Capítulo 17

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"Mientras más pienso me doy cuenta de lo inútiles que son mis esfuerzos para acallar las voces de mi mente"


Había gente de casacas celestes frente a mi cuando entré al gimnasio.

Una sensación estremecedor llegó mientras veía lo altos que eran todos sin contar conmigo ni con otros dos del equipo contrario. El nombre de aquel grupo que vendría pidiendo que Kageyama sea el colocador central resaltaba entre líneas blancas por la parte trasera de las casacas que se quitaban luego de saludarnos frente a frente.

Yo dejaba mi botella de agua y mi toalla enuna de las bancas sintiendo que la ansiedad de antes quería regresar.

Tadashi me preguntó si me sentia mejor, yo aunque intenté engañarlo sólo pude asentir con la cabeza con una pequeña mueca en forma de media luna. Él arrugó su entrecejo pero sostuvo mis hombros y me dió ánimos para el partido, diciendo que sino lo hacía bien lo pondrían a él y me robaría el puesto entre risas.

Sabía que podía ser cierto y también reconocía que aunque fuera una broma esa tediosa voz en mi cabeza decía que igual era mejor que yo, por lo que tendría que destacar para no quedar fuera de la cancha.

Sin importar que me consideren un complemento de Kageyama y nada más, sin darle peso a los susurros del otro equipo sobre lo bajo que era para mi posición.

El capitán no aparecía según los demás, Kageyama estaba enojado pero a la vez estresado, difícil de explicar en palabras pero el entrecejo fruncido me demostró que lo mejor era molestarlo más. Aunque bueno, si fuera yo realmente no le hablaría de nada y esperaría a que se calmara.

No tenía que decir algo en específico para que se notaran los agujeros en el equipo frente al contrincante. Los pases rápidos lo hacían sentir derrotados por no poder seguirnos el ritmo tan rápidamente. Y yo lo sabía, ese sonido de la puerta, ese chico de cabellos castaños y sonria engreída mientras le sonreía a Kageyama me hizo notar la tensión del partido.

La respiración agitada, la sensación de tener más peso de lo que debería, así se sentían los segundos en la cancha.

Intenté contar en mi mente muchos números aleatorios para no caer en el piso, mi cabeza daba muchas vueltas pero entre los descansos no podía evitar sentarme en una de las bancas con la mirada del entrenador sobre mi.

Todos avanzaban pero al intentar pararme este sostiene mi delgada muñeca y me vuelve a sentar en la banca para ponerse de rodillas frente a mi y preguntar que había comido en todo el día.

El pensamiento de ser sincero iba a doler, yo lo sabía, porque si le decía la verdad al entrenador él le diría al profesor Takeda, ese le diría al tutor y entre los dos le harían saber a mi padre que estaba volviendo a descuidarme. La respiración fuerte fue una forma de comenzar a relatar que el día e hoy no sentí tanta hambre y que no pensaba que me iba a agotar tan rápido.

Este me miró y dijo que no seguiría en el juego pero que podía mirar las estrategias de ambos equipos para aprender.

Mi botella de agua se estaba acabando mientras observaba a los chicos jugar un tanto preocupados al no saber que hacer sin mis pases rápidos. Quise reírme por pensar que por ser un complemento no me necesitarían, aunque fue la mirada del entrenador sobre mi en algunos momentos que pude evitar esa sensación de satisfacción al demostrar que si era importante.

Callando por completo las risas de mi cabeza revoloteando en exclamaciones sobre lo bien que les va sin mi.

Kageyama le lanzaba un pase a Tanaka cuando perdieron el partido frente al Aoba Josai y el pelicastaño le sonreía al azabache diciéndole muchas cosas, que Daichi lograba arreglar. Los demás estaban regresando y Tadashi me preguntó si deberíamos ir a la enfermería y yo negué.

Drowning  (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora