55.「 Dramatismo 」

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Regresaste al campamento y te diste cuenta de lo tarde que era viendo que la fogata estaba apagándose. Casi ni querías entrar a la cabaña pero querías ir a tu cama. Entraste a la cabaña haciendo el menor ruido posible y justo cuando pensaste que la habías librado abriste la puerta de tu cuarto.

-Finalmente regresas.

-¡Maldita sea, Peter!- gritaste del susto al ver al castaño sentado en su cama-. ¿Qué estas haciendo aquí solo en la oscuridad?- preguntaste prendiendo la luz del cuarto.

-Digamos que tengo algo por el dramatismo- dijo con expresión seria, levantándose de la cama mientras cerrabas la puerta.

-Pues tu dramatismo casi me causa infarto... - murmuraste, una vez que Peter estaba frente tuyo, posaste tu mirada en sus ojos con duda-. ¿Sigues enojado?

-Oh, claro -respondió, pasando sus brazos por tu cadera-. Pero si van a venir tus padres creo que lo mejor es que me guarde mi enojo y te de razones para quedarte.

-¿Te he dicho lo romántico que eres?- preguntaste sarcásticamente, enarcando una ceja. Peter sonrió ladino soltando una risa ronca.

-No recuerdo que lo hayas hecho- murmuro dejando un tramo de besos por tu cuello.

-Peter- lo llamaste levantando su mentón para que te viera a los ojos-. No es que me queje pero no necesito más razones para quedarme, ¿lo sabes verdad?

-Lo se ahora- respondió con una sonrisa ladina. Sonreíste instintivamente, pasando tus brazos por su cuello pero viste la expresión de Peter cambiar súbitamente.

-¿Paso algo?- preguntaste frunciendo el ceño, extrañada. El castaño te dio un beso casto en los labios, pasando su mano por tu mejilla.

-Todavía no, pero creo que lo mejor seria que te vayas a dormir- te dijo con la misma mirada seria, sabias que te estaba escondiendo algo pero estabas demasiado cansada como para cuestionarlo.

-¿Me vas a acompañar?- le preguntaste causando que arqueara una ceja.

-Si me preguntas amablemente, lo considerare- bromeó Peter haciendo que entrecerraras los ojos, mirándolos molesta. El castaño rio, acariciando tu labio inferior-. Claro, que te acompañare.

-De nuevo, todo un romántico.

(...)

A la mañana siguiente notaste múltiples cambios en el campamento. Para empezar, los niños perdidos están mucho más activos de lo normal. Peter te ordeno que tuvieras tu espada contigo en todo momento y puso a Félix estuvo a tu lado toda la mañana.

-Félix, dime- le repetiste por la milésima vez mientras caminaban en busca de comida.

-No puedo-dijo con fastidio. Llevabas minutos enfadándolo para que dijera porque todos estaban tan raros.

-Ándale...

-No.

-Porfis...

-No.

-Vamos, Félix- gimoteaste como niña chiquita-. ¿Es un pirata?

-No te puedo decir.

-¿Mi familia? Es mi familia, ¿verdad?

-Eres un enfado, de verdad- reclamo Félix negando con la cabeza.

-Y no parare hasta que me digas- aseguraste causando que Félix rodara los ojos-. Oh, oh. Un venado, pásame el arco- le pediste mirando al animal en la distancia. Volteaste hacia atrás viendo que el rubio no te respondía y lo encontraste tirado en el suelo-. ¡Félix!

Te agachaste hacia el rubio, temiendo lo peor. Pusiste una mano en su cuello y notaste que todavía tenia pulso. Inspeccionaste su cara buscando un golpe pero no habia nada similar. Sin saber que hacer lo abofeteaste, intentando despertarlo del golpe.

-Felix, despierta... -suplicaste con preocupación.

-Despertara en unas horas, no te preocupes- dijo una voz detrás de ti que para tu desgracia reconociste al instante. Ni siquiera querías voltear pero no tenias de otra. Te levantaste y el pelinegro te abrazo haciendo que te quedaras congelada entre sus brazos.

-Aaron...- murmuraste alejándolo de ti-¿Qué le hiciste a Félix?- le dijiste apuntándolo con tu espada.

-¿_______?- pregunto Henry saliendo de los arboles.

-¿Quiénes más están con ustedes?- preguntaste alarmada, mirando a tus alrededores.

-Solo somos nosotros- respondió el pelinegro viendo que habías bajado la espada.

-Mamá nos dijo que no nos separáramos pero teníamos que venir a buscarte- comento Henry dándote un abrazo que correspondiste brevemente-. Para que supieras que estamos aquí para que no perdieras esperanzas.

-¿Perder esperanza?- preguntaste confundida, sin entender de lo que hablaba. Te separaste de él y apuntaste al rubio en el suelo con tu espada-. Preguntare de nuevo, ¿qué le hicieron a Félix?

-Es un hechizo de sueño, despertara naturalmente en unas horas- respondió Henry despreocupado gestionando hacia Félix.

-¿Unas horas?- preguntaste incrédula frunciendo el ceño, viendo hacia el rubio con preocupación.

-¿Qué importa?- preguntó Aaron-. Venimos a rescatarte, _______-dijo el con una sonrisa haciendo que rodaras los ojos

-No necesito que me rescaten, no soy una damisela en apuros-replicaste apuntando tu espada hacia ambos.

-_______...- murmuro Aaron caminando hacia ti.

-¡No te me acerques!- advertiste haciéndole un corte en el brazo.

-¡________!- grito Henry de la sorpresa al mismo tiempo que Aaron gritaba de la molestia.

-Y esa es solo una advertencia-dijiste con diversión, esbozando una sonrisa ladina. Henry y Aaron te miraron extrañados, sin entender la razón por la que estabas actuando de esa manera-. Ahora, regrésense y díganle al resto que no pienso irme de Neverland.

-No puedes estar hablando en serio- reclamo Aaron sin poder creer lo que le estabas diciendo.

-Estoy hablando en serio- corregiste-. No quiero volver a Storybrooke.

-______ lo que sea que Pan te haya dicho es una mentira, es un monstro...

-No lo llames así- le dijiste causando que Aaron frunciera el ceño.

-Es verdad- te aseguro Henry mirándote con seriedad, intentando convencerte-. Me quiso robar el corazón y ahora te trajo solo para...

-Henry, Henry- lo interrumpiste con molestia-. Ya lo se, me trajo para enamorarme.

-Y como podrás ver, lo logre- dijo Peter apareciendo a tus espaldas, alarmando a ambos chicos. El castaño camino hacia ti con una sonrisa ladina, mirando a ambos chicos con diversión-. Es bueno verte de nuevo, Henry.

《 Peter Pan 》 ❝ Dulce Venganza ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora