Capítulo 83: Navidad

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Choco miró con curiosidad la bolas que ornamentaban aquel árbol y, tras ponerse en su posición de ataque, se abalanzó sobre una de ellas.

- ¡Choco, no!- exclamó Misaki yendo a coger al gatito-. He dejado el árbol de navidad muy bonito, no quiero que me lo destroces.

- Misaki, no intentes razonar con ese ser- dijo Akihiko.

- Papá Noel le traerá regalos a Choco, ¿no?- preguntó Naoki mirando fijamente a su padre, quien sonrió.

- Ya tiene de todo el bicho ese.

- No es decisión tuya, sino de Papá Noel- dijo el niño con una sonrisa traviesa.

- A Papá Noel no le gustan los gatos.

- A ver, ¿cómo sabes tú eso?

- Lo sabe todo el mundo, ¿verdad, Misaki?

- No tengo tiempo para vuestras tonterías- dijo Misaki tras dejar a Choco en brazos de su hijo-. Nuestros invitados vienen en seis horas y aún tengo mucho que hacer. Vigilad que Choco no me destroce el árbol, por favor.

- Tú eres el responsable del bicho, así que es problema tuyo- le dijo Akihiko a su hijo.

- Choco, vamos a jugar.

- Misaki, ¿follamos?- preguntó el escritor una vez su hijo se hubo marchado a su dormitorio con el gato.

- Usagi-san, ¿tú me escuchas cuando hablo? No tengo tiempo.

- Pero si será rapidito, un poco de mete y saca y ya.

- Tengo que meter esto en el horno y empezar a batir...

- ¿Mi polla?- preguntó Akihiko con una sonrisa que borró al ver la cara de su marido-. Lo siento, ya veo que estás agobiado de verdad.

- De verdad que tengo muchas cosas que hacer, Usagi-san.

- ¿Te ayudo con algo?

- ¡No!- exclamó Misaki rápidamente-. No te ofendas pero no me gusta verte en mi cocina, sé que tienes buena intención pero la experiencia me dice que cuanto más lejos estés de mis platos mejor.

- Qué cruel y cierto.

- Oye, ¿sabes envolver regalos? Todavía tengo que envolver los de nuestros sobrinos- preguntó Misaki y Akihiko se quedó callado durante unos segundos para finalmente asentir-. Me ayudarías un montón si vas envolviéndolos.

- Claro, Misaki, sin problemas, me encanta envolver regalos, se me da genial.

- Vale. Tienes que poner los nombres en los regalos. El de Mahiro es el videojuego, el de Sakura es la mansión de la Barbie, el de Hanako es la bici y el de Wa-chan es la casa.

- Espera, hay dos casas.

- Las podrás distinguir, una está pensada para la Barbie y la otra para que un niño de dos años se meta dentro.

- Ah, la de Wa-chan es grande.

- Claro. También he comprado blocs para colorear. El de Sakura es de la Barbie, el de Hanako es de Spiderman y el de Wa-chan es de Peppa Pig.

- Qué asco de cerda.

- ¡Usagi-san!

- Ya sabes que yo soy más de Pocoyó. Oye, ¿y para Haru-chan?- preguntó Akihiko.

- Esos están ya envueltos junto con los de Nao-chan.

- De acuerdo.

- Están escondidos en el armario de la habitación de los ositos y el papel de regalo está en nuestro dormitorio.

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