Choco miró con curiosidad la bolas que ornamentaban aquel árbol y, tras ponerse en su posición de ataque, se abalanzó sobre una de ellas.
- ¡Choco, no!- exclamó Misaki yendo a coger al gatito-. He dejado el árbol de navidad muy bonito, no quiero que me lo destroces.
- Misaki, no intentes razonar con ese ser- dijo Akihiko.
- Papá Noel le traerá regalos a Choco, ¿no?- preguntó Naoki mirando fijamente a su padre, quien sonrió.
- Ya tiene de todo el bicho ese.
- No es decisión tuya, sino de Papá Noel- dijo el niño con una sonrisa traviesa.
- A Papá Noel no le gustan los gatos.
- A ver, ¿cómo sabes tú eso?
- Lo sabe todo el mundo, ¿verdad, Misaki?
- No tengo tiempo para vuestras tonterías- dijo Misaki tras dejar a Choco en brazos de su hijo-. Nuestros invitados vienen en seis horas y aún tengo mucho que hacer. Vigilad que Choco no me destroce el árbol, por favor.
- Tú eres el responsable del bicho, así que es problema tuyo- le dijo Akihiko a su hijo.
- Choco, vamos a jugar.
- Misaki, ¿follamos?- preguntó el escritor una vez su hijo se hubo marchado a su dormitorio con el gato.
- Usagi-san, ¿tú me escuchas cuando hablo? No tengo tiempo.
- Pero si será rapidito, un poco de mete y saca y ya.
- Tengo que meter esto en el horno y empezar a batir...
- ¿Mi polla?- preguntó Akihiko con una sonrisa que borró al ver la cara de su marido-. Lo siento, ya veo que estás agobiado de verdad.
- De verdad que tengo muchas cosas que hacer, Usagi-san.
- ¿Te ayudo con algo?
- ¡No!- exclamó Misaki rápidamente-. No te ofendas pero no me gusta verte en mi cocina, sé que tienes buena intención pero la experiencia me dice que cuanto más lejos estés de mis platos mejor.
- Qué cruel y cierto.
- Oye, ¿sabes envolver regalos? Todavía tengo que envolver los de nuestros sobrinos- preguntó Misaki y Akihiko se quedó callado durante unos segundos para finalmente asentir-. Me ayudarías un montón si vas envolviéndolos.
- Claro, Misaki, sin problemas, me encanta envolver regalos, se me da genial.
- Vale. Tienes que poner los nombres en los regalos. El de Mahiro es el videojuego, el de Sakura es la mansión de la Barbie, el de Hanako es la bici y el de Wa-chan es la casa.
- Espera, hay dos casas.
- Las podrás distinguir, una está pensada para la Barbie y la otra para que un niño de dos años se meta dentro.
- Ah, la de Wa-chan es grande.
- Claro. También he comprado blocs para colorear. El de Sakura es de la Barbie, el de Hanako es de Spiderman y el de Wa-chan es de Peppa Pig.
- Qué asco de cerda.
- ¡Usagi-san!
- Ya sabes que yo soy más de Pocoyó. Oye, ¿y para Haru-chan?- preguntó Akihiko.
- Esos están ya envueltos junto con los de Nao-chan.
- De acuerdo.
- Están escondidos en el armario de la habitación de los ositos y el papel de regalo está en nuestro dormitorio.
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El Internado
FanficAkihiko es contratado como nuevo profesor en el internado donde da clases Hiroki. Misaki y Shinobu, quien está enamorado del profesor Miyagi, asisten a ese mismo internado. Hiroki evita a Nowaki, el hijo del conserje, por algo que pasó entre los dos...