"No quiero hablar, no quiero pelear, no quiero jugar. No puedo superarte. Sólo puedo observar, por favor vete. Pero llega el momento en que vuelves, entonces pierdo" Lose - Wonho
—¿Por qué no me dejas ir, hijo? —.
—¿Que crees tú? —.
—Digo que podrías dejarme ir, que es más sencillo recordar quién fui realmente y no lo que querías ver de mi —.
—¿Y vivir con una imagen de ti siendo lo más denigrante posible? Prefiero engañarme a que pensar en recordarte realmente —.
—No es cómo si pudieras olvidarlo tan fácilmente, hijo —.
—Tampoco es cómo si pudieras obligarme, ¿verdad? —.
Nos vimos cara a cara. Y sonreímos, sin saber como me veía frente a ella sabia que su presencia era la verdadera, no a la que lloraba, no la que todos quieren recordar.
Su rostro desfigurado se mostraba frente a mi para verse como días antes de su muerte, y aunque no sentí algo por ella y su situación, sonreí, me reí tan fuerte que el abdomen dolía.
Sin creer que había olvidado en lo que se convirtió por culpa de su hermano. En lo que me convertí por su culpa también.
Abrí mis ojos e inesperadamente eran las cinco de la mañana, con un cielo casi nocturno frente a nuestras camas sobre la ventana abierta. Los demás dormían cuando me levanté yaunque pude sentarme podía ver su rostro en una de las esquinas cerca a la cama de Tsukishima, sonriente acercándose demasiado rápido sobre mi, mirando con la boca abierta.
Podía percibir su aroma a flores y la saliva recorrer mis mejillas ante su sonrisa abierta, tan abierta que los dientes diluidos mostraban el nuevo daño que él le había hecho no hace mucho, y aunque veía sus ojos, los míos no dejaban de ver por lo menos, un mínimo de aquel brillo que alguna vez hubo.
No sé sintió tan mal cuando su espectro se esfumó y pude caminar con mis cosas a uno de los baños; mis piernas temblaban, el camino se hacía más largo a la par que entraba al baño con mi mochila y me servía agua sobre la botella vacía de anoche.
El sonido del caño chorreando agua ante todo el silencio se hizo un calmante innecesario para cuando me reflejaba en el espejo, podía verla a ella atraves de mi, sonriente, paciente, pero sumamente enloquecida por aquello en lo que papá jamás pudo ver a tiempo.
Antes de poder verla reírse de mi sostuve las pastillas para la ansiedad y aunque sostuve sólo dos cápsulas sabía que quería más, mi boca las saborea antes de ser inundadas por la gran cantidad de agua fría atravesando mi garganta.
Suavemente cierro las demás que debían ser puestas después del desayuno y que casualmente ignoro por tener que tomarlas en las clases, para cerrar la mochila y ponerla en algún lado cerca a donde me ducho y me visto para verme un poco menos ojeroso frente al espejo.
—Buenos días, Hinata Kun —susurró Enoshita mientras pasaba a lavarse el rostro y sonrei sintiéndome tenso.
—Buenos días —dije calmado para despedirme y avanzar por los pasillos que ahora estaban un poco más llenos con los demás que se iban preparando para el primer día de entrenamiento.
—Te reto a una carrera, Idiota —gritó el azabache cuando abrí la puerta y veía como los demás se cambiaban y arreglaban sus cosas
—Claro! —exclamé mientras dejaba en su sitio el bolso e ignoraba el ligero temblor sobre mis piernas y lo vi correr para seguirlo por todo el campo.
Y corrimos por un largo tiempo sobre las montañas cercanas. Él parecía concentrado pero no es cómo si hubiera deseado dejar de pensar de esta forma. La risa de alguien se escucha demasiado estruendosa para detenerme y observar que no hay personas aparte de nosotros dos sobre aquel camino lleno de césped.
—Que te ando ganando Idiota —gritaba alegre y mordiendo mi labio inferior corria sintiendo la sangre llenar mi boca para cuando me miraba desde el punto de partida con una sonrisa presumida.
Mi sonrisa parecía decaer cuando se volteó a tomar agua, escuchando con él como el capitán hablaba con el entrenador, recordando que era hora del desayuno. Y que debía ser en el comedor central.
—Hey, ¿que tanto piensas, Hinata? —dijo Sugawara frente a mi y sólo sonreí nervioso
—Buenos días, sugawara sempai —dije y me observo preocupado— sólo pensé en mi familia —susurré para verlo de nuevo y este sonrió
—La familia es algo difícil de dejar, ¿no es así?. Ven, nos están llamando para desayunar —dijo acariciando mis cabellos para caminar a su lado hacia una gran puerta que nos conlleva al gran comedor.
Donde Tadashi me llama para sentarme frente a él, el poste andante estaba a su izquierda y Kageyama estaba a mi lado comiendo como un completo barril sin fondo, de tan sólo pensarlo la bilis recorría por mi garganta, tomando un vaso de agua antes de ver cómo diablos iba a comer sin que se viera extraño.
Tanaka con Noya aparecen y se acercan a nosotros diciéndole a Yamaguchi y Tsukishima que debían comer más, mirando a Kageyama con cierto respeto por ser "varonil". Varonil mis huevos, pensé mie tras me levantaba a ver que desayunar sobre las bandejas donde la mánager sonreía para mostrarme que había.
Suspiré resignado a tener que ser yo en este aspecto, lo que se supone que tendría que comer sólo lo que podría luego de ignorar mi hambre inconscientemente.
Una mano sostiene mi hombro y al voltear es Daichi preguntando si me sentia mal del estómago, a lo que asentí diciendo que en realidad el viaje me hizo sentirme mal. Lo escuché pedirle algo ligero para mi, lo vi sonreír y me susurró que si seguía sintiéndome mal que le avisara.
Con mi bandeja casi vacía, podía ver mi reflejo en la sopa junto a las pocas frutas que me pusieron junto a algún carbohidrato que definitivamente ignoraré y un jugo de naranja no tan alarmante para sentarme de nuevo junto a los demás, quienes hablaban hasta que Kageyama dijo porque comería tan poco en el desayuno.
—No tengo tanta hambre, ahora come antes de que alguien te robe —dije y lo observé comer como antes y tomando un sorbo de mi bebida sigo la charla de Tadashi sobre lo que haríamos en estos días.
En las expectativas sobre Tokio y un tanto preocupado sobre el resultado de los exámenes que habíamos olvidado ver nuestros resultados. Aunque era sincero, no me preocupaba demasiado saber mis notas. Había estudiado, me había esforzado un poco más de lo usual así que aprobaría todos mis exámenes sin dudarlo.
El entrenador nos llamaba para alistarnos e ir al gimnasio para comenzar a entrenar para el partido en Tokio.
Ignorando que este me observó, y también ignorando los temblores en mis piernas corriendo alegre haciendo que Kageyama fuera detrás de mi diciendo que fue trampa cuando le gané, riendo y sacándole en cara la pérdida por comer como un cerdo.
Algo que no le gustó porque resaltó que al final todo eso se iba por la mierda o para su altura, recalcando que por ello yo era enano. Sonrei aún más diciéndole que iba a su altura, más no a su materia gris la comida que tragaba, y enojado ya no pudo replicar más sobre mi al ver a Daichi San completamente rojo.
Si, no eran tan malos como creí.
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Drowning (Haikyuu!!)
Fanfic"El agua es incolora pero a la vez se ve azul. Es densa cuando le tienes miedo y no te daja escapar. Parece amigable, aveces pudo serlo. Nadie me dijo que eso podría matar a alguien" Hinata Shouyo tiene muchas cosas por ocultar de sus compañeros...