57. 「 Entonces prepárense 」

4.3K 310 87
                                    

-¿Todavía no despierta?- preguntó Peter saliendo de su cuarto con el cabello mojado.

-Nop- murmuraste dibujando en tu cuaderno. Ya habían pasado varias horas y Félix seguía dormido. Peter y tú incluso habían tomado una ducha... y luego otra y Félix seguía sin despertar.

-Creo que la magia de tu noviecito es más poderosa de lo que creía...

-No me sorprendería es hijo de Rumpelstiltskin- dijiste aún concentrada en tu dibujo.

-¿Qué dijiste?- preguntó el castaño, parando en seco. Levantaste la mirada hacia Peter, sin entender porque tenia una expresión incrédula en su rostro.

-¿Que Aaron es hijo de Rumpelstiltskin?- repetiste extrañada.

-Dios, entonces escuche bien- murmuro con una extraña expresión.

-¿Qué traes?- preguntaste desconcertada por su actitud.

-No... No es nada- dijo él sacudiendo la cabeza.

-¿Es por qué Aaron es tío de Henry?- preguntaste, recordando la reacción usual de la gente que le contabas dicha información.

-Eh, si- mintió él, pensando que esa respuesta seria mejor que lo que él tenia en mente.

-Se que es un poco raro pero deberías ver el árbol genealógico de Henry-dijiste volviendo a dibujar-. La mitad de Storybrooke esta en él...

-Por favor díganme que no están peleando de nuevo- murmuro Félix finalmente despertando. Volteaste hacia el rubio y sonreíste aliviada de que finalmente despertara.

-No- respondiste divertida-. ¿Cómo te sientes?

-Me duele la cara pero a parte de eso bien- respondió acariciando su mejilla.

-Que extraño... -murmuraste con una sonrisa forzada, recordando que hace unas horas le habías dado una bofetada-. Bueno, yo me iré a ver si alguno de los perdidos necesita ayuda- comentaste agarrando tu espada.

-Ten cuidado- dijo Peter, asentiste con la cabeza y saliste de la cabaña.

Al salir de la cabaña recorriste el campamento intentando ser lo más discreta posible. Una vez que no habia moros en la costa, tragaste en seco y sacaste el pendiente que te habia dado Aba.

-Killian Jones- susurraste con el pendiente en tu mano. Mágicamente una nueva aguja apareció girando como loca antes de detenerse en seco, apuntando hacia tu noreste. Suspiraste y caminaste hacia donde te indicaba el pendiente.

(...)

Caminaste un buen rato en la dirección que te indicaba el pendiente hasta que escuchaste voces a lo lejos. En ese momento decidiste trepar un árbol para poder ver desde la distancia a tu familia. Una vez que llegaste a la copa observaste a tu familia discutiendo en lo que parecía ser una especie de campamento improvisado.

Te quedaste ahi, esperando que tu padre o tu madre se separan del resto. No mucho después tu padre hizo justo ello y bajaste del árbol. Fuiste hacia donde estaba y cuando lo encontraste lo alarmaste, causando que levantara su espada en su defensa.

-¡_______!- exclamo tirando su espada al piso al darse cuenta de quien eras. Inmediatamente se lanzo, dándote un abrazo que correspondiste con pesadez.

-Papá... -murmuraste con cariño cerrando los ojos por un momento. Killian se separo y te miro con una sonrisa de oreja a oreja.

-Tienes que venir conmigo, tu madre...

-No, papá- lo interrumpiste, agarrándolo de la muñeca. Él te vio frunciendo el ceño, confundido de porque no querrías ver a Emma-. Quiero hablar contigo.

-¿Qué esta pasando, _____?- te preguntó haciendo que tu pecho se comprimiera. Soltaste su muñeca y rascaste tu nuca con incomodidad.

-Tienen que irse- soltaste levantando la mirada con una mirada seria.

-No nos iremos sin ti, hija- replico desconcertado por tu petición.

-¡Yo no me quiero ir, papá! -le informaste con pesar-. Por primera vez en mi vida estoy feliz.

-No sabes de lo que hablas, ______- respondió negando la cabeza.

-Si lo hago-replicaste frunciendo el ceño-. No quiero volver a Storybrooke.

-¿Por qué?- preguntó sin entender porque estarías diciendo eso.

-¿Por qué?-repetiste incrédula-. Por que estoy harta de vivir alrededor de tantas personas cuyas vidas eran increíbles y yo no poder vivir nada similar-explicaste alzando la voz con el enojo que te habías guardado por tantos años-. Tener que vivir como una persona normal, siendo que soy hija de un pirata. Partirme el trasero en la escuela solo para poder pasar los siguientes treinta años de mi vida en una oficina haciendo algo que probablemente ni siquiera disfrute...

-Entonces iremos al bosque encantado- te interrumpió, desesperado por cambiar tu opinión.

-Gran cambio-dijiste con ironía-, enciérrame en un castillo con un vestido pomposo obligándome a actuar como una princesa.

-Entonces zarparemos, seremos parte de la tripulación real tu y yo- te propuso con una mirada esperanzada que rompió tu corazón.

-Ambos sabemos que yo siempre he querido ser parte de tu tripulación... Pero creo que ambos sabemos que eso nunca sucederá- dijiste mientras luchabas por esconder el nudo que se formaba en tu garganta-. Es un sueño hermoso, pero solo eso. Un sueño.

-_______...

-Por favor papá. Váyanse- le suplicaste, dándote cuenta de que esta aproximación no te iba a llevar a ningún lado.

-Sabes que no nos iremos sin nuestra hija...

-¡Tu hija ya no existe!- le gritaste enojada.

-¿De qué estas hablando?- preguntó frunciendo el ceño.

-Por primera vez en mi vida no tengo que vivir a sus expectativas- respondiste sintiendo tu mandíbula tensarse-. Aquí en Neverland no tenia que complacer a nadie y me descubrí a mi misma. Ahora soy mi propia persona y estoy segura de que no te gustara darte cuenta de quien soy en realidad- dijiste teniendo una epifanía de como sacar a tu familia de la isla por su propia voluntad.

-Eres mi hija, te querré sin importar qué- te aseguro él con desesperación.

-¿Incluso si soy una villana?- preguntaste, sacando tu espada para jugar con ella.

-No eres una villana- dijo él instantáneamente.

-No subestimes el atractivo que tiene la oscuridad, padre- le advertiste con una sonrisa ladina.

-No puedes ser una villana- dijo más para si mismo que para ti, indicando que tu idea podría tener éxito.

-Oh, pero lo soy-respondiste caminando hacia atrás-. Y si se quedan, podrán comprobarlo de primera mano- advertiste apuntándole con tu espada para después darle la espada y guardar tu espada, dispuesta a regresar al campamento.

-No nos iremos sin ti- repitió con decisión. Volteaste hacia él con una sonrisa maliciosa.

-Entonces prepárense-dijiste extendiendo tus brazos con actitud relajada mientras te alejabas de él-. Porque estoy segura de que se arrepentirán de su decisión.

《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora