48. 「 Un Peón 」

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Cuando saliste del agua, Andrómeda se fue con el mensaje dejándote sola en el lago. Podías sentir tu cuerpo temblar, no sabías si era el frío o simplemente era tu cuerpo reaccionando a las noticias de la sirena. Intentaste recobrar tu compostura. Te secaste con magia y escondiste el collar de tu padre con intención de que Peter no se enterara de tu encuentro con Andromeda pero fue inútil. Cuando terminaste, una nube de humo verde te trasporto de vuelta al campamento donde apareciste frente a la puerta de tu cabaña junto al castaño.

-Entra- te ordeno con una mirada severa. Su cuerpo tenso e inmediatamente supiste que se había enterado de Andromeda. Miraste a tu alrededor y viste a varios perdidos, la mayoría enfocados en sus asuntos. Regresaste a ver a Peter y le sostuviste la mirada antes de hacer lo que te pidió a regañadientes -. ¿Qué demonios estabas haciendo?- grito el castaño, azotando la puerta detrás suyo.

-¿Qué que estaba haciendo yo? ¡Aquí la única que tiene derecho a reclamar soy yo!- reclamaste volteando a ver al ojiverde furibunda.

-¿Disculpa? Tú eres la que esta mandando a sirenas a otros reinos para...

-Dime Peter, ¿qué demonios soy para ti?- interrumpiste furiosa dejando al chico estupefacto.

-¿Eso qué tiene que ver con esto?- preguntó sacudiendo la cabeza.

-¡Tiene todo que ver porque nunca me habia preocupado de eso! ¡Nunca! ¡Hasta este día en el que me entero que solo soy un puto peón en uno de tus planes!- reclamaste sintiendo como lagrimas comenzaban a formarse en tus ojos-. ¡Que solo me trajiste aquí para enamorarme de ti! De Neverland. Hacerme sentir querida... sentirme en casa...-balbuceaste mirando al suelo con tristeza antes de regresar tu mirada a Peter. El castaño te miraba devuelta sin saber como reaccionar a lo que estabas diciendo. Al verlo sentiste tu enojo regresar, recordando el plan del ojiverde-. Y después regresarme a Storybrooke... con el corazón hecho trizas.

-______, déjame explicar...

-¡No hay nada que explicarme, Peter! En todo caso lo que tengo que hacer es felicitarte de lo perfecto que te salió tu puto plan-dijiste con amargura-. Ahora solo nos queda esperar a que mis padres vengan y me lleven de regreso a Storybrooke para que puedas decir que ganaste- concluiste antes de darle la espalda para dirigirte a tu cuarto.

-Tu no iras a ningún lado- replico agarrando tu muñeca con fuerza, renuente a dejar su discusión hasta ahi.

-¡No me toques, Peter!- dijiste arrebatando tu brazo solo para sentir como te acorralaba contra la puerta en respuesta. El castaño atrapo tus manos sobre tu cabeza, simultáneamente golpeando tu espalda contra la puerta con brusquedad. Inhalaste pronunciadamente por la sorpresa y miraste a Peter con furia - ¡Suéltame!

-¡No me digas que hacer! Hare lo que se me plazca- respondió él con una mirada que no le habías visto nunca, una mirada salvaje. Si no fuera porque tu mente estaba nublada por enojo, hubieras corrido por tu vida. En vez de eso solo lograste terminar más enfurecida-. Tu misma haz dicho que puedo hacer lo que quiera contigo. Así que si fuera tú tendría cuidado de no hacerme enojar.

-No me asustas- replicaste sin dejarte intimidar por su mirada.

Su agarre sobre tu muñeca repentinamente se volvió demasiado fuerte haciendo que soltaras un quejido de dolor involuntario- ¡Entonces eres una estúpida!

-No, Peter. ¡Lo que me hace una estúpida es haber creído que me amabas!- gritaste haciendo que sus ojos se abrieran ante la sorpresa haciendo que te dieras cuenta de lo que dijiste-. Que te importaba... -corregiste tragando en seco viendo como sus ojos te veían con tristeza.

-Claro que me importas, _______- te aseguro el castaño casi con desesperación-. Te amo. Te amo como no he amado a nadie en mi vida...

-¡Cállate, Peter! ¡Deja de mentirme! ¡Por favor!- gritaste con desesperación, sintiendo como las lagrimas resbalaban por tus mejillas. Negaste con la cabeza sintiendo como si estuvieran arrancando tu corazón de tu pecho ante sus palabras. Esas palabras que tanto querías que fueran verdad. Lamentablemente ahora sabias que todo lo que Peter había dicho que sentía no era más que una gran mentira, una manipulación -. ¿Qué tan imbécil crees que soy? ¿De verdad piensas que te voy a creer después de enterarme de que toda nuestra relación fue una mentira?

-¡No lo fue! ¡Tal vez empezó así pero es diferente ahora, tienes que creerme!

-¿Cómo chingados esperas que te crea?- preguntaste alterada. Peter suspiro mirando al piso antes de asentir y mirarte molesto.

-Bien, no lo hagas- dijo soltando tus brazos y dándote espacio, sabiendo que no le ibas a creer sin importar lo que dijera en ese momento-. Pero quiero que sepas que no dejare que te vayas de Neverland.

-Muy tarde, mi familia ya está en camino- replicaste, cruzando tus brazos sobre tu pecho.

-Pues tendrán que irse con las manos vacías- respondió con la mandíbula tensa y una mirada dominante-. No me importa lo que tenga que hacer, moriré antes de dejar que te vayas, princesa.

Frunciste el ceño y le lanzaste tu peor mirada antes de darle la espalda antes de meterte a tu cuarto con un portazo. Te recargaste sobre la puerta mientras intentabas regularizar tu respiración descontrolada. Escuchaste los pasos de Peter yéndose justo antes de que la puerta de la entrada sonara, indicando que el ojiverde se habia ido de la cabaña.

Una vez que la costa estaba libre, cerraste los ojos con fuerza dejando las lagrimas en tus ojos resbalarse por tus mejillas. Tus manos cubrieron tu cara mientras te deslizabas por la puerta hasta quedar en el piso. Abrazaste tus rodillas y sollozaste, sintiendo un dolor desgarrador en tu pecho mientras dejabas libres todas las emociones que estabas reprimiendo.

《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora