Sonó el despertador y Naoki lo apagó rápidamente. Haruki ya se había marchado a trabajar en la gasolinera donde era el dependiente. Se desperezó y caminó hacia el baño donde, como todas las mañanas, contempló su ligeramente abultada barriga. Estaba de unos tres meses y había tenido que comprarse un par de vaqueros, pues los que se compró nada más mudarse ya no le entraban.
Salió de la vivienda y se dirigió al edificio de enfrente, donde vivía la anciana a la que cuidaba. Entró con su llave y preparó el desayuno, luego se dirigió al dormitorio y encendió la luz.
- ¿Ya son las siete y media?
- Sí, Okada-san. Le dejo la ropa lista sobre la silla- dijo Naoki abriendo el armario de la mujer-. Hoy hará bastante calor.
- Entonces no saldremos.
- Ayer ya no salimos- dijo el adolescente-. No es bueno que se quede todos los días en casa.
- Chico, el calor mata a los ancianos como yo.
- Si usted está mejor que yo- sonrió Naoki-. Venga, no tarde que ya tiene el desayuno listo.
Naoki se sentó en la mesa a esperarla y, cuando la anciana salió de su dormitorio, ambos comenzaron a desayunar.
- ¿Haruki trabaja esta noche?
- Sí, los martes es su noche libre- asintió Naoki.
- ¿Cenará con nosotros?
- Claro.
- Es tan guapo... Me recuerda a mi marido, también era muy guapo y alto.
- Sí, es muy guapo y solo hace que crecer. Sin embargo yo no crezco...
- Bueno, estás creciendo a lo ancho.
- Okada-san...
- Sigo pensando que deberías ir al médico- dijo la anciana- y más siendo tan joven.
- No puedo ir, llamarían a mis padres porque soy menor.
- Deberías volver con ellos.
- Okada-san, no empiece... Venga, acabemos de desayunar y juguemos a las cartas.
Nowaki miró a Hiroki, quien observaba la pizarra sin prácticamente pestañear. El médico suspiró pero no dijo nada.
- Igual no están en Tokio...- murmuró Hiroki pensativo-. Es decir, no quieren que les encontremos, así que lo lógico sería que...
- Hiro-san, descansa, por favor. Búscate otro trabajo, algo que te distraiga de...
- Nowaki, ahora este es mi trabajo- dijo sin apartar la vista de la pizarra.
- Cuando asumas que Haruki se ha ido, te arrepentirás de haber perdido el trabajo que tanto te costó conseguir- dijo Nowaki-. Me voy a trabajar, ya que alguien lo tiene que hacer en esta casa.
- Pues muy bien- dijo Hiroki sin mirarle y el médico salió de la vivienda.
- Me he centrado demasiado en Tokio... ¡Osaka!- exclamó hablando solo-. Conocen la ciudad perfectamente. ¡Nowaki, están en Osaka!- dijo Hiroki y se giró a mirar a su marido, quien se acababa de ir-. ¿Nowaki?
- El tío se ha ido- dijo Hanako y Hiroki la miró sorprendido.
- Cielo, ¿qué haces aquí?
- Mi mami me ha dejado hace un rato, no quería irme a comprar con él- dijo la pequeña y Hiroki asintió-. Tío Hiroki, yo creo que Haru va a volver porque dentro de poco es su cumple y querrá que le hagan regalos.
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El Internado
Fiksi PenggemarAkihiko es contratado como nuevo profesor en el internado donde da clases Hiroki. Misaki y Shinobu, quien está enamorado del profesor Miyagi, asisten a ese mismo internado. Hiroki evita a Nowaki, el hijo del conserje, por algo que pasó entre los dos...