Oᥒᥱ-Shots Mᥲrkᥴhᥱᥒ

Tɔxicitɣ

–¡Quiero que seas feliz!– Gritó con fuerza al ver que el menor realmente se iba.

–¡No lo seré a tu lado, entiéndelo!– Respondió de igual manera.

Ambos se miraron, Chenle estaba determinado y lo sintió aun más cuando percibió que en la mirada del más bajo ni siquiera había sinceridad o emoción alguna.

–No se puede ser feliz si careces de libertad, no cuando se vuelve normal para ti el aceptar más de una infidelidad, cuando tu mundo deja de existir por mirar al de aquel que sólo te usa, cuando callas lo que sientes para que el resto no vea la verdad, me hiciste odiarme a mí mismo tras humillarme miles de veces hablando de lo debía mantenerse en nuestra confidencialidad. Lo único que hice fue amarte con toda el alma y ahora sólo hay tristeza en mí, lograste convertirme en una persona que no tiene nada para entregarle al mundo, hiciste que valiera nada. Minhyung, ya no lo quiero ni pienso seguir contigo, esto se acabó y más te vale no acercarte a mí nuevamente–

–¿Por qué, porque temes que tu decisión cambie sólo con que diga tu nombre? Nadie te va a amar como yo–

–Claro que no, nadie es como tú– Sonrió sarcástico –Ya me demostraste lo inhumano e infeliz que puedes ser. Si encuentro a alguien que pueda quererme, créeme, será mil veces mejor que tú–

Zhong recordó todo el dolor que había sufrido y causado, mas ninguna recuperación. Mark, en cambio, sólo encontró fallos en ambos. Siempre había sido así entre ellos, mantenían aquella relación nociva porque ninguno quería asumir lo evidente, o al menos hasta ese día en el que todo llegaría afortunadamente a su final.

–Te amo– Repitió con denuedo y el otro negó sonriente.

–Amas jugar con mi mente y mis sentimientos, pero me iré antes que me destroces por completo–

–Después de haberte dado todo mí por seis años, ¿acaso es broma? No tomes el papel de víctima cuando no lo eres completamente–

–Yo jamás te lastimé de la manera en que tú lo hiciste. Me obligaste a acostarme contigo por un ataque de celos pese a que ya no estábamos juntos, me dejaste como una puta frente a todos siendo que yo ni siquiera sabía lo que era dormir en una casa ajena, sólo era un adolescente asustado con miles de inseguridades y tú te aprovechaste de eso–

–¡Me engañaste, Chenle! Y sabes bien que nunca quise cambiarte o presionarte a nada que tú no quisieras–

–Debiste dejarme cuando tuvimos nuestra primera pelea, no debiste ir a buscarme para solucionar las cosas. Tal vez sí hice todas esas estupideces porque estaba resentido– Admitió en una sonrisa amarga –Pero ahora te dejo en libertad para que vayas a celebrar con tu familia que te desasiste de la perra, al final nos estoy haciendo un favor a ambos–

——

En la salida de un bar se encontraba un chico devastado y herido con el olor a tabaco y alcohol impregnados en su cuerpo, junto a él otro lo miraba con una expresión inmutable.

–Eres mi hombre, mi tipo...– Imitó con ironía y sin mirar a quien se encontraba en el suelo –¿Por qué te acostaste con él entonces?–

–Lo sabías, te dije que era malo para ti– Dijo divertido, casi sin remordimientos.

–Sin embargo, nunca dije que no me gustara que seas así conmigo– Carraspeó su garganta y prosiguió en un tono más bajo –Aunque tampoco esperaba que hicieras lo mismo con él–

–Soy problemático, deberías– El mayor le interrumpió.

–¿Qué tal lo hizo?– Quizás la herida aún no ardía lo suficiente para el canadiense.