Haruki entró en la cocina y sonrió al ver a su padre preparando el desayuno, se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.
- Grandullón, ¿has descansado?
- Sí, papá- asintió-. Voy a salir a correr un rato que ayer como estaba cansado no hice nada.
- Por un día no pasa nada. ¿Pero te vas sin desayunar?
- Comeré un poco de fruta y cuando vuelva me tomo el café, papá.
- Muy bien, ¿te corto fruta?
- Papá, tengo veintiún años- dijo sonriendo y Hiroki suspiró.
- Menos mal que tengo a tu hermano...- comenzó a decir pero calló al ver entrar al escritor en la estancia-. Haruki, creo que me está dando una embolia, estoy teniendo una visión de Akihiko en chándal.
- Papá, no es una visión- negó Haruki mirando anonadado a su suegro.
- Haru-chan, hoy me voy contigo a correr- dijo Akihiko mientras hacía como que estiraba.
- Akihiko, no hagas el tonto, no vayamos a tener una desgracia- le dijo Hiroki y en ese momento apareció Misaki preocupado.
- Usagi-san, está muy bien que quieras hacer ejercicio pero no vas a poder seguir el ritmo de Haru-chan.
- Misaki, por favor, puedo con eso y más- dijo el escritor.
- Tienes que empezar con algo suave- le dijo Misaki-, si quieres nos vamos tú y yo a correr por la playa y cuando nos cansemos...
- No te ofendas, Misaki, pero tú no estás acostumbrado a hacer ejercicio y serías un lastre.
- Habló- dijo Hiroki.
- Está bien, Usagi-san, haz lo que quieras pero si te lesionas yo no pienso cuidarte- le dijo Misaki con el ceño fruncido y Akihiko le robó un beso rápido en los labios con la intención de suavizar el ambiente pero solo consiguió que su marido le diera un manotazo.
- Akihiko, mi hijo corre más de quince kilómetros cada vez que sale porque su objetivo es hacer setenta a la semana- le dijo Hiroki-. Te vas a morir.
- Bueno, esta semana es de recuperación así que no planeo hacer más de cincuenta y cinco- dijo Haruki.
- Vamos, que hoy harás unos...
- Diez- dijo Haruki-, pero si viene el tío Akihiko puedo bajar el ritmo.
- Ni hablar- negó Akihiko-. Yo soy plenamente capaz de seguir tu ritmo. Prepárame un batido de proteínas de esos que tomáis los deportistas.
- Yo no tomo de eso, tío. Como mucho una bebida isotónica al acabar.
- Pues genial, vamos a correr ya- dijo Akihiko dando unas palmadas-. ¡Te espero fuera!
- Vale, tío.
- Haru-chan, por favor, ve despacio que me lo matas- dijo Misaki preocupado y su sobrino le sonrió.
- No te preocupes, tío Misaki, bajaré mucho el ritmo.
Haruki salió de la vivienda mientras acababa de comerse un plátano y vio a su suegro resoplando mientras hacía estiramientos.
- Muy bien, Haru-chan, el potasio es muy importante para los atletas como nosotros- le dijo el escritor.
- ¡Papá, no molestes a Haru que es demasiado educado para mandarte a la mierda!- le gritó Naoki, quien se había asomado por la ventana.
- ¡Yo no molesto!- exclamó Akihiko y echó a correr.
- ¡Tío, no vayas tan rápido!- le gritó Haruki comenzando a trotar.
ESTÁS LEYENDO
El Internado
FanfictionAkihiko es contratado como nuevo profesor en el internado donde da clases Hiroki. Misaki y Shinobu, quien está enamorado del profesor Miyagi, asisten a ese mismo internado. Hiroki evita a Nowaki, el hijo del conserje, por algo que pasó entre los dos...