Hɔŋɛstlɣ

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Llevaban varios minutos en el cuarto del menor jugando videojuegos, por las circunstancias no podían ir a jugar basketball, pero ninguno tuvo intenciones de suspender su reunión. Tampoco era la primera vez que cambiaban la actividad, esto generalmente porque el mayor estaba muy cansado, pero sí era nuevo que Chenle estuviese tan callado y que no reaccionara ante sus bromas.

–¿En qué piensas, Lele?– Le preguntó al verlo inmerso en sus pensamientos y detuvo la partida para centrarse en su respuesta.

–En que somos amigos y quisiera que seamos más que eso; sé que tú no, pero me preguntaste y yo respondí–

Quedó sin palabras. Lo conocía bien, sabía que era una persona honesta y directa, le gustaba de decir todo lo que pensaba. Compartían ese hábito, sin embargo, el problema era que no sabía cómo debía tomar sus palabras.

–No quiero malinterpretar lo que dijiste, por favor, sé más claro– Comentó mientras el otro reía suavemente, quizás avergonzado.

–Sinceramente te admiro como a los demás, puedo bromear y reír contigo fácilmente. Lo que no lograba comprender era por qué me siento así a tu lado–

–Chen, te pedí claridad– Murmuró casi apenado, sentía que no era el momento indicado para mostrar firmeza.

–Supongo que me gustas, es la única respuesta que le encuentro a todo esto. Y no hay problema si no sientes igual, sólo espero que nuestra amistad se mantenga–

El canadiense seguía sin saber cómo reaccionar, no quería lastimarlo con su rechazo y tampoco se había planteado antes cuáles eran sus sentimientos por él, simplemente veía a todos como amigos por el hecho de tenerlos cerca todo el tiempo.

–Lo siento, no tengo una respuesta, no puedo aceptarte y tampoco tengo corazón para rechazar tus sentimientos–

–Está bien, Hyung, es suficiente para mí mientras pueda seguir tratándote como antes–



——



Ya habían pasado unas semanas, quizá un par de meses, y ambos habían cumplido su palabra de no alejarse. No le habían dicho a nadie más sobre la conversación que tuvieron aquel día porque sentían que era algo íntimo, no como un secreto ni algo de lo que sentirse avergonzados y eso mantenía tranquilos a ambos.

Todo parecía igual, pero sólo era eso, una imagen. Chenle ya no dormía y estaba a punto de colapsar por el sobre-esfuerzo físico; Mark se preocupaba mucho más por el menor e intentaba brindarle su sonrisa en modo de ánimo.

–Lele, deberías detenerte, luego de la práctica grupal te quedas más tiempo, podrías enfermar–

–Ustedes llevan años entrenando por eso mi baile no es eficiente. Quiero mejorar y para ello debo esforzarme–

–Tu cuerpo tiembla sin que te des cuenta, hay límites y tú los estás pasando– Se acercó al chino y se sentó a su lado –Todos estamos preocupados por ti–

–Lo sé y se los agradezco, mas no cambiarán mi forma de ver las cosas con eso–

–Está bien querer ser mejor. Y tú has logrado mucho más de lo que logras ver–

–¿Cómo qué?– Miró al más alto con ojos brillantes y expectantes, los mismos que escondían su inseguridad.

–Tienes la voz más angelical y estable que podido escuchar, bailas con una energía increíble, cuando hablas los rostros del resto se llenan de brillo. Eres una persona optimista y buena en todo lo que se propone, eres el motivo de mi sonrisas y de todo quien te conoce–

Oᥒᥱ-Shots MᥲrkᥴhᥱᥒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora