Ɛŋɛmɣ

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–Para evitarlo exageré mis defectos y mis debilidades. Nadie podría sentir compasión siquiera por una persona así–

–Nada de eso importa. Te amo, Chenle– Insistió en un susurro mientras se acercaba más al otro.

–No, a mí no, tu afecto es hacia alguien que no existe realmente–

–No me enamoré de lo que me mostraste, aunque también es parte de ti y lo aprecio; detrás de todas las barreras que colocaste, había oculto algo muy bello–

–¿Por qué crees que hice todo esto? No te permitiré que lo conozcas– Sentenció tajante.

–Sigues mostrando ese carácter frío y duro, pero yo sé lo que realmente sientes–

–No tengo miedo, Mark-–

–Entonces dime qué es–

–Tú no eres la persona correcta para mí– Contestó sin más.

–Quizás no nos conocimos en las mejores instancias, pero tú sí eres el indicado para mí–

–Claro que lo soy. Llegaste aquí con las intenciones de mejorar tu estatus social y la economía de tu familia. Estás aquí por eso, no por mí. Y simplemente, no puedo amar a alguien como tú, Lee–

–¿Realmente crees que vine aquí por eso? Nos conocemos de mucho tiempo atrás, cuando todavía no ocultabas tu sonrisa–

–La mostraba porque no sabía la clase de hombre que eres. Mark Lee, no mereces que dedique un segundo de mi vida en ti–

–¿Por qué no? ¿Por amarte y luchar por ti, pese a los tratos degradantes de parte de tus padres?–

–Mientes, no son como dices–

–Ellos metieron esa idea en tu cabeza de que no te amo y que sólo me importa el dinero. Déjame decirte que me es innecesario en comparación de los latidos de mi corazón por un leve roce de nuestras manos–

–No seas cursi, qué desagradable. Esas palabras llenas de falsía no causan nada en mí–

–Si no fueron tus padres, ¿qué fue lo que lastimó tanto para que no aceptes lo que siento?–

–Tú eres el único responsable, porque te entregué mi alma el día que nos conocimos, pero tú fuiste un cobarde indiferente y ahora que conoces otros aspectos de mí, como mi dinero, vienes a arrodillarte y pedirme una sonrisa. Eres un hipócrita–

–¿Lo soy por no haberme dado cuenta en ese momento? Debía conocerte mejor para descubrir lo que realmente siento por ti–

–Somos enemigos y siempre lo seremos, nuestros papeles ya están definidos y tus cartas sobre la mesa, en cambio, no te amo– Reafirmó –¡Qué pena por ti! No conseguiste ablandar mi corazón para romperlo en mil pedazos–

–Jamás me viste como un enemigo–

–Cierto, pero eso fue antes de conocer tu misión–

–¿De qué hablas, Chenle?– El nombrado soltó una risa sin emoción, el mayor realmente era bueno en fingir.

–Hablaste con mi hermano antes de acercarte a mí, ¿no es así? No respondas, yo sé que sí. Pensabas enamorarme y persuadirme para que te pasara mis acciones, luego tu cuenta bancaría se llenaría y me abandonarías–

Fingió un tono chillón y quejumbroso, él también sabía actuar cuando se necesitaba, lo había hecho cuando recibió aquella tan esperada confesión.

Mientras que el menor se sumergía en el sentimiento de superioridad que le daba su cabeza, el canadiense seguía sin recobrar su color ni encontraba las palabras para negar lo dicho por el chino.

Zhong sonrió como aquella tarde en que sus miradas se unieron por primera vez, tan brillante y puro que el mayor olvidó toda la conversión que mantuvieron unos instantes antes.

Entonces el peliblanco se acercó con sutileza hacia el contrario y besó sus labios –Sin embargo, te creo, caíste en tu propio juego y yo salí vencedor–

El moreno lo miró alertado y confundido, qué significaba aquello, la respuesta llegó con un grito.

–Llévenselo y hagan lo necesario para que no vuelva a hacer presencia en mi vida– Luego susurró con dulzor en el oído del mayor –Gracias por amarme, te has quitado sólo de mi camino–

Minhyung lo llamaba con toda emoción desgarradora, no podía creer que aquello estuviese sucediendo, mas no temía por su vida sino por el amor que sentía hacia el menor, quien sólo miraba con la misma sonrisa estática mientras era arrastrado por el gran pasillo.

Cuando los gritos disminuyeron y la horrible imagen salió de su campo de visión, allí se permitió soltar un suspiro ahogado. Lo amaba como el infierno, lo estaba quemando por dentro, pero los enemigos no están hechos para estar juntos.


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