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Zhong miró a su novio de reojo y pasó de Mark con una sonrisa estática.

¿No crees que lleva un tiempo comportándose extraño?

¿Tú crees? Mejor ve y háblale. No lo sabrás diciéndomelo a mí, pedazo de genio– Le respondió sin más su subconsciente.

Luego de unos minutos, detuvo su pacífico debate mental para ir hasta el menor. Le habló y éste le ignoró yéndose a la cocina. Lee lo seguía sin comprender nada.

–¿Qué necesita, Hyung-nim?–

–Llevas días evitándome y ahora me hablas formalmente, quiero saber a qué se debe el cambio–

–Oh, se dio cuenta– Le dijo con evidente ironía –Quiero que tomes la iniciativa–

–¿A qué te refieres?– Sus miradas brillaban de euforia, amor y miedo.

–Siempre soy yo quien se tiene que acercar y si no lo hago, ni siquiera recuerdas que existo. Yo fui quien se declaró, todos me dijeron que eras demasiado despistado para darte cuenta de tus propios sentimientos; últimamente he llegado a dudar si estos existen realmente– Murmuró esto último, con miedo de lastimarse y también al otro.

Las mejillas del canadiense se tornaron rojas –Me gusta cuando te arrimas a mí sin aviso y me recibes con una sonrisa hermosa cuando más la necesito–

–Yo también quiero que me abraces porque sí y que me hagas cariño en el cabello sin que te lo pida, Hyung–

–Lo haré si lo deseas, eso y mucho más– Tomó suavemente el rostro de Zhong entre sus manos –Jamás vuelvas a pensar que no te amo, sé que no soy el mejor demostrándolo, pero lo hago desde el primer momento y no dejaré de hacerlo–

–Demuéstramelo ahora– Susurró y Lee se acercó más a él hasta que sus labios se unieron.

Sus pechos parecían querer explotar. A pesar que estaba lejos de ser su primer beso, cada uno se sentía fresco, dulce y lleno de deseo.

Mark alzó una ceja con algo de enfado cuando Chenle se separó de él mordiendo su labio –Estoy muy feliz, pero tengo otra queja, Makku–

Le tomó de la cintura para que no se alejara nuevamente –Dime cuál es y yo lo resolveré–

–No quiero sólo besos o mimos, siempre me detienes cuando intento ir más allá. Mejor detente tú, Hyung–

Ladeó su cabeza y al comprender las palabras del chino su rostro volvió a teñirse con fuerza.

–Ni lo piensen que no viven solos y necesitamos que Chen se pueda poner de pie para el concierto de mañana– Comentó Jaemin sin vergüenza alguna mientras se dirigía a la nevera.

–Nos arruinaste el momento– Dijo el menor con un puchero y el canadiense lo besó rápidamente.

–Lo podemos dejar para después– Le susurró al oído para tranquilizarlo.

–Ya entendimos que se quieren amar en paz, les dejaremos la casa libre durante el fin de semana– Dijo Jisung y la 00line lo miraron extrañados antes de acceder a la idea de tener que dejar su 'cueva'.

La pareja sonrió con sus mejillas sonrojadas por la situación oprobiosa y al imaginar lo que sucedería en apenas tres días.


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El día finalmente ya había llegado, o algo así. Decidieron atrasarlo un poco debido al cansancio que siempre les dejaba los conciertos.

Oᥒᥱ-Shots MᥲrkᥴhᥱᥒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora