Capítulo 6: El encuentro

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Salió de su dormitorio con la esperanza de que Misaki acudiera a la cita, esta era su única oportunidad con el estudiante y debía salir todo bien, de lo contrario tendría que seguir conviviendo con su soledad. Akihiko caminó sigilosamente por los pasillos hasta llegar a los jardines del internado. Ya se estaba acercando al gimnasio cuando vislumbró una silueta que se movía inquieta. Aunque estaba muy oscuro, Akihiko no dudó ni un instante de que se trataba de Misaki.

Al verle llegar, Misaki se quedó quieto y esperó a que el profesor se acercara hasta él. Akihiko se quedó parado delante de él, poniendo un poco de distancia para no asustarle. Se quedaron un momento en silencio, mirándose el uno al otro, hasta que finalmente el escritor decidió romper aquel silencio.

- No sabía si ibas a venir, me alegro de que lo hayas hecho- sonrió Akihiko-. No sé si esperabas que fuera otra persona...- Misaki no le estaba escuchando. Se le había secado la boca, le temblaban las piernas y el corazón le iba a mil, era más de lo que podía soportar- ...porque desde que te vi me has gustado y, es posible que esté siendo muy atrevido, pero me gustaría...- Le era imposible escucharle, cada vez se encontraba físicamente peor. Quiso avisar a sus amigos, quienes estaban escondidos en un lateral del edificio, pero no quería que Usami pensara que no le interesaba, así que decidió aguantar un poco más- ...si tú quieres. Sé que es un poco sorprendente y que aparte de la diferencia de edad soy...- El corazón le latía tanto que le estaba empezando a doler el pecho y las manos le sudaban- ...mis intenciones son buenas, te lo aseguro. Bueno, ¿qué me dices, Misaki? ¿Te gustaría salir conmigo?- Misaki quiso responder pero no pudo articular palabra. Se quedó allí parado mientras Akihiko esperaba una respuesta y cuando ya no pudo soportar más aquel silencio, ni el dolor en el pecho, salió corriendo hacia su dormitorio.

Akihiko le observó alejarse corriendo mientras se sentía la persona más desgraciada del mundo. Sabía que existía la posibilidad de ser rechazado, pero tenía la esperanza de que el estudiante iba a aceptarle y descubrir que Misaki no sentía nada por él era un duro golpe.




Miyagi había acudido al dormitorio del menor por petición de este. Al principio había tenido dudas, pero Shinobu le había asegurado que estarían tranquilos. No quiso preguntar dónde iba a estar Misaki después del toque de queda, como profesor debía preocuparse de que un alumno estuviera fuera de su cama a esas horas, pero como pareja de Shinobu era mejor no hacer preguntas y disfrutar de tiempo asolas.

Para Miyagi era extraño pensar en Shinobu como su novio. Jamás se había interesado por nadie de su mismo sexo y ahora, sin saber muy bien cómo, había acabado encaprichado de un menor. Porque era solo eso, Miyagi no estaba enamorado, o al menos eso era lo que se repetía a sí mismo cada vez que pensaba en Shinobu, lo cual se estaba volviendo muy frecuente.

Cuando le abrió la puerta, Shinobu se lanzó sobre él y comenzó a besarle. Miyagi sonrió por lo ansioso que estaba el rubio y correspondió el beso. Cuando se separaron, Shinobu le guió hasta su cama y ambos se sentaron en ella, dejando un pequeño espacio entre ellos.

- Es peligroso que nos veamos en tu habitación, Shinobu-chin.

- Tenía ganas de estar contigo.

- Vas a acabar conmigo- suspiró Miyagi acariciándole una mejilla. Shinobu rio suavemente y le cogió la mano.

- ¿Entonces ya habéis firmado el divorcio?

- Sí, oficialmente ya no estamos casados- asintió el profesor-. Ayer vino a verme tu padre.

- ¿Y eso?

- Vino a decirme que lamenta que las cosas no salieran bien entre Risako y yo.

- Yo no puedo decir lo mismo- murmuró Shinobu haciendo que el otro sonriera.

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