《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞

24. 「 Interrupciones 」

-Ninguna de ellas me daba una excusa para besarte- te dijo Peter obligándote a levantar la mirada y encontrártelo mirando tus labios con anhelo.

-Peter... -murmuraste haciendo que levantara la mirada hacia tus ojos-. Esa no es una excusa.

-Vamos, princesa, entiendo lo que dices pero no puedes negarlo- dijo posando sus manos en tus mejillas-. Te gusto que te besara tanto como a mi me gusto besarte.

-No- No me hagas esto, Peter... -murmuraste agarrando sus antebrazos por instinto.

-Dime que no tengo razón y no lo volveré a hacer-prometió él, acomodando un mechón de cabello detrás de tu oreja antes de quitar sus manos de tus mejillas.

-Pues... es que yo... yo no- Este... - comenzaste a balbucear mirando al piso, sintiendo como tu corazón comenzaba a latir desenfrenado. A Peter le salió una sonrisita divertido con tu reacción, levantaste la mirada y supiste que ya no le podías negar tus sentimientos-. Si. Si me gusto... que me besaras- murmuraste sin apartar la mirada de sus labios-. Pero no quiero que lo vuelvas a hacer- dijiste de la manera más firme que pudiste.

-¿No quieres que lo vuelva a hacer?- pregunto divertido.

-No.

-¿Puedo preguntar porqué?- te pidió divertido, notando lo mucho que te estabas resistiendo.

-Porque no. Me confundes... -dijiste, arrepintiéndote de haber dicho lo último.

-¿Te confundo?- preguntó el levantando las cejas divertido- ¿Cómo qué te confundo princesa?

-No, nada. Olvida que dije eso- murmuraste un poco sonrojada.

-Pero no quiero olvidarlo- te dijo levantando tu mentón para que lo miraras-. ¿Por qué te confundo?

-Porque cada que te beso, termino queriendo más... - Y no debería

Peter sonrió ante tu respuesta y se acerco a ti con cautela. Esperaba que lo detuvieras pero esto nunca sucedió. En lugar de eso tu comenzaste a hacer lo mismo hasta llegar al punto donde respiraban el mismo aire. Peter se detuvo con intención de respetar lo que le pediste. Por un momento dudaste si besarlo era buena idea pero no lograste resistirte más. Te paraste de puntitas eliminando la distancia entre los dos. Fue un beso breve ya que te separaste de él por un instante antes de volver a lanzarte sobre él, empezando un beso mucho más acalorado. Esto tomo a Peter por sorpresa pero rápidamente recobro su compostura.

El castaño te abrazo por la cintura, acercándote a él lo más posible. Tus brazos subieron por sus hombros. Una de tus manos se deslizo lentamente por su cabello mientras la otra paso por su espalda y agarro la camisa del castaño. Tus piernas flaquearon de repente, dándole excusa a Peter para cargarte aun abrazándote por la cintura. Al sentir tus pies separarse del piso te aferraste de los hombros de Peter, besándolo en todo momento. Estabas intoxicada por la sensación de sus brazos alrededor tuyo. El sentimiento de sus labios sobre los tuyos era cada vez más embriagante que la anterior. Por esta razón lo que sucedió después te molesto desde el fondo de tu alma.

-Ey, Peter- los interrumpió Jacobo entrando a su tienda, obligando a Peter y a ti a dejar de besarse. Ambos voltearon hacia la puerta mientras Peter te volvía a bajar al suelo -. P-Perdónenme, no quería interrumpir -dijo él con una sonrisa nerviosa viendo como Peter y tu se separaban.

-No te preocupes- dijo el ojiverde con voz ronca, viéndote de manera furtiva-. ¿Qué paso?

-Akando y Solomon quieren hablar contigo- le dijo él-. Dicen que es importante.

-Esta bien, iré en un minuto- dijo Peter antes de que el rubio se fuera dejándolos solos nuevamente. Peter volteo hacia ti viendo como jadeabas disimuladamente tratando de recuperar tu aliento. Peter no quería dejar el cuarto. Quería seguir besándote y ver donde terminaban pero sabia que no lo hubieran llamado si no fuera algo urgente-. Tengo que irme.

-Si, lo se...- respondiste intentando no sonar muy decepcionada-. ¿Crees tardar mucho?

-Creo que si... - dijo con una mueca- Es mejor que te vayas durmiendo.

-No, no digas eso- murmuraste poniendo tus manos sobre su pecho haciendo un ligero puchero.

-Sabes que me quedaría si pudiera, princesa- dijo con una sonrisa ladina antes de darte un beso casto en los labios e irse de la tienda-. Te veo luego.