Capítulo 189: Invitados

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- ¡Papá, más fuerte! ¡Quiero tocar el cielo!- exclamó Rai, quien estaba en el columpio que había instalado Tadao aquella semana a petición del pequeño-. ¡Quiero dar la vuelta, papá!

- Rai, cielo, vas a cansar a papá- dijo Misaki, quien estaba sentado en el borde de la piscina.

- No, Misaki, yo tengo mucho aguante.

- Bueno, antes tenías más...- murmuró Misaki y Akihiko le miró anonadado mientras Kane soltaba una carcajada.

- ¡Misa-chan insatisfecho!- rio Kane desde dentro de la piscina.

- ¡Yo no he dicho eso!- exclamó Misaki rápidamente-. Era broma. Además, yo tampoco soy un chaval.

- Perdona, Misaki, pero yo soy joven y te lo puedo demostrar cuando quieras- dijo Akihiko sin dejar de empujar a su hijo.

- Yo también lo soy- comentó Miyagi y Shinobu paró de ponerle el protector solar para mirarle.

- Tú naciste ya viejo, viejo- le dijo el rubio.

- ¡Hiro-chan!- exclamó Reiko saliendo al jardín con un delantal-. ¿Y Hiro-chan?

- Estaba montando la piscinita para los trillizos- respondió Kane señalando un lateral de la casa. Reiko caminó hacia ahí y vio a su hijo malhumorado, montando junto a Tadao la piscinita-. Hiro-chan, me he quedado corta de huevos, tienes que ir a comprar.

- Que vaya Akihiko, yo estoy ocupado- dijo sin mirarla mientras leía las instrucciones.

- Hiroki, yo creo que hay que meter las varas...

- No, Tadao, las instrucciones dicen que eso es lo último- negó Hiroki y Tadao miró a su pareja en busca de ayuda.

- ¡Hiro-chan, ve a por huevos! ¡Me he levantado, hoy domingo, a las seis de la mañana para...

- Mamá, van a venir los chicos ahora con los nenes y hace mucho calor, quiero que los trillizos puedan refrescarse un poco- interrumpió Hiroki.

- Pero ya la monta Tadao, que para algo tiene más idea que tú- dijo Reiko-. Anda, deja eso y ve a la tienda a por huevos o Hiro-chan junior se quedará sin poder probar mi bizcocho de chocolate, con lo mucho que le gusta.

- Está bien- suspiró Hiroki tendiéndole las instrucciones a su suegro. Pasó por delante de la piscina y miró a Kane-. Oye, ¿tienes huevos?

- Sí- sonrió- y bien gordos.

- No, imbécil, que si tienes huevos en tu casa, así me ahorro ir hasta el supermercado- dijo Hiroki señalando el chalet de al lado, el cual pertenecía a su amigo.

- Si hay alguno no estará bueno, ya hace un par de semanas que no nos quedamos- respondió Kane-. ¿Vas a la compra? Te acompaño.

- Yo también quiero ir, tío Hiroki, me aburro aquí sola- dijo Natsu y el profesor asintió.

- Claro, cielo.

- Espera, Hiroki, que voy- dijo Kane saliendo de la piscina.

- No, tú no vienes.

Entraron en el supermercado y Hiroki miró a su sobrina con una sonrisa.

- Si ves algo que te guste, te lo compro.

- Gracias, tío Hiroki- sonrió Natsu.

- ¿Y yo, Hiroki?

- A ti ni agua- dijo el profesor.

- Natsu, el tío Hiroki es muy malo conmigo- dijo Kane abrazándose a la niña, quien rio.

- Déjala en paz que te arreo.

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