Día de la boda
El celular de Ricky sonó varias veces, apenas pudo abrir un ojo para tratar de ubicar su teléfono. Lo encontró y deslizó la bolita verde para responder la llamada, volvió a cerrar los ojos pues el sol le estaba molestando los ojos.
— Bueno— respondió con la voz rasposa.
— ¿En dónde estás? Tu llamado era a las 10— lo regañó Simon.
— ¿Qué hora es?— preguntó y se sentó, entonces recordó de golpe lo sucedido durante la noche, pero a su lado ya no estaba Ruby.
— Las 10:15, ¡apúrate o el director va a enloquecer!— Simon cortó la llamada.
— ¡Ruby!— gritó esperando que ella saliera del baño o entrara de nueva cuenta a su habitación, pero no obtuvo respuesta alguna.
Intentó marcar su número varias veces pero de inmediato contestaba el molesto buzón de voz.
Ni siquiera sabía a qué hora sería la boda de Ruby y Tom.
¿Y si para esa hora ella ya se estaba alistando para la boda?
Se dio un rápido baño y en menos de 40 minutos ya estaba listo.
¿Y si iba a buscarla a su departamento una vez más para pedirle que no se casara con Tom?
Sí, ir a buscarla era una buena idea. La noche anterior ella le demostró que lo amaba y si se querían no había razón alguna para que estuvieran separados.
Se metió a su auto, le tomaría menos de 30 minutos llegar al departamento de Ruby.
Su teléfono sonó de nuevo.
— Ricky, me dijo Simon que se te hizo tarde, mi llamado es las 11:30, ¿pasas por mí?— pidió Amanda.
Eso arruinaría su plan, sus opciones eran: buscar a Ruby o, continuar con su vida.
*¿Y si mejor la dejas ser feliz con Tom?*, le brincó aquella pregunta del lado más racional de su cerebro.
— Llego en 10 minutos a tu casa, estoy cerca— le respondió a Amanda.
Llegó en menos del tiempo acordado y Amanda se subió rápido al auto.
— ¡Gracias, Ricky! Martin iba a llevarme pero...— se frenó, le iba a decir que iría a la boda de Ruby. — Tuvo que salir muy temprano y ya no le dio tiempo— terminó de explicar.
— No es nada, pero el director me va a matar— le aseguró.
A diferencia de otras ocasiones, esa mañana Ricky parecía no tener ganas de hacer algo. Amanda lo notó bastante serio, a pesar de la cantidad de veces que la actriz intentó hacerle la plática él se limitó a responder con un simple "sí", "no" o solo sonreía.
Dejaron el auto en el estacionamiento de aquel parque de diversiones.
— De niña siempre soñé con tener un parque de diversiones solo para mí, y bueno tengo que compartirlo con ustedes pero va a ser grandioso— dijo Amanda mientras caminaban a la entrada trasera del parque. –Dime que nos van a dejar subir a los juegos.
— Le diré al director que te deje subir a un par— esa fue la oración más larga que pudo sacarle Amanda.
Se paró frente a él y lo detuvo.
— Muy bien, Charles Richard Wilson, me hartaste... ¿Qué pasa contigo?
— Que ya vamos tarde para el llamado— respondió.
— Ricky, desde hace un año que te conozco y nunca te había visto así, dime ¿qué pasa?
— Pasa que hoy se casa Ruby— sus ojos azules de inmediato se llenaron de lágrimas, Amanda lo dejó llorar un rato hasta que pudo seguir hablando. –Ayer me la encontré en la tienda y salimos para hablar... terminamos haciendo el amor toda la noche.
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You Could Be Mine
أدب الهواة¿Alguien toma en serio las aplicaciones? Una cita nunca es suficiente para poder conocer a una persona. "Love Way" no es una aplicación de citas, durante tres meses te da la oportunidad de salir y tener una relación con quién podría ser el amor de...