You Could Be Mine

Capítulo 40

Despertar sin la llamada de Ricky por las mañanas no era lo mismo. El humor de Ruby mejoraba mucho cuando él le marcaba para darle los buenos días, platicaban un rato y luego corría a Black Market Music. Desde una semana atrás solo corría a la tienda para tratar de mantener su buen humor.

Tom decidió ya no presionar, pero eso no quería decir que dejaría de insistir. Aun sentía algo por ella y estaba seguro que, de alguna forma, ella también sentía algo por él.

Ruby estaba terminando de acomodar la mercancía de esa mañana. Se dijo que cuando terminara saldría de la bodega y ayudaría afuera porque ya estaba aburrida de no hacer mucho.

— No pensé que fueran a ser muchas las escenas que tendríamos que grabar aquí— dijo Sam mientras entraban a la bodega de Ruby. Últimamente solían hacer eso de entrar sin avisar, pues ese era el lugar en donde los ocultaban de los fans.

— Ya sé, pensé que serían solo un par de semanas— Tom se dispuso a sentar en su silla, pero caminó directo a Ruby. –Te trajimos un café— se lo pasó sin decir más.

— Gracias— Ruby lo tomó y Tom regresó al lado de Sam, siguieron platicando un buen rato y luego se dedicaron a repasar sus guiones.

— ¿Puedes con esa caja?— preguntó Sam viendo fijamente a Ruby, ella estaba por guardar una de las cajas de una batería.

— Sí, hago esto cada semana— respondió Ruby.

Sam se levantó y fue a ayudarle, Tom hizo lo mismo.

Ruby se hizo a un lado.

— Vamos, Tom, ¡solo debes alzar la caja del otro lado!— indicó Sam, Ruby trataba de no reír. La caja no era tan pesada y ella ya tenía sus trucos para acomodar ese tipo de cajas.

— Les dije que yo podía— Ruby se cruzó de brazos.

— ¡Dios, mujer! ¿En serio haces esto cada semana?— preguntó Sam.

— Sí, en realidad es muy fácil— dijo Ruby. –Esa caja no iba ahí. Solo tenía que empujar un poco de este lado— Ruby señaló a su izquierda. –Y empujar es más fácil que cargar. Pero gracias por su ayuda.

Tom y Sam se comenzaron a reír.

— ¿No has pensado en cambiar de empleo? No creo que esto de bajar y subir cajas sea lo tuyo— Sam se recargó en el estante.

— Tengo otro trabajo, pero me gusta mucho estar aquí, tengo privacidad y tiempo para hacer lo de mi trabajo...

— Y puedes hablar con tu novio— completó él, Tom se movió incómodo.

— También... Salvo esto— señaló las cajas. –Pero el resto de mi trabajo me gusta— aclaró la chica. –Y los dejó, tengo que seguir trabajando— Ruby tomó otra caja con discos, era jueves y tendría que dedicarse a acomodar la parte dedicada a los discos.

— Creo que debimos ayudarle con esa caja— señaló Sam. –Cuando comenzaron a ser novios ¿le ayudabas con esto?

Tom lo pensó, la verdad es que nunca se había preocupado por lo pesado que pudiera ser su empleo, solo sabía que estaba en la bodega, pero no tenía idea que ella tuviera que encargarse de subir y bajar cajas, empujar las más grandes, probablemente por eso ella siempre estaba cansada.

— La verdad es que no— se sintió apenado.

— Pues tienes una oportunidad para darte cuenta de todo lo que hiciste mal y remediar tu error— sugirió Sam y regresó a su lugar.

Ruby terminó de acomodar los discos y decidió quedarse arriba para ayudar a dos de sus compañeros con la poca gente que llegaba a comprar, aunque la verdad era que entraban más curiosos que gente deseosa de adquirir algún producto. Y aún así Ruby los convenció de comprar algunos discos.