《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞

37.「 La Fogata 」

Ante esas palabras Peter se abalanzo sobre ti. Sus manos subieron a tus mejillas y te beso. Te beso sin permiso, sin siquiera decidir hacerlo, simplemente porque no pudo hacer nada más. Su cuerpo le pedía a gritos que te besara, lo necesitaba.

Y sin importar que lo vieras venir, te agarro por sorpresa. No era un beso gentil como estabas acostumbrada. Era un beso posesivo, muy diferente a como te habia besado las veces anteriores. Tus manos subieron a su pecho y se agarraron a su camisa, buscando algo a lo que aferrarse.

Pero para tu sorpresa y decepción, la duración del beso fue corta. Peter se separo de ti. No sin antes morder tu labio inferior causando que soltaras un leve gemido ante la sorpresa. El ojiverde te miro con satisfacción mientras tú lo mirabas con pura molestia.

-¿Y eso para qué?- reclamaste, sintiendo que ahora te llevaba la ventaja en este pequeño "juego" que acaba de empezar.

-Para recordarte que eres mía- respondió él, acariciando tu labio con delicadeza-, y el porque estás aquí.

-Como si lo pudiera olvidarlo-murmuraste, empujándolo para poder regresar con el resto-. Lo único que te falta es ponerme correa- le reclamaste mostrándole el anillo que tenias en tu mano.

Ese objeto, ambos sabían, era un constante recordatorio de que mientras estuviera en Neverland ningún hombre en su sano juicio intentaría algo serio contigo. Peter te vio irte con una sonrisa ladina antes de seguir tus pasos e ir de vuelta con el resto.

(...)

El sol se estaba poniendo pero aun seguían en la cascada. Había pasado un rato desde que tú y Peter regresaron con el resto del grupo y no habia sucedido nada muy interesante. Tú te quedaste jugando con los gemelos mientras Peter se quedo hablando con Tigrilla, lanzándote miradas burlonas de vez en cuando.

Intentaste ignorarlo pero después de cierto tiempo siempre volteabas hacia su dirección. Verlo coquetearle a Tigrilla era una tortura pero buscaste asegurar que se sintiera igual que tú estando siempre con los chicos. Después de todo se habían llevado bastante bien al jugar Piratas y Fugitivos y era muy divertido pasar el tiempo con ellos.

En este momento, Víctor y Vincent estaban jugando carreritas cargando a Adara y a ti en sus espaldas mientras corrían. Tú estabas siendo cargada por Vincent pero por desgracia él venia perdiendo contra su hermano tres veces seguidas.

-¡Vincent!- reclamaste divertida al ver que había perdido de nuevo-. ¿Qué es lo que te pasa?- preguntaste aun en su espalda.

-Lo que le pasa es que es demasiado lento- se burlo Víctor con una sonrisa victoriosa mientras te bajabas de la espalda de su hermano.

-O ella es muy pesada-bromeo Vincent haciendo que le dieras un golpe en la nuca-. ¡Ey!

-Ella no es el problema, te lo aseguro- dijo Víctor pasando un brazo por tu hombro-. Esta vez tu carga a Adara y aun así ganare- le propuso a su gemelo con una mirada retadora. Miraste a Vincent levantando tus cejas antes de sacarle la lengua con diversión. Víctor vio tu expresión y se rio antes de voltear hacia su hermano-. ¿Aceptas o estas listo para admitir que soy mejor que tu?

-No, ya me canse, eres mejor que yo- admitió levantando los brazos-. ______ no tiene que ver con mi derrota.

-Tomare eso como una disculpa- le dijiste con una sonrisa infantil mientras caminaban a la fogata para que los gemelos descansaran.

-¿Ustedes no se aburren de estar sentados?- preguntó Adara al resto que habían estado sentado por un rato.

-Un poco, si- respondió Parker.

-Pero no se nos ocurre que hacer- continuo Edmund, viendo sutilmente a Tigrilla y Peter platicando frente a él.

-Pueden jugar verdad o reto- murmuraste al sentarte a lado del azabache.

-¿Verdad o reto?- preguntó Víctor confuso.

-Si, es bastante simple- le comentaste al rubio sorprendida de que no conociera aquel juego-. A cada jugador se le pregunta si quiere decir una verdad o hacer un reto y después de cumplir, él o ella le pregunta a alguien más lo mismo. Por ejemplo... Adara, ¿verdad o reto?- le preguntaste a la pelirroja.

-Verdad- respondió ella.

-¿Cuál es tu color favorito?- preguntaste algo simple, solo para ilustrar la esencia del juego.

-Rosa- respondió ella en voz alegre-. ¿Ahora yo le preguntó a alguien más?- te preguntó.

-Si, básicamente- respondiste sonriendo.

-Pues, empecemos.