Pɔst It

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Me gustas, Hyung.

Aquellas letras, tan simples y escasas como bellas y caóticas... De acuerdo, ¿qué estaba pasando?

Mark llegó a su instituto como cualquier otro día cuando encontró un papelito de color amarillo pegado en su cuaderno de cálculo.

De un momento a otro todo dejó de ser irrelevante, incluso recordaba a la perfección su propia reacción: sus ojos se abrieron en demasía mientras un fuerte sonrojo se posicionaba en su rostro, incluso su alma se quiso desprender de su cuerpo durante unos instantes.

El asunto era tan simple, alguien se le había declarado; como complicado, tendría que descubrir quién fue.

Hyung, esa ya era una pista. En su círculo de amigos él era el menor, así que no era alguno de ellos y eso lo tranquilizaba increíblemente. Por otro lado, no cualquiera osa a llamarte de esa manera, lo que quería decir que debían ser, aunque sea un poco cercanos.

Entonces pensó en los Dreamies, mejor dicho, en los integrantes de aquel grupo de WhatsApp creado con la excusa de hacer un trabajo escolar. El cual terminaron reprobando, pero resultó en una buena excusa para despejar sus mentes con bromas incoherentes.

De allí él era el mayor y todos lo llamaban Hyung. Y entre aquellas seis opciones, algunos nombres sobresalieron.

Park Jisung era demasiado tímido como para admitirlo incluso de forma indirecta.

Lee Jeno era demasiado simple y confiado, él iría completamente determinado y con una sonrisa dulce hasta su objetivo pese a sus nervios.

Huang Renjun tenía todo tipo de útiles escolares, incluyendo post it de diversos colores. En cambio, las cosas serían demasiado buenas para tratarse del desafortunado Minhyung y por ello no podría ser el chico con el que había tenido un leve enamoramiento.

Jaemin era del tipo romántico, una confesión sincera o una carta expresando cada arista de sus sentimientos.

Zhong Chenle era alguien seguro y honesto, no iría con rodeos al decir lo que siente debido a su gran orgullo.

Lee Donghyuck era quien lo conocía mejor, mas no era mutuo, el moreno era impredecible y capaz de hacer todo tipo de cosas. Reiteraba: todo-tipo-de-cosas.

Necesitaba descartar con urgencia a algunas de sus opciones. Pasó varios días con ellos intentando descifrar si sus miradas le daban pistas, sin embargo, lo único que recibía de ellas era su propia actitud de bicho raro. Y era cierto, estaba actuando demasiado extraño debido a su repentina paranoia. Pero al menos logró reafirmar que no se trataba de ninguno de "los tres mini jotas", como acostumbraban a llamarlos Yuta y Hyuck.

Jaemin, Jeno y Jisung: descartados.

Las razones estaban más que claras, simplemente no calzaban. Y hubiera descartado también al chino menor por esa razón, pero éste siempre tenía algo de misterio en su mirada. Mismo motivo por el cual le dio mala espina cuando se conocieron.

Se acercó mucho a Donghyuck e intentó ser más cariñoso con él para ver cuál era su reacción, pero éste ni se inmutó a diferencia de Huang que parecía querer asesinarlos.

Entonces se detuvo a pensar, ¿qué sucedería si este último era quien se le declaró? ¿Podrían formar una linda relación? Se inquietaba de sólo imaginarlo, sería algo extraordinario y en ambos sentidos. Podría estar con quien le movió el piso una vez, no obstante, algo le decía que debía analizar todo otra vez.

Llevaba varios días sin dormir o comer a gusto, sentía un nudo en el estómago y su mente se hallaba en el mismo Triángulo de las Bermudas.

Los menores volvieron a cuestionarle si se encontraba bien o si necesitaba algo, esa vez no respondió como las otras pues ya no creía de la misma manera. Quizá debía dejar de darle tantas vuelvas al tema.

–Uno de ustedes se me declaró y quiero saber quién fue–

Las reacciones no se hicieron esperar, Na y Haechan rieron, los menores intentaron ocultar sus sonrojos y los otros dos seguían inmersos en la impresión.

–Pensé en colocar Hyung-nim para hacerlo más simple para ti, pero al final me arrepentí– Zhong se alzó de hombros y soltó una risa simple.

La respuesta finalmente estaba allí y él simplemente no sabía qué decir.

–Lo siento por no ser Renjun como esperabas– El nombrado miró al mayor con espanto.

–No, no, no. Soy papa casada–

–Oh– Musitó sin más cuando el moreno se acercó a Huang dándole a entender la razón de sus palabras.

–Bueno, creo que sería mejor dejarlos solos– Intervino Jeno y el resto acató luego de molestar un poco al chino.

–No tienes por qué disculparte, no deberías compararte con nadie, además, lo de Jun fue hace mucho tiempo–

Asintió lentamente dándole la razón –A decir verdad, me molestó más tu cercanía con Hyuck– Sonrió al ver la expresión del mayor –¿Fue muy descabellada la manera en que lo dije? –

–Si te refieres a interesante, tierno y estresante, entonces sí– Rio al darse cuenta de toda la odisea innecesaria que pasó –¿Por qué decidiste decírmelo?–

–No sabría cómo describirlo, pero es porque lo siento, realmente me gustas, Hyung-nim– Se sentía completamente distinto al escucharlo de la boca de quien tanto había buscado –Supongo que podemos echarle la culpa de todo esto al profesor Jung Soo– Agregó para desviar el tema.

–¿Podrías decirlo de nuevo?– Preguntó con vergüenza y el chino pareció no entenderlo –¿Podrías repetir que te gusto?–

–-Me gustas, Hyung– Dijo con sinceridad antes de sonreír brillantemente.

Oh, maldición, su corazón había dado vueltas en su pecho de nuevo. Esas tres palabras claramente se habían convertido en sus favoritas.

Rozó su mano con timidez y antes de poder decir algo el coro de Jaemin y Donghyuck les recibió con emoción para luego ser opacado por el regaño de los otros.

–Se delataron además de habernos interrumpido el momento... ¡Considérense hombres muertos!–

Los cinco pares de ojos se abrieron en sincronía y sus dueños hicieron lo imposible para escapar del arbusto sin caerse en el intento.

Chenle les iba a hacer pagar todos sus pecados cuando el toque del canadiense se intensificó para recordarle en lo que estaban.

–Entenderé completamente si no soy correspondido y podremos seguir siendo amigos, pero necesito que me lo digas ahora–

Observó la unión entre ellos y mordió du labio mientras pensaba en lo que aquello significaba.

–Quizás sea egoísta de mi parte por no poder darte una respuesta directa, sin embargo, me gusta la cercanía que tenemos y tu inusual declaración me recordó que estoy vivo, no quiero dejar de sentirlo–

Su mirada se llenó de ilusión y pusó los pies en la Tierra con cuidado. Era un gran avance, uno no tan claro, pero un avance que siempre había deseado y no se iba a poner quisquilloso por eso.

–¿Eso quiere decir que podemos intentarlo?–

–Cuidaré con todo mi ser a ese Post It y aún más a ti, así que sí, lo intentaremos–


–Cuidaré con todo mi ser a ese Post It y aún más a ti, así que sí, lo intentaremos–

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