31. 「 El Tesoro 」

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-Así que... ¿soy terca e impredecible, eh?- preguntaste al ojiverde mientras salías de tu escondite y te dirigías hacia donde estaba. Ambos voltearon hacia ti, Akando un poco más sorprendido que Peter.

-Estas aquí... y empapada- comento él levantando su ceja izquierda, viéndote con intriga-. Yo diría que tengo razón.

-Touché. Ahora...- dijiste sacando tu espada-. ¿Me dejaras abrir el cofre o tendré que pelear por ello?

-Creo que ambos sabemos la respuesta- respondió, imitando tu acción-. La verdadera pregunta es: ¿de verdad crees poder ganarme?- pregunto ladeando la cabeza con una expresión arrogante.

-No- respondiste honestamente. Si en tus mejores condiciones no le ganabas, estando exhausta no tenias posibilidades... Gracias a Dios, tu plan no se basaba en ello. Peter echo su cabeza para atrás con intriga, intentando averiguar que tenias en mente-, pero no pierdo nada intentando- argumentaste apuntando tu espada hacia él-. ¿Estas listo?

-Cuando tu lo estés- dijo con una sonrisa altanera.

Viendo que Peter estaba expectante tiraste el primer golpe que fue fácilmente desviado por el castaño. Recobraste tu postura e imitaste los movimientos de Peter. Ambos empezaron a caminar en círculos, esperando que el otro lanzara un golpe. Aunque lo viste venir, apenas lograste bloquear el ataque de Peter. Él se dio cuenta de esto pero no se contuvo, presionándote a ir para atrás con un golpe tras otro. Te obligo a defenderte, solo pudiendo bloquear los golpes o intentar esquivarlos. Finalmente no pudiste más y perdiste balance con la ayuda de una raíz. Aunque lograste recobrar el equilibrio el ojiverde fue ágil y presiono tu cuerpo contra en tronco del árbol, posicionando su espada contra tu cuello.

-Me gustaría decir que esperaba otro resultado, pero sabia que esto iba a pasar- murmuraste entre jadeos, sintiendo el filo de la espada contra tu piel.

-Peter Pan nunca falla- dijo él orgulloso, manteniendo su mirada fija en tus ojos. Sin poder evitarlo sonreíste viendo en tu periferia a Edmund y Parker a espaldas de Peter a punto de abrir el tesoro. Sentiste como tu corazón se aceleraba en parte por el esfuerzo físico y en parte por la anticipación.

-Tal vez tú no, pero los piratas si- comentaste haciendo que el ojiverde frunciera el ceño confundido. Peter volteo hacia el tesoro pero ya era muy tarde, el cofre estaba abierto. Akando sonó el cuerno de guerra indicando la victoria de los fugitivos. Al mismo tiempo, Peter bajo su espada y volteó hacia a ti nuevamente con una sonrisa ladina.

-Bien jugado, princesa- comento alzando las cejas sorprendido, manteniendo la misma distancia que antes-. Muy bien jugado.

-Lo mismo va para ti- suspiraste, recordando como predijo su anterior plan-. Eres un muy buen adversario -murmuraste mordiendo tu labio inferior. Peter sonrió de lado al mismo tiempo que sus ojos bajaron lentamente hasta tu pecho y rápidamente volvieron a subir a tu cara.

-¿Por qué cada vez que te empapas traes una blusa blanca?- preguntó él con una sonrisa provocativa haciendo que tus mejillas se tornaran de color rojo. Miraste a un lado con una sonrisa nerviosa, dándote cuenta de que camisa trasparentaba la zona de tu pecho.

-¡Oigan!- los llamo Edmund frente al cofre haciendo que los dos voltearan a ver al azabache-. Necesitamos ayuda cargando el cofre.

-¿Vamos?- preguntaste levantando la mirada para ver a Peter. El castaño se hizo de lado dejando que pasarás.

-Después de ti.

(...)

Los cinco de ustedes caminaban hacia el campamento. Los tres chicos se tomaban turnos para cargar el cofre mientras tú y Akando iban por atrás. En este momento Peter y Parker cargaban el cofre mientras Akando, Edmund y tú platicaban.

Sin embargo, tu atención no estaba en la plática completamente. Tu mirada constantemente se movía hacia Peter frente a ti, viendo sus brazos flexionados bajo el peso del cofre. Cada que te dabas cuenta intentabas volver tu atención a la conversación pero tarde o temprano la situación se volvía a repetir. Esto sucedió varias veces hasta que llegaron a la aldea de los Pieles Rojas donde los fugitivos celebraban su victoria.

-¡________, ganamos!- grito Tigrilla al verte, lanzándose a ti en forma de abrazo e inmediatamente retractándose ante el frío y húmedo contacto de tus ropas-. Wow, estás empapada.- comentó sorprendida. Sonreíste divertida ante su comentario y pasaste una mano por tu cabello que en parte ya se había secado.

-Lo sé, me estoy helando... Tengo que ir a cambiarme pero cuando regrese quiero que me cuentes cómo te fue con la espada- le pediste antes de dirigirte a tu cuarto para cambiarte.

-Aquí te espero- dijo ella mientras te ibas a tu tienda.

《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora