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–¿Cómo podría aceptarlo después de lo que nos hizo? ¡Nos abandonó!–

–Comprendo cómo te sientes, pero es natural que quiera estar con su padre–

–Él renunció a nosotros, por esa y mil razones más que ya conoces, no se lo merece–

–No eres tú quien deba decidirlo. Además, sabes que Jisung no lo ve así, él cree que ésta es su oportunidad de tener el cariño de la persona que siempre anheló conocer. Es un chico maduro y responsable, debes confiar en él–

–¿Y si ya no quiere volver? Hay veces en las que se parece tanto a él que siento pánico. Hyung, es mi bebé, no lo puedo perder–

——

–Me iré a casa de mi padre por unos días ¿Por qué me miras así, papá? No te obligaré a pasar tiempo con él, pero yo sí quiero hacerlo–

–No intentes persuadirme, te falta experiencia y poder sobre mí–

–No es lo que intento hacer– Soltó una pequeña risa que le delató.

–Entonces diremos que lograste convencerme. Tú harás la cena y yo pondré las condiciones–

–Gracias, papá– Dejó caer nuevamente su mochila sobre la cama y abrazó con emoción a su progenitor.

——

–Lele, ¿podrías–

–No vuelvas a llamarme así jamás– Soltó con sequedad.

–Lo lamento, es la costumbre–

–Costumbre de qué si no hay relación alguna entre nosotros–

–Porque tú no quieres– Murmuró mientras observada su plato todavía intacto.

–Eres un completo imbécil– Se puso de pie haciendo que su silla sonase fuertemente –No tienes idea de lo que pasé por tu culpa, ni siquiera podía salir de casa porque la gente mi criticaba y mis padres me dieron la espalda. Te fuiste cuando más te necesité, peor aún, cuando creímos que finalmente podríamos ser felices juntos–

Frunció sus labios y se retiró del lugar sin decir nada más pese a sus ganas de mandarlo a la mierda en ese mismo instante. No podía reaccionar tan agresivo frente a su pequeño, él no tenía la culpa de nada, no tenía por qué saber aquellos detalles de su pasado.

–Creo que deberían hablar a solas, de seguro está en su habitación. Suerte– Le dijo el menor a su padre y luego se dirigió hacia el otro presente, quien lo único que podía hacer era esperar a que todo terminase –Sabe que no tengo en contra suya, pero ellos son mis padres–

–Sólo espero que Chenle y tú estén bien, por eso decidí ayudarte– No pudieron mirarse a los ojos, ambos sabían que todo dependía del chino.

–Y se lo agradezco– Susurró con sinceridad antes de dejarlo solo en el lugar.

——

–Prometiste esperarme– Dijo suavemente al entrar.

–Y tú amarme, tampoco cumpliste– Aquellas palabras golpearon su conciencia fuertemente.

–Te amé como no lo he vuelto a hacer– Intentó explicarse.

–Te esperé hasta que descubrí que todo fue mentira– Se volteó a verle sin miedo –La primera vez creí que fue producto de mi cabeza, las siguientes fueron tan reales que no me quedó duda alguna: estabas allí, a tan sólo unos metros de nosotros y no quisiste regresar–