Capítulo 30

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Ruby y Ricky se quedaron recostados a un lado del árbol de navidad. Ricky acariciaba el cabello de Ruby mientras ella luchaba por no quedarse dormida.

— Ruby— susurró Ricky su nombre, ella se movió un poco. –No te duermas— pidió él pero también se comenzó a sentir cansado.

— Estoy agotada— dijo ella y se movió un poco para recargarse en el pecho de él.

— Suelo provocar eso— bromeó él, Ruby se comenzó a reír, — ¿Te quieres quedar aquí? Aunque ya sabes que allá arriba tengo una cama más cómoda y calientita— Ruby se rió.

— Eres un caso, Wilson— Ruby lo besó y él se estremeció. –Te amo.

— Yo a ti, Ruby, demasiado— Ricky comenzó a acariciar su brazo derecho.

Ese no era el momento, pero Ruby no sabía si iba a tener otra oportunidad de estar a solas con él esa noche.

— Lo mío con Tom no es tan serio. Lo conocí en una aplicación en donde firmé un tipo contrato para salir con él por tres meses, si no cumplimos con esos acuerdo él puede poner una tipo queja o demanda y yo tendría que pagarle algo así como una indemnización— explicó lo más breve y conciso que pudo.

Ricky se quedó callado, no estaba entendiendo bien, solo le quedó claro que Ruby estaba con Tom casi por obligación.

— Déjalo, y yo me encargo de pagar lo que pida— sugirió Ricky.

— Ya casi termina el contrato, es cuestión de un par de semanas— Ruby lo volteó a ver.

— Ruby, quiero que me expliques esto, pero acabamos de hacer el amor y no quiero arruinar ese recuerdo. ¿Platicamos después de la fiesta? Claro, si quieres ir, pero podemos quedarnos en casa.

Ricky tenía razón, habían pasado un increíble momento como para echarlo a perder.

Ruby se levantó un poco y alcanzó su ropa, Ricky la vio divertido.

— Supongo que todavía llegamos a la fiesta, además tengo unos cuantos regalos que repartir— Ruby comenzó a vestirse y Ricky tuvo que hacer lo mismo.




Ricky sacó la llave de la casa de Andrew de debajo de una maceta, no quería tener que tocar e incomodar a alguien para que tuviera que abrirle.

— ¿Seguro que a Andrew no le molesta?— Ruby estaba preocupada.

— Para nada, siempre hacemos lo mismo— aseguró él, abrió la puerta y luego regresó la llave a su lugar. Ruby lo esperó para entrar con él. –Ven— la tomó de la mano.

Ruby esperaba ver mucha gente, como las dos ocasiones en las que fue a casa de Cumberbatch, se dirigieron a la parte de arriba y ahí estaban los otros cuatro miembros de la banda con sus respectivas parejas, también estaba su publirrelacionista Peter acompañado de una mujer, y había otras seis personas que Ruby no identificó de inmediato.

— Llegas tarde, Wilson— reclamó Andrew. — ¡Hola, Ruby!— se acercó a saludarla.

— Tuve que rescatar a esta señorita de su aburrido departamento— explicó Ricky.

— Espero que no te moleste...— comenzó a disculparse ella.

— ¡Me da gusto que hayas venido! Pasen y beban algo.

Ricky volvió a tomar su mano y fueron a una de las mesas al rincón del lugar, había varias botellas de diferentes bebidas.

— ¿Con qué quieres comenzar?— le preguntó Ricky.

You Could Be MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora