《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞

47. 「 Sirena 」

Era el siguiente día, finalmente tuviste la oportunidad de ir al lago de las sirenas como habías planeado antes de haber ido con los Pieles Rojas. Fuiste sola con la ayuda del pendiente que te habia dado Aba. Al llegar no encontraste ninguna sirena pero te entretuviste dibujando en tu cuaderno el paisaje.

-¿Tú eres _______?- preguntó una sirena. Levantaste la mirada y viste su cabeza saliendo del agua. Sus ojos eran de color violeta y te hipnotizaron de inmediato. Su cabellera era un café anaranjado pero asumiste que una vez seco será más claro.

-Si, lo soy- respondiste, cerrando tu cuaderno mientras te levantabas para acercarte a la sirena-. ¿Tú cómo te llamas?

-Me llamo Andrómeda- respondió ella con una voz encantadora. Algo tenia ella, algo hipnotizante. Como una atracción magnética que si no fuera por tu resistencia te hubiera jalado hacia ella en el momento que la viste-. Ven acércate.

-No estoy segura de que sea buena idea- murmuraste manteniéndote en la orilla del lago.

-¿Por qué? ¿Tienes miedo?- preguntó ella con voz sedosa.

-Prefiero llamarlo respecto- dijiste en broma-, he escuchado historias sobre tu especie.

-¿Ah si? ¿Qué clase de historias?- te preguntó recargando sus brazos en la orilla del lago.

-Historias de piratas que murieron gracias a tu especie... Gracias a su canto que los hipnotizo y los obligo a estrellar sus barcos contra las rocas. Los obligaron a hacer actos suicidas- murmuraste con detenimiento recordando lo que tu padre te habia dicho sobre las sirenas de niña-. Ahora dime. ¿Son ciertas esas historias?

Andrómeda te analizo con una mirada de fascinación. Algo te decía que tu la estabas mirando de la misma manera. Sin embargo, su expresión cambio sutilmente. Por primera vez notaste el peligro sus ojos, algo que solo notabas en los ojos de un depredador. Justo cuando va a atacar a su presa- Si, lo son.

Y antes de que te dieras cuentas, estabas debajo del agua. La hibrida te arrastro por el agua y sin importar que pusieras resistencia, te tenia a su merced. Justo cuando sentías que el oxigeno se desaparecía por completo de tus pulmones la sirena te lanzo a la superficie. Tomaste una bocanada de aire y saliste del agua lo más rápido que pudiste.

-Verga... -murmuraste una vez que recobraste tu compostura. Miraste a tus alrededores y notaste por primera vez que estabas en una cueva subterránea-. ¿Estas loca?

-Un poco, pero te aseguro que vengo a ayudarte- dijo ella con una sonrisa maliciosa.

-Ustedes las sirenas tienen una definición extraña de lo que es ayudar- replicaste sintiendo como tus pulmones todavía ardían por haberse quedado sin aire.

-Y ustedes las humanas son demasiado ingenua- dijo ella, lanzándote tu cuaderno de dibujo que mágicamente seguía seco-. Toma, lo necesitaras.

-¿Cómo es que... - balbuceaste viendo que las hojas seguían intactas por el agua.

-Es mágico, cariño. Ahora escúchame, te conviene.

-¿Me conviene escuchar a la persona que casi me mata? ¿Por qué?

-Porque soy la persona que te va abrir lo ojos- explico ella, con una sonrisa molesta-. Peter Pan no es quien parece. Es un demonio, un monstro. No te quiere, solo eres un peón en uno de sus juegos. Te esta utilizando...

-Andrómeda, Andrómeda-la interrumpiste con el ceño fruncido-. ¿Realmente esperas que te crea?

-Oh, claro, todavía no- dijo ella antes de meterse a la laguna y reemerger igual de rápido-. Tal vez con esto me gane tu confianza- comento lanzándote un collar que identificaste de inmediato.

-¿Cómo conseguiste esto?- preguntaste anonada, sosteniendo el collar de tu padre entre tus manos.

-¿Cómo crees?-preguntó ella-. Tu padre me salvo la vida en el pasado y estoy pagando mi deuda. ¿Ahora me escucharas?

-Si- lograste articular, sintiendo como te volvías pálida de repente.

-Peter Pan solo te trajo aquí para enamorarte- comenzó a explicar la pelirroja-. Para romperte el corazón y luego regresarte a tus padres. Creo que no lo sabes pero tu familia mató a Peter Pan en el pasado, asumo que esta es su venganza...

-¿Por qué no vino mi familia?- lograste preguntar, entre todo los pensamientos que abrumaban tu mente ese fue increíblemente claro-. ¿Por qué viniste tú?

-Porque ellos no estaban seguros de que este lugar siguiera existiendo- respondió ella-. Pensaban que Peter Pan estaba muerto, así que vine yo mientras ellos te buscaban por el bosque encantado... He estado esperándote por unos días de hecho. Ahora necesito que uses ese cuadernito- indico ella, apuntando hacia tu cuaderno de dibujo-, y le mandes un mensaje a tu familia. Lo que sea para que sepan que estas aquí en Neverland- te ordeno la pelirroja. Sacudiste la cabeza intentando procesar lo que estaba sucediendo y anotaste lo primero que se te vino a la mente en una hoja. La arrancaste y se la diste a Andrómeda que la guardo en su corpiño-. Ahora, ¿puedes regresar a la superficie sola o quieres ayuda?

-Ayúdame, si lo hago sola me ahogare.

-Humanos...