33. 「 El Premio 」

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-¿Qué no quieres exactamente?- preguntaste sonriendo sin disimulo, sabiendo que buscaba tentarte-. ¿No quieres que me cambie o no quieres irte?

-Ninguno de los dos- respondió mientras dejabas tu cambio en el escritorio-. Me gusta demasiado como se te ve esa blusa, en especial ahora que no tienes el corsé puesto.

-Se me ve todo- replicaste viendo como se paraba de la cama y caminaba hasta quedar frente a ti.

-Exactamente- murmuro viendo tus labios. Sonreíste divertida levantando tus cejas, intentando ignorar el hecho de que la temperatura de tu cuerpo cambio de repente.

-Ah, claro-murmuraste relamiendo tus labios intentando ignorar todas las ideas que se vinieron a tu mente al sentir como Peter jugaba con el dobladillo de tu blusa-. Entiendo lo que dices pero por mucho que te guste, esta blusa esta a punto de darme una pulmonía. Así que apreciaría que me dejaras cambiarme- le pediste, usando todas tus fuerzas para mantener tu mirada en sus ojos y no caer en la tentación de besarlo, sabiendo exactamente lo que terminarían haciendo si lo besabas en ese momento.

-Yo no tengo problema con que te cambies- comento él levantando sus cejas, haciendo una expresión de inocencia-, es más si quieres te ayudo. ¿Qué te parece?-propuso él con diversión. Por fuera rodaste los ojos, intentando parecer indiferente a la idea pero la realidad era que sentiste un escalofrió recorrer tu espalda al imaginarte la escena en tu cabeza.

-Por muy tentadora que sea tu oferta tendré que decir que no- dijiste en tono sarcástico, agarrando su muñeca y jalándolo hasta la entrada de la tienda sin que pusiera resistencia -, pero gracias de todas formas-Peter entrecerró los ojos ligeramente sonriendo de lado.

-Que aburrida eres- murmuro antes de inclinarse y atrapar tus labios en un corto beso. Respondiste sin problema, sintiéndote a salvo una vez lejos de la cama pero no lo suficiente como para bajar completamente tu guardia-. Te espero afuera- te dijo antes de darle un corto vistazo a tus labios y salir de la tienda.

Suspiraste algo aliviada, todavía no sabias si era buena idea bajar tu guardia con Peter. Querías hacerlo con tantas ganas porque te sentías tan cómoda estando con él pero no podías olvidar que era el tipo que te secuestro. Aunque recientemente no sentías que esa palabra era apropiada, después de todo estabas disfrutando demasiado tu estadía en Neverland al punto que una parte de ti ni siquiera quería regresar a casa. Si no fuera por lo mucho que extrañabas a tu familia te quedarías en Neverland y los perdidos sin dudarlo pero lastimosamente ese no era el caso. Tragaste duro al sentir el nudo que se formaba en tu garganta y comenzaste a cambiarte después de dispersar esos pensamientos.

Terminaste poniéndote una blusa verde de manga larga, sin el corsé esta vez, y unos pantalones cafés con las únicas botas que tenias secas. Saliste de la tienda en busca de Tigrilla que estaba en la mesa de banquete y justo cuando ibas a alcanzarla sentiste como alguien a tus espaldas te cargo haciendo que gritaras del susto. Una vez en sus hombros te diste cuenta de que eran Vincent y Víctor cargándote para celebrar la victoria del grupo .

-Tranquila, _______- te tranquilizo Víctor sosteniéndote por tu muslo izquierdo mientras Vincent hacia lo mismo del lado derecho-. No queremos que te caigas.

-¿Entonces para qué me cargan?- preguntaste divertida, viendo a los rubios con intriga.

-Para celebrar tu victoria, obviamente- dijo Vincent con una sonrisa juguetona mientras apoyabas tus manos en los hombros que tenían libres.

-Nuestra victoria- continuo Victor mientras caminaban contigo en sus hombros por la aldea sin dificultad aparente-. ¡Fu-gi-ti-vos!

-¡Fu-gi-ti-vos!- gritaron ambos gemelos en repetidas veces llamando la atención de la aldea haciendo que sonrieras y bajaras la mirada, algo apenada pero emocionada al mismo tiempo.

Sentiste como tu corazón se aceleraba al ver como varios fugitivos se unían alrededor de ustedes a celebrar la victoria. Viste a Edmund no muy lejos de donde estabas, siendo obligado a subirse a los hombros de Ryan y Jake, el hermano de Oliver. Te reíste al ver como Edmund se resistía a ser cargado sin resultado y decidiste dejarte llevar por el momento.

Junto al resto de los fugitivos comenzaste gritar con emoción celebrando su reciente victoria contra los piratas. Víctor y Vincent los llevaron hasta donde habían dejado el cofre previamente y te bajaron junto a Edmund. Akando y Solomon estaban esperándolos frente al cofre por alguna razón que desconocías. Los fugitivos y los piratas estaban a su alrededor expectantes, igual de perdidos que tu.

-¡Silencio!- gritaron Akando y Solomon callando a todos a su alrededor. Miraste a Edmund a tu lado con una mirada interrogante esperando que supiera que estaba sucediendo. Sin embargo, el azabache levanto los hombros y te lanzo una mirada perdida dándote a entender que él tampoco sabia que estaba sucediendo.

-El juego de hoy viene con una sorpresa- aviso Akando lo suficientemente alto como para que todas las personas detrás de ti escucharan.

-Aunque no lo dijimos al principio, los lideres del grupo ganador tendrán un premio- continuo Solomon mirándote a ti y a Edmund.

-¿Solo nosotros?-les preguntaste confundida.

-Así es- respondió Solomon abriendo el cofre de los piratas-, este cofre es mágico y les dará dos objetos preciados que les serán útiles en un futuro.

-Pero como toda magia, este cofre tiene sus limites- explico Akando en tu dirección. Asentiste ligeramente antes de voltear tu mirada hacia Edmund.

-¿Tú primero?

《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora