Oᥒᥱ-Shots Mᥲrkᥴhᥱᥒ

Prɔmisɛ?

–Claro que iré a tu cumpleaños– Afirmó y tomó su mano –Mira–

Entrelazó sus meñiques y juntó sus pulgares con emoción.

–¿Qué significa eso?–

–Es una promesa, no la puedes romper por nada del mundo, ¿de acuerdo?–

El menor sonrió y dio pequeños saltitos alrededor del otro.

–Prometo no romperla–

Imitó el gesto del canadiense y sonrió aun más al ver sus dedos juntos.

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–¿Probarás lo que te cocine?–

Realmente no quería ir a ese campamento, prefería quedarse junto a su amigo durante todo el verano, pero aquella pequeña ilusión le servía como recompensa.

–Mamá no me deja comer cosas dulces, pero lo intentaré–

–¿Es una promesa?–

–No lo es, Lele, sólo se promete que vas a cumplir sí o sí porque te nace de lo más profundo del alma–

–Comprendo– Sorbió su nariz –¿Y qué es alma?–

–Es como lo que está dentro de nuestro cuerpo, no se ve, pero se siente cuando te asustas, cansas o tienes hambre–

–¿Es un órgano?– Cuestionó ingenuo.

–Ehm, no... es lo que te hace ser quien eres, o eso creo, hoy no fui a la Iglesia para que me lo explicaran–

–Entonces tienes el alma de un león bebé–

Mencionó en chino y rió al notar la mirada extrañada de Minhyung.

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–Donghyuck, no me caeré, ¿cierto?–

–No seas tan miedoso, debiste aprender a andar bien hace mucho tiempo–

–¿Y tú por qué llevas un casco también?–

–Porque se me ve bien– Respondió orgulloso –¿Qué no era obvio?–

El chino ignoró sus murmullos y presionó con más fuerza el desatornillador para quitar las rueditas finalmente.

–Bien, Makku, ahora debes colocar tus pies en cada pedal y moverlos lo más rápido que puedas. Yo sujetaré la bicicleta desde atrás, así que no temas–

Se subió con sumo cuidado y rezó internamente, si no quería terminar con un yeso por todo el cuerpo, no debió hacerle caso a aquel ser malvado que resultaba ser su mejor amigo.

–No lo haré hasta que me aseguren que no terminaré en el suelo–

–¡Pobre de él!– Se burló el moreno –Tendrá que estar tan cerca de tu cara fea–

El mayor de los Lee estaba determinado a bajarse de la bicicleta para golpear al otro en su cabeza, sin embargo, las suaves palmaditas del chino en su mano le hicieron recobrar la calma.

–No puedo leer futuro, pero prometo colocarte una bendita y cuidarte mucho si te llegas a caer–

Entonces sonrió con confianza, a veces olvidaba que también tenía un pequeño ángel a su lado.

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–¡Hyung! Adivina qué– Canturreó entusiasmado –No, no lo hagas, yo mismo te lo cuento: ¡encontré a mi alma gemela!–

Zhong apretó las mejillas del mayor cuando recibió un tierno sonido de confusión como respuesta.

–Es esa persona a la cual supuestamente se está destinado– Explicó Haechan –Claro que es según la mitología griega–