Capítulo 84: Acampada

477 53 276
                                    

Hiroki metió un par de mudas en la maleta mientras intentaba afrontar con filosofía el fin de semana que le esperaba. Estúpido Akihiko consentidor, Hiroki no veía la hora de que su mejor amigo aprendiera a decir que no a los niños. Su hijo entró en el dormitorio y dejó su pijama sobre la cama.

- Gracias, grandullón, ahora lo meto en la maleta.

- Voy a preparar mi mochila- dijo Haruki-. ¿Cuántas provisiones debería coger?

- No te preocupes, papi ha preparado suficiente comida para todo el fin de semana- respondió Hiroki.

- ¿Pero y si nos quedamos atrapados en alguna cueva o algo?

- Eres muy fantasioso, grandullón- rio Hiroki-. Tu tío no se metería en una cueva ni harto a vino, es muy sibarita.

- Hiro-san, me voy a trabajar- dijo Nowaki entrando en la estancia. Le dio un beso a su marido y luego a su hijo-. Adiós, Haru-chan, pásalo muy bien este fin de semana.

- Te veo el domingo, cariño- le dijo Hiroki y volvió a besarle.

- Os llamo esta noche, ¿vale?

- Vale, papi.

- Grandullón, prepara tu mochila que en nada estará aquí tu tío- dijo Hiroki después de que el médico se hubiera marchado.

- ¿Me dará tiempo a subir a despedirme de Kane?- preguntó Haruki y Hiroki suspiró.

- ¡KANE, BAJA!

- ¡HIROKI, DÉJAME TRANQUILO UN RATO, TENGO UNA VIDA!

- ¡TENDRÁS CARA, DESPOJO!

- ¡ERA BROMA, NO TE ENFADES!

Kane bajó con Wa-chan, quien se sintió muy decepcionado al no ver a Nowaki. Haruki abrazó a su padrino como si se marchara a la guerra y no de acampada.

- Te voy a echar de menos, Kane.

- Yo no- dijo Hiroki.

- Voy a aprovechar tu ausencia para seducir a Nowaki- le dijo Kane y Hiroki le lanzó su zapatilla de andar por casa. Escucharon un claxon y Haruki entró corriendo en su dormitorio para terminar de preparar su mochila-. Ya está ahí el macho de Misa-chan.

- Qué pocas ganas de dormir en una tienda de campaña...- murmuró Hiroki y Kane rio. 

- Te veo entusiasmado.

- Preferiría una colonoscopia. Las cosas que hacemos por los hijos...

- ¡Ya estoy!- exclamó Haruki saliendo de su dormitorio.

- Venga, que el tío está esperando- dijo Hiroki-. Adiós, Wa-chan.

- Adiós, tío Hiroki.

- Ya cierro yo- dijo Kane sacando su llave. Hiroki y su hijo salieron del edificio y, tras dejar sus cosas en el maletero, se subieron al coche del escritor.

- ¡Haru, nos vamos de acampada!- exclamó Naoki emocionado.

- Qué ilu- dijo Hiroki-. Oye, Akihiko, ¿a dónde vamos?

- Está a un par de horas.

- Es una zona de acampada, ¿no?

- Hiroki, las cosas o se hacen bien o no se hacen. Vamos al monte.

- Ya, pero a una zona de...

- No, al monte, donde veamos que hay sitio plantaremos las tiendas de campaña- dijo Akihiko y Hiroki le miró mal.

- Tú no estás bien.

- ¿Y si nos ataca un oso?- preguntó Haruki preocupado.

- No hay...- comenzó a decir Hiroki pero el escritor le interrumpió.

El InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora