-Así que... esto del matrimonio falso te ha venido bien, ¿no es así? -bromeó Félix mientras iban en busca de los trillizos.
-Aja... -murmuraste suavemente mordiendo tus uñas con la vista fija en el piso.
-Oye, ¿estas bien?- te preguntó Félix, extrañado de no escuchar el usual insulto a su persona.
-Si... O no... ¿Sabes qué? No se, Felix- dijiste mordiendo ansiosamente tus labios, aun recordando como se sentían contra los de Peter.
-¿Quieres hablar sobre eso? Sabes que soy todo oídos- dijo pasando un brazo sobre tus hombros mientras te daba una sonrisa reconfortante.
-Gracias, Félix, pero lo que menos quiero es pensar en ello.
-Pues creo que no estas haciendo un buen trabajo- comento él por lo que le lanzaste una mirada enfadada-. Esta bien, me callo.
-Por favor- suspiraste aun sintiendo tu corazón palpitando con fuerza contra tu pecho-. Mejor busquemos a los trillizos para contarles su cuento hasta que la cena este lista -le dijiste intentando enfocar tu atención a algo que no fuera Peter.
(...)
Finalmente encontraron a los trillizos después de mucho buscar. O mejor dicho, los trillizos regresaron a la zona de los Pieles Rojas y los encontraron a ustedes. Los trillizos tenían varios amigos en la aldea por lo que tenías tu propia audiencia de unas veinte personitas. Te sentaste en un tronco algo apartado de los adultos y todos los niños se sentaron en el piso frente a ti formando una especie de medie luna. A excepción de Ethan que se sentó en tu regazo somnoliento.
-¿Qué esta sucediendo aquí, ______?- preguntó Akando junto a su esposa. Nunca había visto a todos los niños de la aldea tan calmados en su vida por lo que se acerco a ver que estaba sucediendo.
-______ suele contarles cuentos a los trillizos y los demás vinieron a escuchar- explicó Felix sentado a tu lado.
-No es un problema, ¿o si?- preguntaste mientras acariciabas el cabello de Ethan.
-Para nada, cariño - aseguro Aba con un sonrisa-. ¿Te molesta si nos quedamos a escuchar?
-No, para nada. Siéntense- les dijiste con una sonrisa. Aba y Akando se sentaron a tu lado intrigados.
-Y, ¿qué tipo de historia nos contaras?- preguntó Akando con su actitud alegre, abrazando a su esposa por la cintura.
-Una historia de amor- pidió una pequeña niña de pelo castaño.
-No, de aventura-le reclamo Harry haciendo un puchero.
-¿Qué tal una con un poco de ambas?- propusiste antes de que se pusieran a pelear. Ambos niños accedieron y comenzaste a narrar tu historia -Muy bien, pues. Esta historia se llama Teseo y el minotauro - comenzaste a narrar- y sucedió hace mucho tiempo, en una tierra llamada Grecia. En esta tierra había un niño llamado...
-Teseo- te interrumpió emocionado uno de los Pieles Rojas.
-Así es, Teseo- repetiste con una sonrisa divertida-. Él vivía con su madre porque su papá vivía en una ciudad alejada llamada Atenas. Cuando Teseo cumplió dieciocho años su madre lo guio a una gran roca y le dijo que si movía esa roca se convertiría en un héroe.
-Yo quiero ser un héroe- te dijo Ethan causando que otros niños dijeran lo mismo.
-Y podrán serlo si se lo proponen- le aseguro Aba a Ethan y al resto. En ese momento, varios de los perdidos se acercaron a escuchar tu historia ya que era algo que hacías de vez en cuando en el campamento y varios de ellos disfrutaban... o al menos lo disfrutaban más que estar parados esperando a que la comida este lista.
-Entonces...- continuaste mientras Felix se reía de las constantes interrupciones- Teseo empujo la roca. Empujo y empujo hasta que finalmente la roca de deslizo por el piso. Debajo de la roca Teseo encontró la espada y los zapatos de su padre. Su madre le explico como ahora era un hombre y podía tener la espada de su padre para convertirse en héroe...
Y así contaste la historia completa de Teseo, como fue a visitar a su padre en Atenas y se entero del Minotauro come-hombres que estaba atormentando a Creta. Como entro al laberinto y con ayuda de la princesa de Creta, Ariadne, venció al Minotauro y salió del laberinto a salvo.
-...Y Teseo regreso a Atenas como un héroe por haber matado al Minotauro- concluiste la historia.
-¡Cuenta otra!- te pidió una niña jalando ligeramente de la falda de tu vestido.
-¡Por favor!- te pidió otro niño.
-No, pequeños, tal vez mañana- respondió Aba por ti-. ______ debe de estar cansada y por lo que veo el banquete ya esta listo.
Al escuchar las palabras "banquete" y "listo" en una sola oración todos los niños parecieron transformarse en salvajes. Todos se levantaron y salieron corriendo a la mesa del banquete para comer. Tú te levantaste aun con Ethan en tus brazos ya que el pobre había caído dormido.
-¿Es tuyo?- pregunto Aba señalando a Ethan.
-¿Mio como?- preguntaste sin entender a su pregunta.
-Si, tuyo y de Peter- dijo Aba viéndote con ternura a ti y a Ethan. Inmediatamente se te subió el color a las mejillas. Al mismo tiempo, Félix se comenzó a carcajear sin disimulo.
-Este... -balbuceaste, teniendo problemas para formar una frase coherente-. No, no es mío- dijiste mientras gesticulabas excesivamente con la mano que tenias libre- Ninguno, de hecho.
-Mira lo que hiciste Aba, querida. La niña toda roja por tu culpa- le reclamo con suavidad Solomon. Solomon era el padre de Edmund y Jacobo. Era uno de los mayores de la aldea y era el hermano de Aba-. Discúlpala, cariño- te dijo Solomon dándote palmaditas en la espalda-. Esta obsesionada con los niños.
-Si, no se preocupe- murmuraste al recobrar tu compostura.
-¿Qué les parece si vamos al banquete?- dijo Felix, reprimiendo sus risas.
-Claro, buena idea.
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《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞
Fanfiction「 Después de regresar a Neverland por razones desconocidas, Peter decide saldar cuentas con Emma y sus compañeros por intentar mandarlo al inframundo. Al ver que Emma y Garfio tienen a una pequeña niña, Peter comienza su plan para enamorar a esa peq...