bocados de los normales con calma y sin sentir las dichosas náuseas sobre mi garganta. Lo mismo fue mientras pasaba por el pasillo, la habitación se sentía calmada pero la misma angustia con la que le levanté llegaba de golpe, diciendo que tal vez entré por pena.

No tuve que dudarlo tanto, pero quise mentirme a mi mismo diciendo que me lo merecía, que hice mucho para llegar a donde estoy e intenté no cortar. Sólo porque mis muslos dolían y las anteriores marcas se abrían ni bien eran tocadas.

Eso no me gustó tanto, pero el dolor hizo que valiera la pena todo.

Las pesadillas sobre mamá, otros sobre su hermano, algunos de mis ex compañeros y uno que otro sobre mis miedos más profundos.

Si, tenía mucho por donde correr y alejarme. Digamos que sólo respiro para no tener que volver a mirar más allá.

Y dormí soñando que corría lejos de mis demonios, ellos persiguiendome con la misma velocidad que yo. Unos muy cerca de sostener mi cuello, otros alejándose poco a poco.

Igual me consumían en algún punto.

Y volvía a caer en el remolino de malas decisiones.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora