《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞

49.「 Te Odio 」

No sabias que hacer, te sentías completamente perdida. Habían pasado unas horas desde tu pelea con Peter y aun no sabias que hacer. No querías dejar Neverland, pero no podías quedarte. Si bien Peter te habia engañado, todavía habían tantas cosas que te obligaban a quedarte. Incluso hiciste una lista en tu cuaderno con las ventajas de Storybrooke contra las ventajas de Neverland pero te dejo en el mismo lugar que antes.

Todavía tenias un nudo en la garganta, todavía tenias nausea. Aun te sentías igual débil que antes y todavía seguías temblando. No podías, ni querías creer que todo lo que te habia pasado estos últimos meses estaba basado en una gran mentira. Te encantaba esta vida. Nunca recordabas haber estado tan feliz, tan completa.

Te levantaste del escritorio furibunda y lanzaste el cuaderno al aire. Escuchaste algo romperse pero no te importo. Peter estaba afuera con los perdidos y podías escuchar el canto de la flauta que siempre tocaba cuando se ponían a bailar. Tu respiración se habia vuelto pronunciada ante el enojo, te sentías atrapada e incluso claustrofóbica. Querías salir del cuarto pero no querías ver ni a Peter, ni a nadie.

-Bingo... -murmuraste viendo la ventana de tu cuarto. Te asomaste y viste a los perdidos bailando. Claramente te verían así que fuiste al cuarto de Peter y usaste su ventana para salir de la cabaña. Inhalaste el aire de la noche y cerraste la ventana antes de irte a caminar por la noche. Por primera vez en el día el tormento en tu mente ceso, tu pecho seguía doliendo pero no tanto como antes.

Te subiste a un árbol y te quedaste viendo las estrellas. Intentaste enfocarte en el cielo nocturno pero tu mente era traicionera y te recordaba todo lo que intentabas olvidar. Sacaste el collar de tu padre de entre tus ropas y lo admiraste. Por primera vez te diste cuenta de lo mucho que extrañabas a tus padres y te diste cuenta de un pensamiento oscuro.

Tal vez no hoy, pero en poco tiempo tendrías que tomar una decisión. Tendrías que decidir si irte con tu familia o quedarte en Neverland. En otras palabras tendrías que decidir que parte de tu corazón romper. No importa que decisión tomaras, una parte de ti quedaría destrozada.

-¿Qué haces allá arriba?- te preguntó Peter desde el suelo. Lo volteaste a ver con una expresión estoica y guardaste el collar de tu padre entre tus ropas.

-Vete.

-Ambos sabemos que no me iré a ninguna parte- respondió él-. Ahora baja para regresar al campamento.

-Aquí estoy bien- murmuraste viendo el cielo.

-No lo estas- respondió el ojiverde, recargándose en el tronco del arbol-. Si no te mueres de frio, alguna bestia vendrá a comerte. Ahora baja.

-Y si no lo hago, ¿qué? Me obligaras con tu magia, o me encerraras en la cabaña por la eternidad. Porque puedes hacer lo que quieras conmigo, ¿no es así?- replicaste, lanzándole una mirada de molestia.

-Podría hacerlo pero te estoy pidiendo que lo hagas para que veas que no soy el monstro que crees que soy- argumento él con el ceño fruncido.

-No hay nada en el mundo que me haga ver que no eres el monstro que creo que eres.

-Bueno, al menos lo intente- murmuro para si mismo antes de que aparecieras mágicamente en su hombro como si fueras saco de papas.

-¡Ey! ¡Bájame!- gritaste ante la sorpresa mientras pataleabas en un intento de que te bajara.

-Princesa, tranquilízate. No querrás caerte- dijo él con enfado al empezar a caminar hacia el campamento. Suspiraste molesta e hiciste lo que te pidió.

-Te odio, ¿lo sabes?- le dijiste justo antes de que Peter te bajara abruptamente.

-Claro que no, me amas-replico el ojiverde agarrándote de los hombros. Podías sentir fuerza en su agarre, no era brusco pero tampoco gentil-. Solo no lo admites porque estas molesta- lo miraste estoica, sabiendo que tenia razón. Al ver que no respondiste Peter te miro con burla-. ¿Qué paso? ¿El gato te comió la lengua?

-¿Por qué?- preguntaste casi de manera involuntaria.

-¿Por qué que?

-¿Por qué lo hiciste?- preguntaste con tristeza-. ¿Por qué me trajiste con el mero propósito de destrozar mi corazón?

-No lo hubiera hecho si hubiera sabido que me iba a enamorar de ti- respondió Peter con el ceño ligeramente fruncido.

-Eso no responde mi pregunta- replicaste negando con la cabeza, sintiendo como sus manos se deslizaban por tus brazos hasta agarrar tus muñecas.

-¿Realmente importa lo que responda?-pregunto ladeando la cabeza-. Lo que sea que diga me dirás que es mentira.

Bajaste la mirada e inhalaste de manera temblorosa, sabiendo que lo que decía era verdad. Pasaste una mano por tu cabello con frustración y le diste la espalda solo para volver a voltear hacia él- Te odio tanto...

-No digas eso- te ordeno con enojo.

-Te odio- repetiste la acida mentira con el ceño fruncido, golpeando su pecho con fuerza.

-Cállate- te grito agarrando tus manos por las muñecas exasperado-. Solo cállate.

-¿Por qué?

-Porque ambos sabemos que no es cierto- murmuro dándote una mirada furtiva a tus labios antes de volver a ver a tus ojos-. Solo lo dices porque te lastime.

-No me lastimaste, me destrozaste- corregiste con amargura.

-Y lo siento. Si hubiera sabido como acabaría esto, no lo hubiera hecho. Te prometo que si pudiera regresar en el tiempo...

-No puedes- lo interrumpiste.

-No, no puedo. Entonces dime como puedo demostrarte que lo que mis sentimientos por ti son reales- te pidió él. Negaste la cabeza, sin saber que podría hacer. Hasta que tuviste una epifanía.

-Una poción de verdad.