Oᥒᥱ-Shots Mᥲrkᥴhᥱᥒ

Jɔiŋiŋg shipps

El mayor tenía sus manos sobre las caderas del chino. Sus labios se habían hinchado desde minutos atrás y simplemente ya no podían mantener en silencio sus jadeos ante sus roces, mucho menos cuando se estaban sintiendo de manera tan adictiva.

Finalmente estaban teniendo su momento luego de haber pasado varias semanas sin un ápice de privacidad y con miles de ajetreos de por medio. Por supuesto que aprovecharían sus vacaciones para entregarse mutuamente y fundirse dulcemente entre velas aromáticas y sus sábanas de seda especiales.

Creyeron que nada se impondría hasta que se les hizo imposible seguir ignorando el sonido de la puerta. Parecía que quien fuese que la estaba golpeando, persona con grandes posibilidades de ser asesinada por la pareja cuando la encararan, estaba dispuesto a tirarla abajo.

–Iré a ver– Suspiró rendido –Vuelvo enseguida– Removió con cuidado al menor de su cuerpo, sonriendo con ternura ante las quejas de éste y corrió hacia la entrada.

–Mark, necesito tu ayuda– Fue recibido por la aguda voz de su amigo.

–¿Es algo urgente? Estoy demasiado ocupado como para atenderte en este momento, Hyuck–

–Claro que lo es, nunca le pediría ayuda a un ogro racional como tú– Se abrió paso en la casa antes que el canadiense pudiese dejarlo afuera –Es algo rápido, lo prometo–

–Comienza a hablar entonces–

–Finalmente pude asimilar lo mucho que me gusta Huang Renjun. Y ya sabes que está en una relación con Jaemin y Jeno, medio mundo lo sabe en realidad, pero no pienso rendirme; necesito que esa obra de arte note que me desvivo por él y al menos tener en mis recuerdos cómo se sienten sus besos–

Minhyung estaba criticándolo con la mirada hasta que escuchó lo último y recordó su propia situación –No puedo hacer nada al respecto, mejor busca un nuevo crush–

–Por eso dije que eres un ogro racional, no vengo a hablar contigo, sino con el bello delfín que engatusaste– El miedo se podía ver el rostro del mayor y aquello incitó al moreno a sonreír con más emoción –¿Dónde está? ¿En tu cuarto?–

Antes de recibir una respuesta, comenzó a caminar hacia el lugar dicho, importándole poco tener al otro tirando de su brazo en la dirección contraria. Y cómo no lo haría, si conocía lo suficiente a su novio para saber que lo estaría esperando sin ninguna prenda encima.

Por suerte el pelinegro alcanzó a cubrir sus ojos antes que cruzara el umbral de madera –Chenle, tú sí me ayudarás, ¿cierto?–

–¿A qué?– Preguntó el chino sin entender –No me importa en realidad, si te digo que sí, ¿nos dejarás en paz?–

–Al parecer las hormonas les afectaron demasiado– Murmuró divertido –Una vez que consiga lo que quiero, por supuesto, incluso me iré de inmediato para que puedan fornicar en paz–

–¡¿Qué está mal contigo?!–

–Está bien, pero te me esfumas–

–¡Chenle, no!– Intentó advertirle al otro.

–Es un placer hacer tratos contigo– Se giró con rapidez para irse del lugar y antes de cerrar gritó –¡Espero que mañana no te duela demasiado el trasero porque tenemos un plan que poner en marcha!–

–Lele, ¿qué hiciste...?–

–Deshacerme del oso para poder unir nuestros labios de nuevo. Ya lo escuchaste, Makku: mañana analizaremos su problema, ahora solucionemos el nuestro–

——

–¿Me estás diciendo que acepté ayudarte a arruinar la relación de mi mejor amigo?–